'Dones en Xarxa' promueve los derechos de las mujeres y apuesta por su empoderamiento usando las TIC. Cree en el potencial de internet para alcanzar la igualdad efectiva.
La red, a la medida de las mujeres
Hace unos años, en una mesa redonda en Valencia con Laura Borràs, Laia Climent y Anna Clua hice el ejercicio de imaginar cuál podría ser en el mundo analógico el espacio equivalente a las relaciones que se establecen en la red, y lo definí así: “Estamos en Twitter como aquel que se sienta en un banco de la plaza”. No podemos estar mirándonoslo todo a escondidas desde la ventana, como hace tanta gente que sólo se dedica a espiar qué hacen los otros en Internet, detrás de nombres ficticios; tampoco desde el balcón, con una posición de superioridad sobre el resto, como algunos que se dedican a aleccionarnos diariamente con sus tuits con ese punto de menosprecio. El banco, en cambio, es un espacio que invita a sentarnos y conversar, con personas conocidas y también desconocidas, igual como en la red. Hablamos de manera tranquila, observando el entorno, y haciéndonos visibles para el resto de personas. En aquella mesa redonda había una sala llena de mujeres, y recuerdo que a los dos únicos hombres asistentes les molestó la afirmación de que hice de manera contundente para acabar la conferencia: “En la red, los hombres quieren vencer, las mujeres sólo queremos ganar ”. Entonces no tuve suficiente tiempo para explicarme, e intentaré hacerlo ahora en este artículo.
Yo creo que en la red las mujeres nos podemos mover bien, y las relaciones que establecemos en general son provechosas. A algunas nos mueve la necesidad de convertirse en nodo de conexión, de facilitar los contactos entre personas para que acaben “pasando cosas”. Os sorprenderíais, de los efectos poderosos que puede tener que se conozcan personas con intereses comunes o complementarios. Basta propiciarlo, y hacerlo con método. En cambio, me parece que muchos hombres lo que buscan sobre todo es la notoriedad y no la conversación, que intentan evitar. En términos 2.0, diríamos que prefieren los RT que las menciones. Soy consciente de que es atrevido poner género, a este comportamiento, pero pronto hará 10 años que lo observo, y por lo menos es una tendencia general. Además, en todas las acciones que propongo en Twitter para visibilizar, nunca ninguna mujer me ha pedido que hiciera rankings, y sí que he tenido varias peticiones en este sentido procedentes de hombres, siempre por canales privados.
La red, para las mujeres, puede ser el equivalente a nuestra habitación propia, nos empodera. Pero es muchas otras cosas:
Espacio de encuentro. Es en cierto modo nuestro espacio natural. En palabras del profesor de la UdG José Antonio Donaire, en el artículo que me dedicó y que os recomiendo, las redes no deben reproducir el mundo existente (donde según él los hombres deben tener una cierta necesidad antropológica de hacerse ver ) sino que deben ayudar a crear otro más cooperativo, deben ayudar a construir una nueva sociedad, una sociedad en red. Añado: son un lugar idóneo para descubrir gente con la que se puede compartir intereses, manías o pericias, de ámbito profesional o personal, a fin de construir una comunidad de personas que se relacionan virtualmente y enriquecen personalmente las unas a las otras . Este espacio de encuentro, las mujeres lo concebimos no como instrumento para conseguir alguna otra cosa, sino como objetivo por sí mismo. Ya tenemos suficiente, por decirlo de alguna manera.
Espacio de creación de conocimiento: constantemente invito a la gente procedente del mundo universitario, del mundo cultural, a estar presentes. No vale criticar Twitter diciendo que está lleno de gente que insulta y que dice tonterías: lo que hay que hacer es ayudar a equilibrar la balanza, y contribuir al conocimiento colectivo replicando lo que descubrimos que puede interesar a otras personas, y difundiendo aquel conocimiento que seamos capaces de crear nosotros.
Espacio de complicidad con causas, luchas y reivindicaciones a menudo silenciadas por los medios tradicionales, que encuentran en las redes un lugar para reafirmarse y se pueden viralizar hasta conseguir cambiar las cosas. Hay que decirlo de nuevo: los nuevos canales tienen un poder de transformación que nos asusta y nos maravilla vez.
Espacio de visibilización de personas que tienen algo que decir y no disponen de muchos medios para darse a conocer. De ello he hecho un objetivo personal y colectivo desde hace tiempo, y semana tras semana descubrimos “nuevos valores” entre todas que nos hacen pensar que fue un acierto la iniciativa.
Espacio de aprendizaje compartido con personas implicadas en la renovación educativa, convencidas de que en este país es necesaria una sacudida que lleve a una transformación real y efectiva del modelo educativo a todos los niveles: primaria, secundaria y también en la educación superior.
Espacio de apoyo a proyectos profesionales interesantes, a partir de plataformas de micromecenazgo o de otras herramientas diversas, que pueden aprovechar la ocasión de presentarlos y darlos a conocer sin los costes elevados que implica la publicidad tradicional.
Finalmente, podemos usarla como espacio de interacción para conversar sobre cuestiones interesantes, de manera tranquila y razonable, con la posibilidad de intervenir en debates de altísimo nivel como los que a menudo se producen.
Las mujeres que no están aún en la red no saben qué se pierden. Invitadlas a que formen parte de ella y adquirirán una nueva dimensión, porque está hecha a la medida de las mujeres.