Ofrecer un cartel con grupos que comienzan a aparecer en el panorama alternativo más allá de las bandas que copan los grandes festivales. Con esta intención se celebrará este fin de semana en Barcelona la sexta edición del Bis Festival. Para Rafael Piera, uno de los promotores, el festival, que se hace dos veces al año, nació con el objetivo “de unir fuerzas entre sellos pequeños de Barcelona en vistas de cómo estaba la industria, la subida del IVA y la dificultad de acceder a salas de conciertos”.
La apuesta de este año pasa por un concierto gratuito la noche del viernes en el Centro Cultural del Albareda con las actuaciones de El Pèsol Feréstec y Abubilla. Al día siguiente la programación se moverá en el Espacio Joven las Balsas con una matinal de carácter familiar y acústico y conciertos a precios económicos de grupos como Vàlius, Selvática o la Familia del Árbol desde el anochecer hasta el amanecer. “Intentamos que las propuestas que vienen sean grupos que acaban de fichar por discográficas o que por tener una apuesta más arriesgada no encajan en muchos festivales”, detalla Piera.
Más allá de los conciertos, el elemento central del festival, que ya hace tres años que se celebra, es la feria de discográficas independientes. “Hay desde sellos underground consolidados como Bcore hasta otros más nuevos”, explica el promotor del festival.
“El Bis da la oportunidad de congregar público de varios estilos que sigue diferentes grupos, además de animar a la gente a escuchar cosas nuevas”, explica Marc Campillo, uno de los miembros de Foehn Record, un sello nacido en 2001 y que apuesta para editar “siempre el más reciente y menos convencional, que aporte algo diferente o que como mínimo tenga mucho nivel”.
Escaparate de sellos alternativos
Esta característica es compartida por buena parte de los sellos del festival, como Mama Vynila, nacido en 2010 como distribuidora de pequeños sellos y grupos autoeditados i que ha evolucionado al mundo de la edición. “Buscamos la singularidad, nos gusta la electricidad, nos integramos a la banda y hacemos la distribución en formato físico” explica Gustavo Martínez, uno de sus miembros. Reivindica su trabajo como una militancia: “No nos ganamos la vida, el único objetivo es recuperar la inversión e ir al siguiente disco”.
En este sentido, Oscar Fernández, que ha hecho de Discos Kirlian su proyecto personal, reflexiona sobre la inversión que supone apostar por un sello. “Es todo muy romántico, si hiciera cálculos de los gastos ... Y eso que hago tiradas pequeñas de entre 100 y 200 discos o vinilos”, confiesa. Para él las discográficas pequeñas están ahora mismo en él punto de mira de las grandes multinacionales que van “en busca y captura de un nuevo Love of Lesbian”.
Esa singularidad es la que busca también Mediterrànima, uno de los otros sellos que participan en la feria y que bebe del mundo del soul y de referentes como la Motown, la gran productora de música negra. Nacido en 2013, apuesta por producir a nivel local. “La idea es que la banda base se mantiene. Apostamos por artistas y voces con la intención de crear escuela y conseguir un sonido propio”, explica su promotor Màrius Alfambra, que considera que el festival “es un buen espacio para hacer homenaje a las pequeñas discográficas ”.