El modelo tradicional de cine es compatible con los nuevos proyectos que nacen en Internet. “Son complementarios”, asegura Luis Román, director del Barcelona Creative Commons Film Festival (BccN), que se celebra desde el jueves y hasta el domingo en el Auditorio del museo Macba. “Exhibir películas digitales en una sala de cine mantiene las bondades del visionado colectivo y en pantalla grande. Ofrecemos la posibilidad y la novedad de disfrutarlas de otra manera”, añade.
El festival proyectará 25 obras cinematográficas bajo estas licencias, más flexibles que el copyright tradicional y que permiten dar una mayor libertad a las obras en internet manteniendo los derechos que el autor decida. El creador la obra determina qué usos se le puede dar a la misma, permitiendo de esta manera una agilidad importante para obtener una mayor difusión en la red. La relación entre autor y audiencia se vuelve mucho más directa, por la reducción (o eliminación, directamente) de intermediarios. “El autor y la audiencia son los verdaderos protagonistas”, dice Andreu Meixide, director de programación de BccN. “Ofrecemos que todo el festival se pueda copiar si eres una asociación y no piensas cobrar entrada”, dice Román.
En estos cuatro días, en la sección oficial del festival se presentan los largometrajes, documentales y cortometrajes más relevantes del año bajo esta licencia. Las temáticas son variadas: encontramos desde cine de autor hasta thrillers, pasando por documentales. El jueves se proyectó The Pirate Bay Away From Keyboard, un documental del sueco Simon Klose, que explica el juicio a los fundadores del partido pirata, que se enfrentaban a una demanda de 13 millones de dólares por daños a la industria de Hollywood por infringir los derechos de autor.
Este viernes, el documental Hello World! Processing nos hablará de la importancia de la computación creativa entre artistas y programadores. Más tarde, el canario Zacarías de la Rosa exhibirá La luz de Mafasca, una historia de misterio en una isla a la que llega una periodista para investigar fenómenos poco normales referentes a la luna de Mafasca. El sábado, el director italiano Leonardo Moro nos explicará su película Goodnight Sofía, la búsqueda entre los recuerdos del propio padre muerto. Y el mismo sábado podremos ver Manic Pixie Dream Girl, una fábula sobre el video más visto de la historia de Internet.
El domingo, el paraguayo Emilio Sanabria narra en Hecho en Quiindy la vida de gente que se dedica a coser balones de fútbol. Seguirá la coproducción catalana y polaca Ze Kulisami (Entre bastidores), el reflejo de la experiencia personal del director, Pau Faus, en un centro de arte contemporáneo de Varsovia, remarcando el contraste entre la vitalidad del día y la soledad de la noche. Erika Sánchez y Xavier Esteban presentan El Espectáculo, sobre la estancia de niños saharauis en Cataluña durante el verano.
Cerrará la programación oficial el documental 15M: Excelente. Revulsivo. Importante, de Stephane M. Grueso. Este documental nos permite asistir en primera persona a una de las experiencias en la Puerta del Sol durante las eclosión del 15-M. “El autor quería hacer una obra de todos, genérica sobre la causa, pero al final lo que salió es una visión, una de tantas, muy personal. Nos lo explicará domingo”, adelantó Meixide.
Novedades y soluciones
El festival aporta novedades y plantea soluciones a los problemas de los derechos de autor en la era digital. De entrada, Meixide destaca dos factores a la hora de seleccionar el material recibido; “Evidentemente, la calidad del producto, pero también tenemos en cuenta el interés del proyecto presentado en relación a la distribución libre”. De hecho, además de los filmes (importante la competición de cortos 'Made in BCN'), el festival incluye la mesa redonda Internet Film Televisión, talleres de producción online, talleres infantiles (estas dos actividades, el viernes, serán en el Espacio Joven Fontana) o la actividad 'LittleSecretFilm', películas que se ruedan en 24 horas. “Hay desde trabajos muy potentes y divulgativos hasta obras mucho más personales, algunas incluso terapéuticas”, explica el director.
El modelo tradicional de cine es compatible con los nuevos proyectos que nacen en Internet. “Son complementarios”, asegura Luis Román, director del Barcelona Creative Commons Film Festival (BccN), que se celebra desde el jueves y hasta el domingo en el Auditorio del museo Macba. “Exhibir películas digitales en una sala de cine mantiene las bondades del visionado colectivo y en pantalla grande. Ofrecemos la posibilidad y la novedad de disfrutarlas de otra manera”, añade.
El festival proyectará 25 obras cinematográficas bajo estas licencias, más flexibles que el copyright tradicional y que permiten dar una mayor libertad a las obras en internet manteniendo los derechos que el autor decida. El creador la obra determina qué usos se le puede dar a la misma, permitiendo de esta manera una agilidad importante para obtener una mayor difusión en la red. La relación entre autor y audiencia se vuelve mucho más directa, por la reducción (o eliminación, directamente) de intermediarios. “El autor y la audiencia son los verdaderos protagonistas”, dice Andreu Meixide, director de programación de BccN. “Ofrecemos que todo el festival se pueda copiar si eres una asociación y no piensas cobrar entrada”, dice Román.