Los catalanes tenemos tan interiorizado el ritual del libro y la rosa que la fiesta nunca decae. El calendario se acaba imponiendo a todos los obstáculos. El caso es que al final, de desastre nada. Calles llenas, colas para comprar libros y conseguir firmas, rosas en las manos, sol y nubes, y como marcaban los radares lluvia en algunos lugares. No hay ningún Sant Jordi igual. Este año ha venido marcado por flujos y movimientos diferentes a los habituales. Por ejemplo, ha habido más familias con niños. Durante el resto de la mañana, las calles ofrecían un aspecto inmejorable pero la avalancha de la tarde después de salir del trabajo en cambio no existió. Hay gente de pueblos que ha celebrado la fiesta en Barcelona, gente de Barcelona que ha optado por hacerlo en pueblos.
Además de una manifestación colectiva, no lo olvidemos, Sant Jordi también es negocio. Una oportunidad para ayudar a cuadrar las cuentas de editores y libreros. No se permiten pinchar en unos años que están resultando realmente duros. El Gremi de Llibreters hace una valoración positiva de un Sant Jordi que, a pesar de darse en sábado, ha mantenido una alta participación en todo el territorio, sólo mermada por la lluvia que ha caído por la tarde y que ha afectado especialmente a las comarcas de Barcelona y Girona. En general, la jornada ha comenzado mejor de lo previsto, con una gran afluencia por la mañana sobre todo en las zonas más amenazadas por el mal tiempo. En Barcelona, el centro ha sido la que ha recibido más visitantes en las calles cercanas a Plaça Catalunya, Rambla Catalunya, y las Ramblas.
Como en años anteriores, se mantiene la tendencia a comprar más de un libro por persona y que no haya uno o dos libros destacados, sino un amplio abanico de títulos entre que la gente elige. Este año, también ha destacado el incremento de demanda de libros infantiles y las buenas cifras de ventas de los días previos de Sant Jordi, especialmente el viernes. A la pregunta de qué autores han vendido más la respuesta son cuatro nombres. Víctor Amela (La filla del capità Groc), Paula Hawkins (La chica del tren), Sergi Pàmies (Confessions d'un culer defectuós) y Marie Kondo (La magia del orden), son los más vendidos del Sant Jordi 2016. Empar Moliner, Màrius Serra, Julia Navarro, Almudena Grandes, Carles Capdevila y Risto Mejide, también se encuentran entre los mejor situados del ranking.
Menos rosas, pero más de las previstas
Sant Jordi cierra con unos cinco millones y medio de rosas vendidas y con los floristas satisfechos, temían una mala campaña para caer la festividad en sábado. Aunque las ventas han disminuido en un 15% respecto al año anterior, el Gremio de Floristas de Catalunya, aseguran que el hecho de que empresas y particulares compraran la rosa viernes y el buen tiempo de la mañana ha salvado la campaña.
El sector pero ha expresado su malestar al Ayuntamiento de Barcelona por la gran cantidad de licencias que se han otorgado para vender rosas en la calle, un total de 4.642 licencias que se traducen en un 3,45% más que el año anterior. El Gremio de Floristas habla de un incremento del 20% o más y piden “una ordenanza porque hay unas 1.500 paradas ilegales con 650.000 rosas que se venden sin ningún control”.
Los catalanes tenemos tan interiorizado el ritual del libro y la rosa que la fiesta nunca decae. El calendario se acaba imponiendo a todos los obstáculos. El caso es que al final, de desastre nada. Calles llenas, colas para comprar libros y conseguir firmas, rosas en las manos, sol y nubes, y como marcaban los radares lluvia en algunos lugares. No hay ningún Sant Jordi igual. Este año ha venido marcado por flujos y movimientos diferentes a los habituales. Por ejemplo, ha habido más familias con niños. Durante el resto de la mañana, las calles ofrecían un aspecto inmejorable pero la avalancha de la tarde después de salir del trabajo en cambio no existió. Hay gente de pueblos que ha celebrado la fiesta en Barcelona, gente de Barcelona que ha optado por hacerlo en pueblos.
Además de una manifestación colectiva, no lo olvidemos, Sant Jordi también es negocio. Una oportunidad para ayudar a cuadrar las cuentas de editores y libreros. No se permiten pinchar en unos años que están resultando realmente duros. El Gremi de Llibreters hace una valoración positiva de un Sant Jordi que, a pesar de darse en sábado, ha mantenido una alta participación en todo el territorio, sólo mermada por la lluvia que ha caído por la tarde y que ha afectado especialmente a las comarcas de Barcelona y Girona. En general, la jornada ha comenzado mejor de lo previsto, con una gran afluencia por la mañana sobre todo en las zonas más amenazadas por el mal tiempo. En Barcelona, el centro ha sido la que ha recibido más visitantes en las calles cercanas a Plaça Catalunya, Rambla Catalunya, y las Ramblas.