La retirada es como se conoce el éxodo hacia la frontera pirenaica franco-catalana de medio millón de refugiados republicanos, tanto civiles como milicianos, empujados por la progresión de las tropas de Franco. De aquel medio millón de personas, más de 200.000 eran catalanes. Este episodio constituye uno de los grandes dramas europeos del siglo XX, un naufragio masivo ante el que nada había sido previsto por las autoridades francesas, advertidas con anticipación sobre la posible magnitud de la avalancha humana. La actitud del Estado francés se limitó a una gélida recibida estrictamente militar, cargada de desprecio moral y un trato infame. Los republicanos creían entrar en territorio amigo y se vieron tratados como ganado, a pesar de ser ciudadanos civiles o soldados regulares de un gobierno democrático en ejercicio, reconocido por la comunidad internacional. Los españoles tuvieron que deshacerse de sus objetos personales y no faltó quien murió de frío, por los bombardeos o en los campos de concentración franceses. Miles fueron enviados a los campos de concentración nazis en un viaje que, para la mayoría, fue sólo de ida.
Ligeros de equipaje. Crónica de la retirada pone en escena este hecho casi olvidado de la historia de España. Jesús Arbués escribió y dirigió esta obra sobre el olvido, el pasado, la ausencia, la vida y la muerte. Una historia de ficción, con pasado y presente, creada a partir de cientos de historias, crónicas y testimonios reales. “No es otra obra de la guerra civil, hemos pretendido no hacer una historia de buenos y malos, no hacer una revisión para ajustar cuentas. Hemos pretendido hablar del ser humano”, aclara el director. El tema de la retirada no es un asunto fácil de abordar ni en España ni en Francia. Así como los campos de concentración alemanes han sido ampliamente abordados en el mundo del cómic, del cine, la literatura, etc. estos campos de concentración que las autoridades francesas reservaron a los refugiados de la guerra civil española no entran en los planes de estudios franceses ni españoles.
De ahí la importancia de los testimonios vivos como el abuelo, el personaje principal, interpretado por Pedro Rebollo, que cuenta a su nieto (interpretado por Javier García) como vivió la retirada. El nieto es el encargado de recoger los pedazos rotos de la memoria de su abuelo y el espectador irá completando la historia. Con un profundo y serio trabajo actoral, Rebollo y García son los únicos actores sobre el escenario, entre ambos representan casi 50 personajes, acompañados de una escenografía mínima y proyecciones, son capaces de unir los fragmentos rotos de la memoria, de forma sobria e impactante, para trasladar al espectador más de setenta años atrás.
Ligeros de equipaje fue nominada a mejor autor y también a mejor espectáculo a los XVIII Premios Max. Ha obtenido premio al mejor espectáculo de sala de la Feria de Teatro de Castilla-León Ciudad Rodrigo 2014 y es espectáculo recomendado por la Red Española de Teatros Públicos 2014. Producciones Viridiana es un colectivo artístico aragonés que funciona como compañía desde hace diecinueve años de forma estable y continuada. A lo largo de estos años la compañía ha sabido consolidar un equipo técnico y humano que le ha permitido realizar más de 2.300 actuaciones teatrales, estando presente en los círculos y redes de distribución más importantes del Estado, esto como en ferias, festivales y giras en países como Argentina, Bolivia, Bulgaria, Cuba o Francia.
Ligeros de equipaje se podrá ver del 3 al 7 de febrero en la sala Baixos22 del Teatre Tantarantana dentro del VI Cicle Companyies en Xarxa. Después de la función del jueves 4 de febrero se celebrará un coloquio sobre el tratamiento de la historia desde el teatro y el arte como herramienta para salvaguardar la memoria histórica a la que asistirán como ponentes el director del Memorial Democràtic, Jordi Palou-Loverdos, el director del espectáculo y de la Feria Internacional de Danza y Teatro de Huesca, Jesús Arbués, y el director del Teatre Tantarantana, Julio Álvarez. Son muchos los que están comparando la situación actual de los refugiados sirios con la que vivieron los españoles durante la Guerra Civil. Setenta y seis años separan las dos realidades. Unos son refugiados que huyen de la guerra, en Macedonia, Serbia. Otros, lo mismo, recluidos en campos de concentración en Francia. ¿Cual es la diferencia? El teatro nos ayuda a recordar lo que fuimos.
La retirada es como se conoce el éxodo hacia la frontera pirenaica franco-catalana de medio millón de refugiados republicanos, tanto civiles como milicianos, empujados por la progresión de las tropas de Franco. De aquel medio millón de personas, más de 200.000 eran catalanes. Este episodio constituye uno de los grandes dramas europeos del siglo XX, un naufragio masivo ante el que nada había sido previsto por las autoridades francesas, advertidas con anticipación sobre la posible magnitud de la avalancha humana. La actitud del Estado francés se limitó a una gélida recibida estrictamente militar, cargada de desprecio moral y un trato infame. Los republicanos creían entrar en territorio amigo y se vieron tratados como ganado, a pesar de ser ciudadanos civiles o soldados regulares de un gobierno democrático en ejercicio, reconocido por la comunidad internacional. Los españoles tuvieron que deshacerse de sus objetos personales y no faltó quien murió de frío, por los bombardeos o en los campos de concentración franceses. Miles fueron enviados a los campos de concentración nazis en un viaje que, para la mayoría, fue sólo de ida.
Ligeros de equipaje. Crónica de la retirada pone en escena este hecho casi olvidado de la historia de España. Jesús Arbués escribió y dirigió esta obra sobre el olvido, el pasado, la ausencia, la vida y la muerte. Una historia de ficción, con pasado y presente, creada a partir de cientos de historias, crónicas y testimonios reales. “No es otra obra de la guerra civil, hemos pretendido no hacer una historia de buenos y malos, no hacer una revisión para ajustar cuentas. Hemos pretendido hablar del ser humano”, aclara el director. El tema de la retirada no es un asunto fácil de abordar ni en España ni en Francia. Así como los campos de concentración alemanes han sido ampliamente abordados en el mundo del cómic, del cine, la literatura, etc. estos campos de concentración que las autoridades francesas reservaron a los refugiados de la guerra civil española no entran en los planes de estudios franceses ni españoles.