El Departamento de Salud quiere generalizar la actividad privada en los hospitales públicos. A pesar de las recurrentes polémicas entorno a la confusión entre público y privado en los hospitales concertados, el conseller Boi Ruiz quiere facilitar estas actividades. Esto se desprende de un proyecto de instrucción del CatSalut, revelado este viernes por Diario Médico y Europa Press, que pretende regular la actividad privada de los centros pertenecientes al Sistema sanitario integral de utilización pública de Cataluña (Siscat), que incluye tanto los centros del ICS como los centros concertados.
El proyecto de instrucción, 'Actividad privada en los centros sanitarios del Siscat' considera “éticamente aceptable” la actividad privada en los centros públicos, siempre que se garantice el principio de equidad, entendido como igualdad de acceso. En el caso del ICS, el documento abre la puerta a la atención de pacientes “que deban ser atendidos como pacientes privados o que pidan ser atendidos como pacientes privados”.
La decisión de la conselleria de Sanidad no ha gustado a la Asociación Catalana de Entidades de Salud (ACES), la patronal de la sanidad privada, que teme una nueva competencia. En un comunicado, la ACES ha manifestado su “más firme oposición a la posibilidad de que desde entidades sanitarias públicas se pueda realizar actividad sanitaria privada”. Los empresarios hacen una defensa insólita de la sanidad pública al recordar las listas de espera y al afirmar que los recursos públicos no pueden utilizarse para ser rentabilizados a través de la actividad privada sino que deben aplicarse “a la atención por la que han sido concebidos”.
Los precedentes en los centros concertados
La confusión entre público y privado en los hospitales catalanes no es algo nuevo. La diferencia es que hasta ahora se había limitado a los centros pertenecientes a la Red Hospitalaria de Utilización Pública (XHUP), es decir los hospitales concertados. En una época de recortes presupuestarios, han visto en estas actividades privadas una manera de mejorar sus ingresos. Pero esta confusión lleva a posibles derivas. Una de ellas la protagonizó el Hospital de El Vendrell el mes de de marzo pasado cuando ofreció a una paciente la posibilidad de saltarse las listas de espera para una operación de prótesis de cadera. El precio total de la intervención era de 9.300 euros y la paciente, de 66 años, accedió a pagar esta suma ya que no podía soportar más el dolor.
La confusión entre público y privado en el Hospital Clínico de Barcelona también ha sido denunciada varias veces por asociaciones de defensa de la sanidad pública y por los propios trabajadores. La actividad privada del hospital se efectúa a través de la empresa Barnaclínic, SA. El 49% de esta sociedad pertenece al Hospital Clínico mientras que el 51% restante está en manos de fundaciones privadas ligadas al hospital. Barnaclínic se beneficia de parte de las instalaciones para las que paga un alquiler anual de 135.000 euros (cifras de 2009).
Existe además una relación muy estrecha entre las dos entidades en cuanto a la atención hospitalaria ya que el Hospital Clínico presta servicios a la empresa Barnaclínic como hospitalización especial, urgencias, consultas externas, radioterapia, pruebas de cardiología y de obstetricia y diagnóstico prenatal. Barnaclínic recibe un 10% de descuento en todos los servicios, excepto en el caso de las pruebas, por las que el descuento sube al 38%.
El Departamento de Salud quiere generalizar la actividad privada en los hospitales públicos. A pesar de las recurrentes polémicas entorno a la confusión entre público y privado en los hospitales concertados, el conseller Boi Ruiz quiere facilitar estas actividades. Esto se desprende de un proyecto de instrucción del CatSalut, revelado este viernes por Diario Médico y Europa Press, que pretende regular la actividad privada de los centros pertenecientes al Sistema sanitario integral de utilización pública de Cataluña (Siscat), que incluye tanto los centros del ICS como los centros concertados.
El proyecto de instrucción, 'Actividad privada en los centros sanitarios del Siscat' considera “éticamente aceptable” la actividad privada en los centros públicos, siempre que se garantice el principio de equidad, entendido como igualdad de acceso. En el caso del ICS, el documento abre la puerta a la atención de pacientes “que deban ser atendidos como pacientes privados o que pidan ser atendidos como pacientes privados”.