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¿“Catifa vermella” para las mujeres en política?

El Congreso con más mujeres diputadas de la Democracia” titulaban diversos medios tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Casi tenemos un Congreso de los Diputados con representación paritaria: de los 350 escaños, 138 corresponden a mujeres, un 39,4%. Y no ha sido fruto de la generosidad espontánea de muchos hombres que han dejado paso a compañeras de filas,  ni del paso del tiempo que, evidentemente, no hace por sí sólo a las sociedades más justas, sino de la Ley de Igualdad que obliga a los partidos a incluir un 40% de ambos sexos en sus listas de candidatos electorales.  

Es cierto que hay muchas más mujeres en el espacio político pero aún, en este ámbito también, quedan muchos retos por conseguir hasta llegar a la democracia paritaria: compartir el 50% de todos los espacios de poder. Es en este contexto que las diez autoras de “Catifa vermella” (Alfombra roja), compartimos nuestras trayectorias, aprendizajes y reflexiones. Este libro nos ha reunido a mujeres para reflexionar en alto, desde nuestra propia experiencia, como hemos vivido el ejercicio de la política institucional. Durante la presentacion en Barcelona estuvieron presentes  los  grandes conquistas recientes, un cierto parón y/o retroceso actual, sensación que algunos avances muy consolidados, cierto sabor dulce-amargo … “Porque solamente la libertad, cuando se acerca, hace visible la esclavitud” decía la filosofa Maria Zambrano.

Constatamos que aún existen muchos obstáculos para llegar a la igualdad en ámbitos públicos y también en el de la política como, por ejemplo, la falta de visibilidad de las mujeres y la rotación de las mujeres en cargos de responsabilidad. Situaciones, actitudes que impiden la consolidación de liderazgos políticos porque el poder de los partidos y de los medios de comunicación al máximo nivel, siguen estando casi en exclusiva en manos de hombres. Y la paridad, que primero se auto aplicaron  los partidos de izquierda y ahora la ley obliga a todos en las listas electorales, ha tenido como consecuencia la incorporación de un número significativo de mujeres, que no es poco y a su vez resulta básico para avanzar, pero está claro que estamos lejos de una igualdad en estos espacios. De ahí que sea imprescindible compartir y debatir estrategias más allá de la simple presencia numérica de mujeres.

Así, las que promovemos la paridad creemos que resulta positivo para todas las mujeres. Defendemos la presencia de todas las mujeres, no sólo porque se trata de un derecho sino porque enriquecen con su visión y razonamiento cualquier esfera, tanto pública como privada. Sin duda, el hecho que lleguen las mujeres a los ámbitos de poder, y cuanto antes, es imprescindible para empujar en favor de la igualdad, para conseguir avances en todas las políticas. El sólo hecho que mujeres estén presentes de forma equilibrada resulta positivo ya que se trata de corregir un déficit de representación democrática. Además, la presencia de mujeres en primeros niveles de responsabilidad tiene un “efecto espejo” positivo. Quizá ni Angela Merkel o Soraya Sáez de Santamaria tengan como prioridad promover la igualdad, pero sí sirven de modelo a muchas otras. Mujeres diversas y diversos moldeos de liderazgo de mujeres ocupando espacios de poder.

Las antecesoras, las maestras, las divulgadoras, las luchadoras…así como todas aquellas que son cómplices feministas, con sus aportaciones y variados puntos de vista, se han demostrado  imprescindibles para trazar una trayectoria política o social que promueva los derechos de las mujeres. De ahí que en el momento de participar y divulgar este libro debamos recordar y agradecer el  trabajo de todas ellas ya que sus esfuerzos han hecho que hoy nosotras podamos estar conquistando nuevos espacios. De esta misma forma, la diversidad de las mujeres coautoras, contrastes entre miradas y perspectivas, ha ayudado a enriquecer el debate que mantuvimos. Especialmente también, quiero recordar con gratitud a todas las compañeras con quienes he compartido mesa, estrategias y redes para poder hacer posible proyectos políticos. Las cómplices que resultan imprescindibles en el camino.

La “Catifa vermella” es el nombre irónico que Carme Porta, coordinadora del del proyecto,  ha querido dar a este libro para remarcar que a las mujeres no se nos pone precisamente una alfombra roja en la política. Recordemos que la presencia equilibrada de mujeres en la política no es sólo un reto de igualdad sino un reto democrático, una democracia que no puede considerarse plena con una falta de representatividad de más de la mitad de su población:  la democracia plena requiere que hombres y mujeres compartamos espacios de poder y, por tanto, codecidamos. 

Lourdes Muñoz

Coautora

El Congreso con más mujeres diputadas de la Democracia” titulaban diversos medios tras las elecciones del pasado 20 de diciembre. Casi tenemos un Congreso de los Diputados con representación paritaria: de los 350 escaños, 138 corresponden a mujeres, un 39,4%. Y no ha sido fruto de la generosidad espontánea de muchos hombres que han dejado paso a compañeras de filas,  ni del paso del tiempo que, evidentemente, no hace por sí sólo a las sociedades más justas, sino de la Ley de Igualdad que obliga a los partidos a incluir un 40% de ambos sexos en sus listas de candidatos electorales.  

Es cierto que hay muchas más mujeres en el espacio político pero aún, en este ámbito también, quedan muchos retos por conseguir hasta llegar a la democracia paritaria: compartir el 50% de todos los espacios de poder. Es en este contexto que las diez autoras de “Catifa vermella” (Alfombra roja), compartimos nuestras trayectorias, aprendizajes y reflexiones. Este libro nos ha reunido a mujeres para reflexionar en alto, desde nuestra propia experiencia, como hemos vivido el ejercicio de la política institucional. Durante la presentacion en Barcelona estuvieron presentes  los  grandes conquistas recientes, un cierto parón y/o retroceso actual, sensación que algunos avances muy consolidados, cierto sabor dulce-amargo … “Porque solamente la libertad, cuando se acerca, hace visible la esclavitud” decía la filosofa Maria Zambrano.