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Guerras y mujeres
Extraordinario el libro de Svetlana Alexiévitch. Detrás del título “La guerra no tiene rostro de Mujer”, la premio Nobel realiza un trabajo inédito en el terreno de la dolorosa relación entre las mujeres y la guerra.
La guerra, mejor dicho, las guerras han sido una constante en la Historia desde el comienzo de los tiempos conocidos. Tan constantes que parecen cumplir un destino ineluctable y que en su formulación teórica (y mas conservadora) viene a decir: Como el hombre es un lobo para el hombre, resulta natural que estallen brotes de violencia colectiva. De hecho, todos los esfuerzos civilizadores han tendido a sustituir las armas por la palabra, por la negociación, la diplomacia y la política .. La paz, sería pues el resultado de un esfuerzo de construcción voluntaria y voluntariosa. Por otro lado no es extraño que el discurso de la violencia inevitable haya sido tan dominante. En un tipo de cultura patriarcal basada en la competencia, el dominio y la permisividad en la expresión violenta, la guerra no solo es aceptada, sino a menudo “exaltada” en forma de relato heroico, de muestra de grandeza, de valentía y honor individual y colectivos. La Historia nos ha explicado poniendo mayúsculas en las grandes batallas y haciendo de las conquistas violentas la explicación de muchos avances. Poco se ha explicado las desgracias que conlleva, los grados de sufrimiento humano que causa, sus largas consecuencias en el vivir de las generaciones futuras. Salvo algunas obras bien conocidas de la Literatura (Tolstoi, Stendhal, Erika M Remarque y otros testigos menos conocidos pero punzantes), las grandes guerras, revestidas de oro y plata, son referentes constantes en la historia de los pueblos. Desde otro enfoque, con toda naturalidad, hay tratados de estrategia que estudian con detalle y frialdad las tácticas empleadas en esta o aquella batalla. En estos casos se trata, de estudios enfocados desde una óptica meramente técnica como si del funcionamiento de máquinas se tratara.
Y dentro de este panorama ... que dicen las mujeres? No han sido nunca inactivas. A menudo se han organizado “contra” la guerra o en favor de las víctimas. Ligas por la Paz, Mujeres de Negro ... Pero está por hacer la larga lista de acciones que han llevado a cabo y las pequeñas victorias que ellas- alejadas casi siempre- de los centros de poder donde se toman las decisiones - a pesar de todo, han alcanzado victorias, al mismo tiempo, ampliamente silenciadas como suele ocurrir en muchos aspectos de sus actividades, sobre todo, si son “diferentes” innovadoras. No “canónicas”
Y he aquí que Svetlana se mira la guerra y las mujeres de cara. Hace hablar abiertamente las que han estado luchando voluntariamente. Mujeres que han matado, hecho estallar bombas, conducido tanques, puesto emboscadas ... Es decir, las deja, las hace hablar. Y las escucha. La autora no se expresa Ella como una activista en contra de la guerra. Es una escritora que indaga y da la voz. Explora que les hace la guerra a las mujeres, no cuando son víctimas directas sólo (que es un enfoque frecuentado y poco divulgado ...) sino cuando ellas, abiertamente participan.
Y la experiencia de esta lectura, de este escuchar palabras que cuestan mucho pronunciar, nos enseña muchas cosas. Es una gran lección. En primer lugar de periodismo honesto y de sabiduría humana. En segundo lugar nos muestra elementos psicológicos interesantes sobre la memoria, el trauma, las argucias del pensamiento para sobrevivir y perdonarse. Pero sobre todo nos muestra como de antinatural resultan las guerras para las mujeres que viven la muerte de los enemigos como “asesinados” sin ningún consuelo ni adorno. Nos ofrecen una nueva visión, tan lejos del victimismo como del triunfalismo, en el que la voz de las mujeres se nos aparece de forma nueva, como un gran recordatorio de lo que son las vidas humanas puestas a prueba. Y lo que representan las mujeres como gran reserva de la humanidad y de preservación prioritaria de la vida.