Por primera vez desde la restauración de la democracia el Parlament de Catalunya devolverá los presupuestos al Govern porque el ejecutivo ha presentado las cuentas sin tener una mayoría asegurada. El 'no' definitivo de la CUP y el futuro de la legislatura acaparaba las conversaciones este miércoles en el Parlament. El vicepresident y conseller de Economía, Oriol Junqueras, ha defendido ante la Cámara los primeros presupuestos de Junts pel Sí sabiendo que la oposición se los tumbará en pocas horas. “Quién pagará las consecuencias de la prórroga serán los ciudadanos”, ha avisado el líder de ERC, que ha afeado a los grupos su veto a unas cuentas que aumentan el gasto social en 875 millones de euros.
Antes del pleno, el Govern y el grupo parlamentario de Junts pel Sí han mantenido una reunión para cerrar filas antes del debate presupuestario y contraatacar a las críticas de la CUP de anoche. Los anticapitalistas criticaron al Govern por, según ellos, haber presentado el proyecto de presupuestos sin consensuarlo antes. La versión del ejecutivo es muy distinta, y trasladan que fue precisamente el tempo negociador que ahora critica la CUP el que se acordó.
Con todo, de la reunión de autoafirmación de Junts pel Sí ha salido el compromiso de sacar adelante la legislatura pese al veto cupaire a las cuentas e intentar acordar con la CUP los presupuestos de 2017. El adelanto electoral, por el momento, no es la primera opción.
Una vez dentro del hemiciclo, Junqueras no ha mencionado a la CUP en ningún momento de su discurso. Sus lamentos y críticas se han extendido al conjunto de la oposición que le vetará las cuentas. “Los que se oponen a las cuentas lo harán con argumentos contrapuestos”, ha aseverado el vicepresident, tras lo cual se ha llevado una ovación del grupo parlamentario de JxSí.
Junqueras ha avisado de las “consecuencias gravísimas” que, a su juicio, tendrá la prórroga presupuestaria para el impulso de la actividad económica y la garantía de los derechos sociales de la población. En este sentido, ha recordado las partidas en becas comedor, reapertura de centros sanitarios o el aumento de las prestaciones para la dependencia que se quedarán en un cajón, al menos hasta que, después del verano, se elaboren y negocien los presupuestos para 2017.