Ubicado en el Tecnoparc (Reus), el hospital salta a la vista por sus grandes dimensiones y arquitectura moderna. Algunos lo llaman “el aeropuerto”. Oficialmente se llama Hospital Universitario Sant Joan de Reus. También destacan las placas fotovoltaicas en la cubierta así como los diferentes jardines a los que se accede desde cualquiera de los pasillos. Dentro, el edificio da la sensación de ser una especie de laberinto de paredes blancas y largos pasillos dominados por una luz natural que invade el centro a través de las enormes vidriadas. Un diseño horizontal estructura del hospital en cinco niveles y una planta técnica de instalaciones y grandes áreas diferenciadas por letras y colores. La mayoría de habitaciones son individuales y están preparadas para, si es necesario, convertirlas en dobles.
Era 24 de septiembre de 2010, el día antes de la diada de Misericordia. Las cifras eran espectaculares: 92.073 metros cuadrados, 310 camas de internamiento, 150 camas sociosanitarias, 60 boxes de urgencias, 12 quirófanos -uno de ellos para urgencias y otro para ginecologia- y 36 plazas de hospital de día. Los entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, y consellera de Salut, Marina Geli, inauguraban con orgullo ante la prensa el novísimo Hospital Sant Joan de Reus, que triplicaba en capacidad al viejo.
En la inauguración, Montilla y Geli acompañaban con una sonrisa al socialista Lluís Miquel Pérez, que estuvo al frente del gobierno municipal como alcalde de Reus desde el 99 hasta el 2011 y que se encuentra ahora entre la cincuentena de imputados por el caso Innova. La inauguración del hospital suponía la culminación de un proyecto puesto en marcha cuatro años atrás. La luz que hoy domina los pasillos del hospital contrasta con las sombras que planean sobre la construcción de éste.
El centro debe todavía cerca de 50 millones de euros a los bancos
A mediados del año 2000 el Ayuntamiento gobernado por el PSC decide que el hospital se queda pequeño. Entonces el gobierno municipal habla con la consellera de Salut y se ponen de acuerdo en que es necesario construir un nuevo hospital. Así, el Ayuntamiento, a través de la empresa municipal Innova, decide pedir un crédito para hacer las obras del hospital. “Una parte del aval, y esto es muy significativo, es el dinero que daba el CatSalut para mantener a los pacientes. Otra parte son los terrenos del hospital antiguo”, explica el concejal de la CUP David Vidal, que comenzó a levantar alfombras en el Ayuntamiento cuando su formación entró por primera vez, tras las municipales de 2011. Por ahora el hospital debe todavía a los bancos cerca de 50 millones de euros -intereses incluidos- del crédito solicitado para construirlo. El coste de la obra, que salió a oferta pública por una cifra de 70 millones de euros, aumentaba hasta los 170 millones de euros, según anunciaba la nota de prensa del Ayuntamiento difundida el día de la inauguración. Es decir, que sobrepasaría en 100 millones la previsión inicial. Con todo, aún hoy se desconoce en qué se habrían gastado estos 100 millones de más.
El hospital, de titularidad 100% municipal, depende del concierto del ICS con Innova. Alrededor de un 7% de lo que factura el hospital proviene de lo que ingresa por la actividad de mutuas y privados, a los que se reserva el uso de los quirófanos por las tardes, explica a este diario el concejal de la CUP. Según datos del centro, la actividad de mutuas y privados habría aumentado un 28% entre 2011 y 2013. Por otra parte recibe 9 millones de euros mensuales del CatSalut, es decir, 108 millones de euros anuales. Según fuentes de la dirección médica del Hospital el porcentaje de inactividad o desocupación del centro es del 20-25%. De las 400 habitaciones, unas 300 a 320 están ocupadas. “Si se recibieran dinero para tener ocupadas las 400 habitaciones las tendríamos todas, del mismo modo que podríamos tener las habitaciones ocupadas por dos personas en vez de una”, explica Vidal.
387.000 euros por 4 informes y la “esquizofrenia contractual” de Batesteza
Una de las piezas que están siendo investigadas por el juez instructor del caso Diego Álvarez de Juan, la número dos, hace referencia a la contratación del arquitecto Jorge Batesteza, quien ocupó cargos en el Servei Català de la Salut entre 2000 y 2007, años durante los que habría mantenido reuniones con Innova como gerente de Infraestructuras del CatSalut para asesorar el consistorio sobre cómo debía ser el proyecto del nuevo hospital. Según el auto emitido por el Juzgado de Instrucción número 3 de Reus el pasado 23 de Julio, Batesteza fue contratado por Innova pocos días después de dejar el cargo al CatSalut. La empresa municipal la habría fichado a través de un contrato suscrito por el también imputado Josep Prat, que entonces era el gerente, para realizar funciones de asesoramiento técnico en la construcción del nuevo hospital, funciones por las que cobró 9.000 euros mensuales (más IVA). “Él ya tenía unos conocimientos de antemano”, comenta Vidal.
El total facturado a Innova en relación a los tres contratos que el arquitecto firmó entre 2007 y 2010 asciende a 387.000 euros (más IVA). Según especifica el auto sólo se tendría constancia de cuatro informes sobre la evolución de los trabajos efectuados por Batesteza, quien según el contrato debería haber presentado hasta 43. Además, el arquitecto facturó hasta casi 9.000 euros en concepto de desplazamientos por supuestas visitas en Reus, las cuales de momento no se han podido acreditar en su totalidad.
La situación se complica aún más cuando Innova contrata la empresa Euroconsult, que a su vez contrata Batesteza como técnico externo para que “inspeccionara, controlara y supervisara” la ejecución de las obras. Es decir, habría cobrado para supervisar a sí mismo, un hecho que el juez ha llamado “esquizofrenia contractual”. Este hecho supuso un sobrecoste, según indica el auto, de al menos 116.293.71 euros. Con todo, Batesteza mantuvo ambos contratos y habría cobrado simultáneamente por las dos bandas, de Innova por un lado, y de Euroconsult por el otro. Jorge Batesteza está imputado por prevaricación, malversación de fondos públicos, tráfico de influencias, fraude administrativo, blanqueo de capitales y falsedad documental.
Otros puntos opacos relacionados con el Hospital
Además de la pieza sobre la contratación de Batesteza, fuentes cercanas al caso aseguran que es posible que el juez estuviera investigando otros ámbitos relacionados puramente con las obras de construcción del hospital. Aspectos que podrían estar siendo investigados implicarían elementos que irían desde la plancha de hormigón hasta la jardinería o las placas solares.
Por otra parte, la contratación de diferentes servicios por parte del grupo que gestiona el hospital, SAGESSA, estaría incumpliendo la Llei de Contractes del Sector Públic en un porcentaje elevado. Este diario ha tenido acceso al acta de la reunión del Consejo de Administración del Hospital Sant Joan de Reus del día 18 de septiembre de 2014, donde se anuncia que según un estudio realizado el 85% de los contratos del grupo SAGESSA no se encuentran incluidos en el registro de contratación. Es decir que sólo un 15% de la contratación de servicios por parte del grupo cumple la Ley de Contratos. Más concretamente, de los 46.986.000 euros del gasto con terceros que se debería haber licitado en 2014 sólo licitaron cuenta 12.060.000.
Ubicado en el Tecnoparc (Reus), el hospital salta a la vista por sus grandes dimensiones y arquitectura moderna. Algunos lo llaman “el aeropuerto”. Oficialmente se llama Hospital Universitario Sant Joan de Reus. También destacan las placas fotovoltaicas en la cubierta así como los diferentes jardines a los que se accede desde cualquiera de los pasillos. Dentro, el edificio da la sensación de ser una especie de laberinto de paredes blancas y largos pasillos dominados por una luz natural que invade el centro a través de las enormes vidriadas. Un diseño horizontal estructura del hospital en cinco niveles y una planta técnica de instalaciones y grandes áreas diferenciadas por letras y colores. La mayoría de habitaciones son individuales y están preparadas para, si es necesario, convertirlas en dobles.
Era 24 de septiembre de 2010, el día antes de la diada de Misericordia. Las cifras eran espectaculares: 92.073 metros cuadrados, 310 camas de internamiento, 150 camas sociosanitarias, 60 boxes de urgencias, 12 quirófanos -uno de ellos para urgencias y otro para ginecologia- y 36 plazas de hospital de día. Los entonces presidente de la Generalitat, José Montilla, y consellera de Salut, Marina Geli, inauguraban con orgullo ante la prensa el novísimo Hospital Sant Joan de Reus, que triplicaba en capacidad al viejo.