El acceso a una vivienda digna y asequible es clave en el estado de salud de las personas. Así lo pone de manifiesto el informe Canvis en l'habitatge i salut en població vulnerable, realizado por Càritas Diocesana de Barcelona en colaboración con la Agencia de Salud Pública.
Una de las conclusiones del informe presentado este jueves, que se basa en una encuesta realizada a 232 usuarios de Càritas, es que en comparación con una anterior encuesta realizada en 2012, varios indicadores de salud mejoran de manera significativa cuando también lo hacen las condiciones de vivienda a pesar de que la situación laboral y económica no experimente cambios sensibles.
También destaca que la salud mental mejora más en los usuarios después de que experimenten una mejora sustancial en sus condiciones de vivienda, por ejemplo, por medio de un realojamiento o ayuda al alquiler. Según apunta el informe, los datos muestran que “las intervenciones y las políticas que logran incidir sobre estos aspectos pueden redundar en impactos en bienestar psicológico y la salud física de colectivos vulnerables”. En esta línea, Mercè Darnell, jefa del Área social de Càritas Diocesana de Barcelona, ha recordado este jueves que “es importante hacer denuncia, intentar colaborar para que se mejoren las políticas sociales”. “Nosotros lo que queremos es que las personas que atendemos no tuvieran que volver”, ha asegurado.
Una de las recomendaciones que se hace en el informe es aumentar el parque de viviendas de alquiler social y establecer una moratoria en los desahucios. “El acceso a la vivienda digna en Barcelona es muy difícil, en Catalunya hay muy pocos pisos de alquiler social”, ha denunciado Darnell.
En relación a este aspecto, la gerente de la Agència de Salut Pública, Carme Borrell ha recordado que las políticas de las administraciones dependen de los gobiernos. “De momento, en el caso de Barcelona el gobierno que tenemos ha puesto ya sobre la mesa un plan de barrios para trabajar aspectos de desigualdad en salud”, ha apuntado. “Con otros gobiernos no podíamos ni enseñar estos datos”, ha dicho en alusión al anterior gobierno municipal de Xavier Trias. Los datos a los que ha hecho referencia Borrell son la desigualdad social y los efectos sobre la salud que se desprenden del proyecto europeo SOPHIE, en el que se enmarca el informe presentado.
Determinante para la salud mental de los menores
Una de las realidades que destaca el texto es que la situación de mala salud mental en menores de edad disminuye de manera muy significativa cuando éste se encuentra en el seno de una familia que tiene acceso a una vivienda digna y asequible.
A través de encuestas a 78 menores que pertenecen a familias usuarias de Càritas, el informe indica una mejora respecto a los datos obtenidos en 2012, una mejora que respondería a la atención prestada por la entidad. Según los datos la situación de mala salud mental disminuye de un 53,2% a un 20,3% en el subgrupo de usuarios de los Equipos de Atención Directa, es decir, en familias en las que se habría identificado una necesidad prioritaria de mejorar las condiciones de vivienda con un realojamiento. Por otra parte, entre los menores del subgrupo de usuarios que recibían el apoyo del Servicio de Mediación en la Vivienda (que tiene como finalidad mediar entre afectados por pagos hipotecarios o de alquiler con el propietario de la vivienda) los casos de mala salud mental habrían pasado del 34,8 al 13%.
Una de las recomendaciones con respecto a los menores es la de reforzar la red de atención en salud mental infantil y juvenil. Según Mercè Darnell, el aumento de casos de atención en salud mental en cuanto a menores estaría relacionado con las actuales listas de espera o con las frecuencias de visita, que serían insuficientes.
El acceso a una vivienda digna y asequible es clave en el estado de salud de las personas. Así lo pone de manifiesto el informe Canvis en l'habitatge i salut en població vulnerable, realizado por Càritas Diocesana de Barcelona en colaboración con la Agencia de Salud Pública.
Una de las conclusiones del informe presentado este jueves, que se basa en una encuesta realizada a 232 usuarios de Càritas, es que en comparación con una anterior encuesta realizada en 2012, varios indicadores de salud mejoran de manera significativa cuando también lo hacen las condiciones de vivienda a pesar de que la situación laboral y económica no experimente cambios sensibles.