Los municipios que conforman el Área Básica de Salud (ABS) de la localidad gerundense de l'Escala no están dispuestos a tirar la toalla. Ante el anuncio definitivo de la Generalitat de que adjudicará la gestión de estos servicios de atención primaria a la empresa privada Eulen Servicios Sociosanitarios, los alcaldes de los nueve pueblos afectados han elaborado un manifiesto exigiendo al Servicio Catalán de la Salud que rectifique. Los firmantes ven con “gran preocupación” que la atención primaria que deben recibir los vecinos de la zona vaya a parar a manos de una firma con ánimo de lucro y sin experiencia en el sector, como es el caso de Eulen. Temen, en definitiva, que “los criterios empresariales acaben perjudicando la calidad del servicio”, y que esta concesión sea “la punta de lanza para la introducción de un nuevo modelo sanitario privatizado”. No en vano, este es el primer caso de privatización de unos centros de atención primaria en Cataluña.
Por ahora, la mayoría de centros catalanes están a cargo del Instituto Catalán de la Salud (ICS), y una minoría -en torno a un 16%- a cargo de fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro. Es el caso del ABS de la Escala, gestionado en los últimos 12 años por la Fundació Salut Empordà, una entidad sin ánimo de lucro que también gestiona el Hospital de Figueres. A finales del año pasado, sin embargo, la fundación perdió el concurso público ante Eulen, que presentaba una oferta 8.000 euros más económica, y las posteriores alegaciones que presentó la entidad ampurdanesa no han prosperado. Tampoco sirvieron de nada las quejas del presidente de la fundación, el ex alcalde de Figueres y actual consejero Santi Vila (CiU), que llegó a decir que no se podía “comprometer la calidad asistencial” del centro y que no compartía “la gestión privada de los centros de salud”.
Ahora la fundación ha presentado un recurso para detener el proceso de adjudicación, y los afectados seguirán organizando protestas y acciones. El ABS de l'Escala engloba el Centro de Atención Primaria (CAP) de la Escala y los dispensarios de Bellcaire d'Empordà, Albons, Viladamat, Ventalló, L'Armentera, Torroella de Fluvià, Sant Pere Pescador y Vilamacolum. En un último intento de hacer entrar la Generalitat en razón, los alcaldes de estos municipios concluyen el manifiesto pidiendo “una reflexión y revisión del modelo sanitario” para evitar su “desmantelamiento”.
Manifest contra l'adjudicació de l'Àrea Bàsica de Salut de l'Escala a una empresa amb ànim de lucre by
Los municipios que conforman el Área Básica de Salud (ABS) de la localidad gerundense de l'Escala no están dispuestos a tirar la toalla. Ante el anuncio definitivo de la Generalitat de que adjudicará la gestión de estos servicios de atención primaria a la empresa privada Eulen Servicios Sociosanitarios, los alcaldes de los nueve pueblos afectados han elaborado un manifiesto exigiendo al Servicio Catalán de la Salud que rectifique. Los firmantes ven con “gran preocupación” que la atención primaria que deben recibir los vecinos de la zona vaya a parar a manos de una firma con ánimo de lucro y sin experiencia en el sector, como es el caso de Eulen. Temen, en definitiva, que “los criterios empresariales acaben perjudicando la calidad del servicio”, y que esta concesión sea “la punta de lanza para la introducción de un nuevo modelo sanitario privatizado”. No en vano, este es el primer caso de privatización de unos centros de atención primaria en Cataluña.
Por ahora, la mayoría de centros catalanes están a cargo del Instituto Catalán de la Salud (ICS), y una minoría -en torno a un 16%- a cargo de fundaciones o asociaciones sin ánimo de lucro. Es el caso del ABS de la Escala, gestionado en los últimos 12 años por la Fundació Salut Empordà, una entidad sin ánimo de lucro que también gestiona el Hospital de Figueres. A finales del año pasado, sin embargo, la fundación perdió el concurso público ante Eulen, que presentaba una oferta 8.000 euros más económica, y las posteriores alegaciones que presentó la entidad ampurdanesa no han prosperado. Tampoco sirvieron de nada las quejas del presidente de la fundación, el ex alcalde de Figueres y actual consejero Santi Vila (CiU), que llegó a decir que no se podía “comprometer la calidad asistencial” del centro y que no compartía “la gestión privada de los centros de salud”.