El director general de los Mossos d'Esquadra, Manel Prat, ha presentado su dimisión esta tarde. En una comparecencia en la Comisaría de Les Corts de Barcelona, en la que no ha aceptado preguntas, Prat ha anunciado que renuncia por “motivos estrictamente personales”. Ha negado que la dimisión responda a la evolución del caso Ester Quintana, la mujer que perdió un ojo durante la huelga general de noviembre de 2012 a causa del impacto de una bala de goma, tal como constató recientemente el juez que instruye el caso.
Prat se ha referido a su promesa de que dimitiría si se demostraba que el origen de la mutilación de Quintana eran las balas de goma. Ha admitido que dijo que renunciaría “inmediatamente” si aparecían “pruebas fefaentes” de ello, como por ejemplo “imágenes”, pero ha asegurado que a día de hoy no se da “esta situación”. “No me voy por este motivo”, ha subrayado, y ha remarcado una vez más que durante el operativo de la huelga general de noviembre de 2012 no se dispararon balas de goma, un armamento de disolución de altercados hoy ya prohibido.
ERC, pieza clave en la dimisión
Manel Prat ha dimitido la misma semana en que estaba previsto que se votara en el Parlament de Catalunya una moción, a propuesta de ICV-EUiA, que pedía su dimisión tras las nuevas informaciones aparecidas sobre el caso Quintana. A diferencia de otras veces, la votación tenía más números de salir favorable al cese, puesto que ERC, que hasta ahora se había opuesto a pedir su dimisión, retiró su apoyo al director de la policía en cuanto se conoció que sí había sido una bala de goma la que hirió a Quintana.
Este mismo martes el portavoz de ERC, Oriol Amorós, no quiso aclarar durante una rueda de prensa cuál sería el signo del voto de su partido, pero si afirmó que el Govern tenía que ser “consecuente” con los compromisos adquiridos por Prat. Esto mismo declaró el partido cuando se conoció el origen de la herida de Quintana.
Manel Prat accedió al cargo en enero de 2011, con el retorno de CiU al frente de la Generalitat de Catalunya. Su mandato quedará marcado probablemente por el caso Ester Quintana, pero ha habido otros muy polémicos. Ha salpicado la gestión de Prat la muerte bajo actuación policial del vecino del Raval Juan Andrés Benítez, el operativo policial del desalojo de Plaza Catalunya durante el 15-M o el seguimiento de activistas a través de Cesicat.