El poeta y activista cultural barcelonés publica en Alabatre (la colección de poesía de LaBreu) ‘El terra i el cel’ [El suelo y el cielo], un libro que busca la esencia de las cosas en la observación, haciendo callar “el ruido de la opinión”.
La primera pregunta medio obligada es ¿qué es lo que te lleva a publicar ahora, después de hacer poesía oral durante muchos años?
Para mí la poesía es una disciplina creativa nómada que va buscando siempre diferentes soportes. A lo largo de la historia ha ido variando la forma de difundirla, de ser plasmada. En este sentido, para mí era importante reivindicar que la poesía no sólo se transmitía a través del libro. Esta idea de la poesía encerrada o resguardada en el libro es una idea relativamente reciente, muy del siglo XIX, y a mí me interesaba reivindicar que la poesía ahora, después de todas las vanguardias, ha abierto sus vehículos de comunicación, también ha recuperado parte de su esencia oral y, por lo tanto, no se debe vehicular necesariamente y de forma única a través del libro. El libro es un soporte que tiene unas dinámicas y unas características propias, tiene su propia poética. Y yo siempre he ido desarrollando mi obra al margen del libro hasta que he encontrado lo que realmente quería meter en el formato libro, sin seguir lo que imponen las rutinas literarias. No es el primer libro que publico, pero seguramente es el primero que he concebido para ser leído en la intimidad, en soporte libro y que no tiene una transformación sonora, o sea que es un libro que se agota en el mismo formato del libro.
La poesía escrita implica algo más de reflexión, una postura más estática.
La poesía escrita es mucho más sencilla. Para mí escribir un poema implica una facilidad que no implica la poesía sonora, en la que intervienen muchos más elementos, desde el texto hasta la interpretación y la edición del sonido, y un proceso bastante largo, incluso cuando es sólo una pieza basada únicamente en la voz natural. Un poema lo puedo terminar en una tarde, mientras que un poema sonoro a veces es un proceso de meses o, como en algunos casos, de años. Pero sí es cierto que es mucho más estático, justamente por eso el libro tiene como temas la inmovilidad, la felicidad, la observación...
Temas que incitan a la reflexión... También el Universo, el hombre...
Sí, y seguramente en un formato más sonoro o para hacer en directo ante el público puede entrar en niveles de reflexión diferentes, aquí, en cambio, los temas que pongo sobre la mesa tienen más que ver con la reflexión y con la intimidad. También es cierto que hay algunos temas que retomo en el libro que ya vienen de otros poemas, como la reflexión sobre el texto, el cuerpo, el urbanismo...
Son poemas bastante destilados, aunque digas que son más fáciles de escribir. ¿Buscas provocar emociones diferentes?
Este libro no es independiente del resto de cosas que hago o que he hecho, en el sentido de que hay referencias que se van repitiendo, los intereses básicos no varían. Yo me lo planteo siempre como un todo, es decir, la poesía tiene diferentes vehículos y soportes, y se trata de complementarlos, de trabajar los varios bordes del decir. No son excluyentes entre sí. Sí es cierto que quizás quieren ir a un ámbito de reflexión mucho más íntimo respecto a otras cosas que he hecho.
Tratas temas muy definidos, determinados. Tu mismo haces un índice temático de los poemas.
Sí, y además el índice quiere ser un poema o un poema sobre los poemas, porque justamente a la hora de ordenarlos tenía muchos problemas y me parecía que era un libro que no había que leer de forma lineal, sino que cada uno tenía que buscar sus recorridos. La tabla temática me parecía que era la mejor manera, por una parte, de no forzar los poemas a estar en un determinado orden y, por otro, de dar al lector herramientas para hacer itinerarios dentro del libro e incluso para establecer un diálogo crítico entre el lector y el autor, como un juego de diálogo entre lo que uno ve en el poema y lo que yo veo.
Además, le da un aire lúdico al libro, ¿un dinamismo que quizás quiere contrarrestar el carácter estático de la poesía escrita?
Sí, quizás sí. Además, a mí los libros de poemas me gustan debido a que te permiten una lectura inconstante o intermitente . A diferencia de una novela, no la tienes que leer de forma contínua, sino que te permite una lectura muy desgranada, puedes volver al libro constantemente y hacer un bocado. Este libro, al menos, te permite entrar y salir en pequeños fragmentos, y en momentos como el actual, en que la fragmentación, la lectura rápida, mínima, se van imponiendo, creo que la poesía tiene más sentido que nunca. El libro lo quiere reflejar. Incluso el pequeño juego de la Sinopsis. Si quieres leer el libro y dedicar el mínimo tiempo, lees los dos poemas que forman parte y listos.
Que son el primero y el último. Un principio y un final. Y que están ligados. Hay un crescendo...
La felicidad.
Y que va desde el suelo hasta el cielo...
La imagen del suelo y el cielo era también una imagen que remite a los dibujos infantiles, aquellos en los que se dibujan dos líneas, una que es el suelo y la otra que es el cielo, son las dos líneas entre las que ocurre toda la vida, es decir, no hay nada más que observar, respirar y morir.
O sea que en esencia lo que hay entre el suelo y el cielo es observar, respirar y morir.
Hay una vida que se debe extinguir. Un cuerpo que tiene que respirar, que tiene que consumir aire y agua, y que finalmente lo único que hará es morir. Y el libro en cierto modo puede ser muy negativo, pero yo lo miro desde una óptica más moderna de la ecología. De hecho, hay mucho de ecología, de política, de decrecimiento en este libro, en la línea que nada tiene sentido, es decir, la vida es una cuestión azarosa, porque no hemos pedido vivir, pero dentro de esta falta de sentido, lo único que tiene sentido es construir y ser felices. El libro no da un sentido último a la vida, al mundo, a la sociedad, pero en cambio lo desviste tanto que yo creo que todo es posible, y al final el único elemento que queda es la felicidad entre las personas. No hablo de forma explícita sobre la felicidad ni sobre el amor, pero curiosamente está hecho desde la felicidad y desde el amor.
Volviendo al título, El terra i el cel, transmite una idea de límite, por ejemplo decimos “comerse el suelo” o “tocar el cielo”.El terra i el cel
No lo había pensado en esos términos, pero sí es cierto que hay una cierta idea de límites, porque en el libro hay referencias a los diferentes marcos, al Universo, esta cosa inexplicable donde vivimos, esta cámara oscura de la que habla el libro, a nuestro planeta, después al mundo y al pueblo o la ciudad.
Y también remites mucho a la arquitectura, que también podría conllevar otros límites...
Sí, tanto la arquitectura de los edificios, como de las ciudades, el urbanismo e incluso la arquitectura de las personas, es decir, como estamos hechas las personas y cómo nos relacionamos. El libro habla de los hombres constantemente, el único animal que deja de mirar para explicarlo.
El poema que da nombre al libro termina diciendo “desvesteix l’ull i arrisca’t a no dir-hi la teva [desviste el ojo y arriésgate a no decir la tuya]”. Implica un cierto despojamiento del yo también.
Es la diferencia entre verdad y opinión. El libro lo va desnudando todo, va desnudando el yo , el paisaje , para ir a una cierta essènica de la vida, que para mí es la felicidad, dentro del no sentido. Y en este desnudamiento algo importante es dejar de lado el ruido de la opinión, que no es el sonido de la verdad. Y ahora, como siempre o quizás más, hay mucho ruido de la opinión de cada uno. Este poema dice “vive, observa, pero no devuelvas la mirada que diriges al objeto hacia el sujeto, déjala allí”. Creo que por ahora opinar menos y consumir menos recursos naturales es una buena estrategia para hacer más llevadera la vida en este planeta.
En la misma línea, el poema Atles cartogràfic [Atlas cartográfico] dice “provar d’entendre no pressuposa voler provar d’explicar-ho [intentar entender no presupone querer intentar explicarlo]”.
Sí, y este quizá se relaciona con el poema Composicióamb paisatge[Composición con paisaje], que habla de banderas e himnos, y en general con toda esta idea del placer de la observación, de intentar entender las ideas de los demás... Siempre he pensado que la mejor manera de pensar es caminar, es una forma de observar, de mirar tu entorno. Otra cosa es intentar poner palabras, sobre todo tomar una posición, una determinada dirección en tu posicionamiento... Y quizá no sea necesario. Una de las cosas que plantea es que a veces es más importante observar e intentar entender que no posicionarse e intentar tomar una dirección. Es una apuesta más por la pasividad que por la acción, o la acción en todo caso debe ser mucho más reducida, que no vaya mucho más allá del entorno más inmediato.
No tan condicionada por una opinión preestablecida...
Sí, sobre todo eso de pensar en grandes términos. Hablo mucho de política, en el libro, pero no una política enfocada a grandes proyectos colectivos sino a proyectos individuales, y este proyecto individual evidentemente también es un proyecto colectivo. No hay un ataque contra nada, sino que hay una necesidad de defender un terreno personal, la vida de uno mismo, y al mismo tiempo entender que hay mil maneras de vivir, y mil maneras de consumir aire, de respirar, de consumir recursos naturales, que es en definitiva lo que define nuestra vida. Y todas son válidas mientras permitan que haya otros.
“Algú havia donat / nom a les coses, / i els homes ens distrèiem, / velant les coses / i donant-los foscor, / mentre que la resta d’animals, / sense dits per comptar, continuaven en la llum i els colors / de les coses, sense reixes. / nosaltres tot ho explicàvem.” [“Alguien había dado / nombre a las cosas, / y los hombres nos distraíamos, / velando las cosas / y dándoles oscuridad, / mientras que el resto de animales, / sin dedos para contar, continuaban en la luz y los colores / de las cosas, sin rejas. / nosotros todo lo explicábamos.”]Faula [Fábula]FaulaFábula
El lenguaje lo que nos permite es no tener que señalar, no tener que movernos, el lenguaje es la gran invención que nos permite hablar de una cosa sin que esté presente, pero esto también es una prisión para los hombres, porque al final acabamos hablando de algo que no tenemos delante, que no observamos, y creamos ficciones cuando justamente lo que tenemos alrededor ya es un libro, ya es una lectura, ya es un sonido, no necesitamos más películas que las que tenemos alrededor.
¿Los poemas que remiten al teatro también irían en el sentido de que todo es una ficción?
Sí, y también recupera la idea barroca de la vida como teatro, del gran teatro del mundo de los hombres. El paisaje ya existía, pero lo que hemos aplicado nosotros es un gran teatro, un velo que se interpone. Los poemas también despliegan una cierta mirada cínica o sarcástica al teatro, que es el oficio de hacer de otro que no eres tú mismo. Como digo al inicio del libro, ya es bastante difícil intentar ser uno mismo.
Hay un poema que se titula Arquitectura racionalista. Todo el libro es muy racionalista...Arquitectura racionalista
Sí , excepto un poema, todo el libro es racionalista. Son poemas muy sencillos, muy pensados , incluso los signos de puntuación parten de una profunda reflexión. En concreto, este poema doble tiene sentido por la voluntad que hubiera poemas explícitos sobre arquitectura y por el hecho que explica hechos objetivos, ninguna idea ni planteamiento, ninguna segunda lectura, sino sólo una mirada, una descripción.