(Aixopluc m. Lloc on posar-se a cobert de la pluja.)
La manida crisis es algo con lo que el teatro, en realidad, ha convivido siempre. ¿Qué les cuentan del paro a actores que nunca saben si alguien los contratará para la próxima función? Y el gremio lleva años, siglos, milenios, incluso, dándose cobijo, solidarizándose para tirar adelante. Y en esas siguen.
Lluís Pasqual, director de Teatre Lliure, les va a dar cobijo durante un mes antes de Navidad. Igual que acaba de hacer con la obra Litus (100% de ocupación, prórrogas incluidas), de la cocina de la sala Flyhard, en Sants, y de la cabecita de Marta Buchaca. Ahora lo hará también con 12 colectivos que, entre el 22 de noviembre y el 22 de diciembre, jugarán con la realidad, con la inmediatez y con la improvisación con obras breves (duración: el presunto récord humano sin respirar, 19’45“) administradas de tres en tres por vía sensorial y acompañadas de una cerveza, cada jueves, viernes y sábado a las nueve de la noche, por 10 euros (birra incluida).
“Hemos oído tanto aquello de que hay que reinventarse…”, comentó ayer Pasqual en la presentación de Aixopluc. “Pues hay que hacerlo cada semana y eso es lo que van a hacer estos jóvenes artistas”. El director del Lliure considera que estamos anclados en el concepto irrefutable de “temporada”, que todo lo cuadra y no deja espacio a la improvisación. Entonces, de repente “leemos una noticia, oímos un comentario o pasa algo de lo que, inmediatamente, nos gustaría hacer una obra de teatro”. Y ahí nos salimos de estas normas programadas y rigurosas. Paralelamente a la temporada del teatro, programada con mimo desde este verano con la intención de cumplirla a rajatabla (no nos engañemos), el Lliure rompe las reglas de la mano de unos inquietos artistas que “sólo tienen que cruzar la plaza, desde el Institut del Teatre”.
En el nombre genérico aixopluc cabe de todo, desde talleres a obras de teatro de texto, lenguajes gestuales, musicales… Incluso un taller para postgraduados en interpretación que imparte el propio Pasqual entre el 5 y el 17 de noviembre sobre la novela Compañía K, del escritor norteamericano William March
Cuatro sesiones monográficas y actuales
Serán cuatro fines de semana temáticos sobre otros tantos ítems. Sobre cuestiones de las que salen en las conversaciones de bar. El primero (22, 23 y 24 de noviembre), Propuestas para el Barcelona World, contará con montajes de Els Pirates Teatre, de Marc Artigau y de La Ruta 40. “Pondremos nuestro grano de arena en este gran proyecto de país” que se ubicará, como su propio nombre indica, en… ¡Tarragona! El segundo (6, 7 y 8 de diciembre) surgirá de ese gran dilema sobre la fecha apocalíptica del calendario maya: 21/12/12, el mismísimo e inminente fin del mundo, con actuaciones de Cía. La Nevera, Arcàdia Companyia y Blanca Bardagil. La tercera entrega (los días 13, 14 y 15 de diciembre), girará en torno a ese tema tan recurrente según el cual cualquiera de nosotros está A seis pasos del NY Times, es decir, que cualquier cosa que hagamos es susceptible de convertirse en portada del periódico por excelencia. Opinarán teatralmente de esta cuestión La Calòrica, Companyia Solitària i el Projecte Nisu. Las últimas sesiones, con obras de The Mamzelles, de Waltzing Teatre y de la formación que resulte de la colaboración entre todos los participantes en el proyecto, versará sobre el destino que espera a muchos jóvenes en este país: el paro o la huida bajo el duro título Agafant el primer vol a Londres per servir cafès.
Pau Carrió, coordinador del proyecto junto con Marc Artigau, reflexionaba ayer en voz alta sobre este último tema que se tratará desde las tablas de la sala pequeña (el antiguo Espai Lliure): “Más de la mitad de la gente de nuestra edad está en el paro… No podemos desaprovechar una ocasión como ésta”. Siempre será mejor que volar a otro país para acabar de camareros…
(Aixopluc m. Lloc on posar-se a cobert de la pluja.)
La manida crisis es algo con lo que el teatro, en realidad, ha convivido siempre. ¿Qué les cuentan del paro a actores que nunca saben si alguien los contratará para la próxima función? Y el gremio lleva años, siglos, milenios, incluso, dándose cobijo, solidarizándose para tirar adelante. Y en esas siguen.