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Pablo Persico: “Nos dominan personas poco humanistas y demasiado obsesionadas con los indicadores”

El músico y pedagogo, Pablo Persico, es el director de la asociación Integra Sons

Jordi Molina

Barcelona —

El músico y pedagogo Pablo Persico (Buenos Aires, 1979) aterrizó en el barcelonés barrio del Poble Sec hace siete años. Solía pasearse por las encrespadas calles de este barrio tradicional, que durante la primera década de los años 2000 se hizo cargo de varias generaciones de recién llegados, con un carro del supermercado lleno de instrumentos exóticos. Se ofrecía a las escuelas públicas para dar clases de música en un momento en que los centros de la zona pasaban profundas dificultades para atender el reto de la interculturalidad en el aula. El objetivo era el de constituir, poco a poco, una orquesta de barrio y para el barrio, capaz de recuperar la autoestima de los alumnos con más necesidades afectivas y sociales.

Aquel viejo sueño se ha convertido hoy en una red de orquestas infantiles extendida por los rincones más desfavorecidos de la capital catalana. La Marina, El Carmel, San Roc –en Badalona Sur- o el Poble Sec, el epicentro de esta historia, son testimonio del paso de Integra Sons, nombre de la metodología -y de la asociación- diseñada por el compositor. Este diciembre ha recogido la máxima distinción que concede el distrito que vio nacer la iniciativa –el premio Sants-Montjuïc– la excusa perfecta para reflexionar el papel de la música en la escuela y su aportación en la cohesión social.

Usted acaba de recibir un premio que concede el Ayuntamiento de Barcelona. ¿Pero cómo de duro es para las iniciativas como la suya el reconocimiento institucional?

Es un reconocimiento muy especial. Sobre todo porque parte del jurado está formado por el tejido asociativo del distrito de Sants-Montjuïc, donde convives barrios con profundas desigualdades, y se presentan muchas entidades amigas. Pero nosotros sabemos muy bien hasta qué punto hemos sido ignorados por las instituciones. En Badalona y Barcelona nos ha costado mucho.

Aunque el proyecto no para de crecer...

Sí, pero el crecimiento experimentado es gracias a las horas invertidas, a la profesionalidad, y al trabajo vocacional y voluntario de muchas personas. En Barcelona, por ejemplo, la falta de comunicación y participación con el anterior gobierno ha sido enorme. No ha habido un equipo con el que trabajar, simplemente éramos un tema menor que debían quitárselo de encima. No había ningún interés real.

De donde bebe Integra Sons?

El compositor José Antonio Abreu, artífice de 'El Sistema' -en referencia al Sistema de Orquestas infantiles de Venezuela- tiene mucho que ver. Tuve el privilegio de conocerlo, de verlo trabajar, y la verdad es que en muy poco tiempo hubo una conexión espiritual especial. Teníamos muchas cosas importantes en común. Hablo de un hombre que revolucionó la inclusión social a través del arte, y me atrevo a decir que fue él quien me ayudó a entender la música como un elemento de desarrollo social. Nos diferenciamos por las metodologías que impulsamos, Integra Sonidos tiene identidad propia y se adapta al contexto catalán y barcelonés, pero Abreu es una clara referencia.

Integra Sons tiene en el barrio del Poble Sec uno de sus proyectos estrella: la orquesta Do d’Acords. ¿Qué cree que le ha aportado usted al Poble Sec?

Cómo dice el músico argentino Daniel Barenboim: “Una realidad diferente es posible”. El Poble Sec necesitaba un espacio, un proyecto, un lenguaje y una visión en la que todos juntos pudiéramos construir algo bonito. Fueron años de muchos cambios y por eso eran imprescindibles procesos de identidad colectiva y cohesión.

¿Cuál es el perfil de los niños y niñas que integran las orquestas?

Vamos un poco al revés de lo que suelen buscar las academias de música convencionales. Nos fijamos en los niños que tienen problemas de aprendizaje a nivel de atención, concentración, autoestima y de comunicación. También en la situación socioeconómica de la familia y la escuela. Es decir, los niños que no tienen posibilidades económicas para realizar actividades a nivel extraescolar. Y, finalmente, aunque son la minoría, formamos los niños que tienen altas cualidades para la música pero que, en cambio, no tienen posibilidades económicas para acceder al circuito privado.

¿Quién selecciona los participantes de las orquesta?

Son los mismos centros educativos de los barrios donde trabajamos quienes eligen y derivan los integrantes de cada orquesta. Antes voy a las escuelas para explicar el proyecto a los alumnos, pero es especialmente importante que las personas que escojan los niños sean gente que los conozcan; es decir, los maestros. Esto garantiza que el aval de las escuelas sea real y, sobre todo, que los centros no sean meros espectadores, sino parte del proyecto, que quiere tener vocación comunitaria: interpelamos a las escuelas, a las familias, y finalmente al barrio.

¿Al barrio? ¿En qué sentido?

El barrio se hace suya la orquesta. En el Poble Sec hemos actuado con los castellers del Poble Sec, por ejemplo, toda una institución en la zona. O con una escuela de danza, como la Carlos Ibáñez, de primer nivel. Se trata de que nuestros pequeños músicos se mezclen con personas de otros colectivos. Y no sólo eso, sino hacernos nuestros los equipamientos de proximidad. Tenemos la sede en el Centro Cultural Albareda, de titularidad pública. El proyecto nace en la escuela, pero se emancipa. Desde el momento que convertimos esta iniciativa en una actividad extraescolar empezamos a hablar de inclusión social en mayúsculas. La música ya no es sólo un ámbito académico, toma la centralidad de las vidas de los alumnos.

¿Después de estos años de trabajo en los barrios de Barcelona, muchos de ellos marcados por la diversidad cultural (en el Poble Sec el porcentaje de alumno inmigrante supera el 70%) qué conclusión extrae?

No me deja de sorprender la potencialidad de la diversidad cultural. Es una fuente de riqueza brutal. Y lo que me sorprende es que todavía hoy haya quien no lo entienda. Por otra parte, tenía una visión determinada sobre la pobreza, sobre todo porque vengo de un país con mucha desigualdad, como es Argentina, y ahora tengo otra concepción. Aquí la pobreza no es económica o material, pero sí afectiva.

¿La metodología Integra Sons piensa un modelo educativo nuevo, pero estamos a tiempo de cambiar el que tenemos?

El reto es que los niños y niñas encuentren en Integra Sons todo lo que no tienen en su día a día. La educación es mucho más que un simple plan de estudios. Es imprescindible trabajar sobre los valores, y el día que lo tengamos claro, todo tomará sentido. Es impresionante ver cómo personas que han crecido en entornos totalmente diferentes llegan a conectar de una forma tan especial a través de la música.

¿Qué se encuentra un niño cuando llega a la asociación?

Empezamos desde cero con un grupo de niños y niñas que no tienen ningún tipo de conocimiento musical. De repente, se enfrentan a la posibilidad inédita de tener acceso a muchísimos instrumentos. En pocas sesiones, lo que inicialmente era un ejercicio lúdico se convierte en un ejercicio motivacional.

No se trata de aprender solfeo, se trata de experimentar...

¡Exacto! A través de la creación tímbrica comienzan a entrar en el lenguaje de los sonidos. Debemos ser conscientes de que trabajamos con niños que quieren experimentar y jugar con los sonidos. Esto ya es música. Lo esencial es generar un sentido de estética que, en general, no existe entre los niños que llegan a Integra Sons. Lo que empieza siendo un experimento de puertas adentro, acaba siendo un espectáculo que presentamos a teatros de renombre, como El Molino, el Mercat de las Flors o la Sala Barts, u otros equipamientos de proximidad del barrio, siempre acompañados por músicos profesionales de primer nivel. Por eso insistimos mucho en que hacemos comunidad. También los periodistas sois parte del proyecto. Su interés nos ayuda a demostrar a los chicos que están haciendo cosas valiosas.

El sistema educativo no siempre tiene las artes como referencia en el plan de estudios... ¿Qué opina?

Las artes nos ayudan a formar personas libres y, sobre todo, a despertar valores que, hoy en día, son radicalmente necesarios. La comprensión, la armonía, el trabajo en equipo, el silencio... Siempre explico a mis alumnos que el silencio es vital, porque a partir del silencio nace la música. El problema es que estamos dominados por personas poco humanistas y demasiado obsesionadas con los indicadores. Los indicadores no siempre son útiles para evaluar el crecimiento de cada niño. A nosotros no nos interesa diseñar un sistema que evalúe a todos los niños por igual, porque todos son diferentes.

¿Ahora que estamos en tiempos de cambios políticos, ve próximo un cambio en el modelo educativo?

Soy muy optimista en general, menos cuando se trata de las políticas educativas del Estado. El gobierno del PP no ha entendido nada. Creo que hay una ignorancia muy profunda con respecto al crecimiento que genera el arte en una persona. En el ámbito político no se conoce ni se quiere conocer la parte humanista de la educación.

¿Cuál es el principal problema que se encuentra cuando llega a las escuelas y presenta su proyecto?

¡Ninguno! Las escuelas están pidiendo a gritos proyectos capaces de generar lenguajes universales, como la música o las artes. El problema está en los programas de estudios, que responden a determinadas necesidades europeas, de generar trabajo y eficiencia, para participar de un modelo que se nos ha impuesto. El sistema educativo actual está buscando las soluciones a los lugares equivocados. Hacen falta líderes positivos con capacidad transformadora, que logren identificar, reconocer, aceptar y finalmente transformar la realidad.

¿Cree que en Barcelona las instituciones valoran suficientemente la cultura?

Pienso que nos enriquecemos mucho de los artistas del pasado –Goya, Gaudí, Miró o Picasso son reclamos turísticos–, pero en cambio damos pocas posibilidades a los creadores de hoy. Y ahora hablo como compositor. Mi camino es muy sinuoso, ni siquiera pienso en soportes institucionales. Toca currar...

¿Y como director de Integra Sons, cree que mejorarán las cosas con el cambio de gobierno en Barcelona?

El premio nos da fuerza y nos hace confiar. Pero tenemos prisa. Llevamos muchos años y necesitamos respuestas. Si el día de mañana Integra Sons se ve obligado a emigrar por falta de apoyo, los responsables sólo serán algunos políticos, con nombres y apellidos.

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