La situación económica está llena de incógnitas a pesar de las declaraciones oficiales eufóricas. El día a día de las empresas así lo demuestra. La sociedad Castellón Automotive (CSA), del ramo de los componentes para automóvil, es un ejemplo en este sentido. Tanto, que sus trabajadores han convocado huelgas para los días 2, 11, 12, 17, 18 y 19 de marzo. Lo hacen para pedir información sobre la viabilidad de la compañía.
Castellón Automotive, trabaja desde Ripollet para grandes clientes, el más importante es Ford. En la fábrica producen sistemas complejos como los mecanismos eleva lunas de algunos modelos de coches, o cables de mando, por ejemplo los frenos de mano. La plantilla es de unos 250 empleados. Desde el año 2009 vive bajo una gran incertidumbre respecto al futuro de la empresa. Y lo peor es que a pesar de las demandas de información, los trabajadores no han podido sacar nada en claro, según explica Pedro Alcaraz, miembro del comité de empresa por CCOO.
La empresa sufrió en 2009 un concurso de acreedores. Según los trabajadores, esta circunstancia les ha hecho perder credibilidad entre los clientes, lo que a su vez se ha notado en la pérdida de proyectos, cosa que hacer temer a los trabajadores por la continuidad de la compañía.
En el sector de la fabricación de componentes para el automóvil los pedidos, cuando se ganan, suelen durar toda la vida del modelo al que están vinculados. En este sentido, el temor de los trabajadores se justifica porque uno de los encargos más importantes con que cuentan se relaciona con el Ford K, y, a pesar de las peticiones, no han recibido información sobre el trabajo lo sustituirá cuando se deje de fabricar el modelo mencionado.
Otro elemento que justifica el nerviosismo de los trabajadores es la proliferación de Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), que la empresa ha aplicado de manera reiterada. Actualmente hay uno en vigor que afecta a la totalidad de la plantilla.
También se dan señales negativas en, por ejemplo, el retraso a pagar las pagas extraordinarias. La correspondiente navidad ha sido aplazada por la dirección hasta el verano de 2015, según fuentes sindicales.
Los trabajadores y el comité de empresa, formado por CCOO y UGT han intentado varias veces dialogar con la compañía y con la propiedad para averiguar cuáles son las perspectivas de futuro. En todos los casos la respuesta ha sido ambigua, aseguran.
Antes de la convocatoria de huelga se intentó una reunión, en el Tribunal Laboral de Cataluña. Terminó sin acuerdo, aunque hay una segunda convocatoria para el 10 de marzo.
Castellón Automotive es un grupo empresarial de origen familiar. En el año 2011 con la presentación del concurso de acreedores se produjo una segregación del grupo, que quedó dividido en varias sociedades. La de Ripollet es una. En Madrid hay una sociedad dedicada al mismo tipo de producción, que parece que va mejor. También hay una planta en México abierta recientemente.
Los trabajadores reclaman información sobre el futuro que permita cambiar la actual perspectiva. Fruto de los ERTE se empiezan a producir situaciones difíciles, porque, dicen: “las facturas no se pagan con buenas palabras”.