“No a la sanidad privada, queremos la pública”. Gritos, canciones, bailes, “chorizada” popular: la protesta de los trabajadores del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona -más conocido como Can Ruti- contra los recortes ha transcurrido este martes en un ambiente festivo. “No podemos dejar de atender a los pacientes, así que nos manifestamos de otras maneras”, explica Lola, auxiliar de enfermería en pediatría. La protesta en Can Ruti se enmarca dentro de una jornada de acciones en varios hospitales catalanes en defensa de la sanidad pública y de las condiciones laborales de sus trabajadores. Los hospitales de Vall d'Hebron, de Bellvitge y el Moisés Broggi de Sant Joan Despí figuran entre los otros centros movilizados.
El principal motivo del enfado de los trabajadores es la nueva jornada laboral establecida por el Instituto Catalán de la Salud (ICS). A principios de este mes, el ICS determinó que la jornada pasaría de 35 a 37,5 horas semanales sin aumento del sueldo, en aplicación de la legislación estatal. Pero los sindicatos denuncian que el volumen anual se ha fijado en 1664 horas, una cifra diferente de la que se aplica en otras administraciones públicas. Las negociaciones con los representantes de los trabajadores terminaron sin acuerdo pero los sindicatos denunciaron la rotura “unilateral” de las conversaciones por parte del ICS. Los trabajadores se oponen también a la reducción de 9 a 3 los días de asuntos personales.
Los sindicatos denuncian que este aumento de la jornada laboral provocará una reducción del número de suplentes que equivale a un “ERE encubierto”. También reiteran su reivindicación de 40 horas anuales de formación. En cuanto a la atención a los usuarios, denuncian situaciones de colapso en las urgencias y altas “precipitadas” de pacientes.
24 horas de encierro
La jornada de protesta ha comenzado a las 8 de la mañana en Can Ruti con un paro de una hora en la que han participado unas 500 personas. Estos servicios mínimos a primera hora de la mañana se llevan a cabo desde hace una semana. “Estamos contentos porque hay una muy buena respuesta por parte de los trabajadores”, dice Ana Novell, sindicalista de CATAC-CTS. Enfermeras, administrativos, personal sanitario... quizás sólo faltan los médicos, que no hacen notar mucho su presencia. El vestíbulo del hospital, convertido desde hace meses en centro permanente de protesta gracias a las numerosas pancartas en contra de los recortes que empapelan las paredes, se ha transformado ahora en un campamento provisional donde los trabajadores se quedarán 24 horas. Varias actividades están previstas: charlas, debates, proyección de documentales... Se espera la intervención de Albano-Dante Fachin, uno de los dos editores de la revista 'Café amb Llet', que reveló varios de los escándalos que salpican a la sanidad pública catalana.
Más tarde llegan los 'iaioflautas', que provocan los aplausos de todos los presentes, que retoman sus canciones aún más fuerte: “todas las personas tenemos un deseo, que la sanidad no nos cueste dinero”. Los pacientes también se quedan mirando la peculiar protesta de los trabajadores. Juan Luis, que ha venido a visitar a un familiar, aprueba esta acción: “la sanidad pública no se debería tocar, este tipo de protestas debería multiplicarse”, sentencia.
“No a la sanidad privada, queremos la pública”. Gritos, canciones, bailes, “chorizada” popular: la protesta de los trabajadores del hospital Germans Trias i Pujol de Badalona -más conocido como Can Ruti- contra los recortes ha transcurrido este martes en un ambiente festivo. “No podemos dejar de atender a los pacientes, así que nos manifestamos de otras maneras”, explica Lola, auxiliar de enfermería en pediatría. La protesta en Can Ruti se enmarca dentro de una jornada de acciones en varios hospitales catalanes en defensa de la sanidad pública y de las condiciones laborales de sus trabajadores. Los hospitales de Vall d'Hebron, de Bellvitge y el Moisés Broggi de Sant Joan Despí figuran entre los otros centros movilizados.
El principal motivo del enfado de los trabajadores es la nueva jornada laboral establecida por el Instituto Catalán de la Salud (ICS). A principios de este mes, el ICS determinó que la jornada pasaría de 35 a 37,5 horas semanales sin aumento del sueldo, en aplicación de la legislación estatal. Pero los sindicatos denuncian que el volumen anual se ha fijado en 1664 horas, una cifra diferente de la que se aplica en otras administraciones públicas. Las negociaciones con los representantes de los trabajadores terminaron sin acuerdo pero los sindicatos denunciaron la rotura “unilateral” de las conversaciones por parte del ICS. Los trabajadores se oponen también a la reducción de 9 a 3 los días de asuntos personales.