“Está todo a punto”. Así de clara fue la secretaria general del Departamento de Salud, Roser Fernández, cuando Diario Médico le preguntó sobre la privatización del Hospital Clínic, el segundo mayor centro sanitario público de Catalunya. Considerado un hospital de referencia nacional e internacional por su actividad médica y científica, el Clínic fue transferido a la Generalitat el 2007 y actualmente forma parte del Servei Català de la Salut como una entidad de naturaleza institucional pero sin ninguna forma jurídica concreta. El gobierno del tripartito había planteado la creación de un consorcio con presencia de la Generalitat, el Estado, el Ayuntamiento de Barcelona y la Universidad de Barcelona (UB) para gestionar un Clínic pero las elecciones al Parlament de 2010 paralizaron la reforma. Durante estos años, el centro ha contado con un patronato que hasta el 2011 presidió Marina Geli (PSC).
Tras la llegada de CiU al poder, Xavier Pomés -exconseller de los gobiernos de Jordi Pujol- asumió la presidencia del patronato. Su figura es clave para entender los planes de la Generalitat, que a mediados de 2012 nombró a Pomés presidente del Hospital de Sant Pau. La gestión de este centro, cuestionada tras la imputación de dos altos cargos por malversación, está dividida en tres fundaciones (patrimonial, gestora y de investigación) con presencia mayoritaria de las Administraciones y según avanzó el digital eldebat.cat, la Generalitat ya habría dado el visto bueno a una forma jurídica similar para el Clínic. El gobierno catalán se basa en un informe de la Sindicatura de Cuentas que alerta de la necesidad de dar una nueva estructura al ente pero como refleja un informe publicado en la revista ‘Mientras Tanto’, existen muchas dudas sobre la legalidad de un proceso que dividiría el centro en dos fundaciones e implicaría, por primera vez en Catalunya, la privatización de la gestión asistencial.
Reforma sin consensuar
Los planes de la Generalitat eran privatizar del Hospital Clínic a través de un decreto que ya ha sido redactado y que debía ser aprobado por el Consejo Ejecutivo del 20 de noviembre, con el Parlamento catalán disuelto. Sin embargo, las informaciones aparecidas durante las últimas semanas en diversos medios de comunicación han provocado que la decisión se retrase hasta después de las elecciones del 25 de noviembre. El sindicato Metges de Catalunya considera que el proceso de privatización de un hospital público no se puede “escapar” del debate parlamentario y recuerda, en un comunicado, que las negociaciones para una posible reforma de la titularidad del hospital deben emprenderse con “transparencia” y respetando “de forma escrupulosa” las reglas democráticas. En este sentido, el sindicato insta a la Generalitat a “no utilizar artimañas” en las que se aprovecha la ausencia de control del Parlamento para “consolidar cargos públicos, aprobar nombramientos y otorgar adjudicaciones y contratos” de forma “precipitada e innecesaria”.
La dirección del hospital ha remitido este miércoles una nota a los trabajadores dando explicaciones ante los insistentes rumores de privatización del hospital. El director general del hospital, Josep Maria Piqué, deja claro que la titularidad del patrimonio continuará siendo público pero no dice lo mismo de la gestión y apunta sin concretar que la gestión “no tendrá ánimo de lucro y su resultados revertirán directamente en la institución”. El secretario general de CCOO en el hospital Clínic, Sergi Hurtado, se muestra preocupado ante la situación actual ya que “se desconoce como podría afectar la privatización al centro sanitario”.
Un “replanteamiento” en la gestión
Tras la reunión del Consejo Ejecutivo de este martes, el portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguró que el gobierno catalán no tiene ninguna intención de privatizar el Hospital Clínic de Barcelona aunque sí apuntó a un “replanteamiento” para mejorar la gestión del centro. Homs, a quien no le constan negociaciones con grupos inversores para vender el Clínic, explica que “antes de recortar servicios”, la Generalitat prefiere estudiar la gestión de los órganos que los prestan porque “está obligada” a mejorarlos. En este sentido, el portavoz del gobierno catalán recuerda que la sanidad de titularidad concertada funciona con normalidad desde hace muchos años y ha rechazado el concepto “privatización” porque “conlleva un prejuicio y puede despistar”.
Ante esta situación, el representante sindical de CCOO, Sergi Hurtado, vaticina que “las listas de espera podrían ser más largas y a la vez se podría incrementar la actividad privada en el hospital”. A día de hoy, el porcentaje del trabajo que supone Barnaclínic es muy bajo y podría crecer fácilmente. Desde el comité de empresa reclaman que se frene el proceso de privatización y ponen sobre la mesa el empeoramiento de la sanidad pública en los dos últimos años. “No deben medir los resultados en base a beneficios económicos, deben tener en cuenta los beneficios sociales, y el control debe ser con órganos rigurosos y transparentes”, zanja Hurtado.
“Está todo a punto”. Así de clara fue la secretaria general del Departamento de Salud, Roser Fernández, cuando Diario Médico le preguntó sobre la privatización del Hospital Clínic, el segundo mayor centro sanitario público de Catalunya. Considerado un hospital de referencia nacional e internacional por su actividad médica y científica, el Clínic fue transferido a la Generalitat el 2007 y actualmente forma parte del Servei Català de la Salut como una entidad de naturaleza institucional pero sin ninguna forma jurídica concreta. El gobierno del tripartito había planteado la creación de un consorcio con presencia de la Generalitat, el Estado, el Ayuntamiento de Barcelona y la Universidad de Barcelona (UB) para gestionar un Clínic pero las elecciones al Parlament de 2010 paralizaron la reforma. Durante estos años, el centro ha contado con un patronato que hasta el 2011 presidió Marina Geli (PSC).
Tras la llegada de CiU al poder, Xavier Pomés -exconseller de los gobiernos de Jordi Pujol- asumió la presidencia del patronato. Su figura es clave para entender los planes de la Generalitat, que a mediados de 2012 nombró a Pomés presidente del Hospital de Sant Pau. La gestión de este centro, cuestionada tras la imputación de dos altos cargos por malversación, está dividida en tres fundaciones (patrimonial, gestora y de investigación) con presencia mayoritaria de las Administraciones y según avanzó el digital eldebat.cat, la Generalitat ya habría dado el visto bueno a una forma jurídica similar para el Clínic. El gobierno catalán se basa en un informe de la Sindicatura de Cuentas que alerta de la necesidad de dar una nueva estructura al ente pero como refleja un informe publicado en la revista ‘Mientras Tanto’, existen muchas dudas sobre la legalidad de un proceso que dividiría el centro en dos fundaciones e implicaría, por primera vez en Catalunya, la privatización de la gestión asistencial.