Los primeros encuentros entre los negociadores del Expediente de Regulación de Empleo de TV3 y Catalunya Radio, que supondrá el despido de 312 personas, muestran la crudeza de la batalla que se avecina.
La propuesta de la consultora PricewaterhouseCoopers, que representa a la empresa en la negociación, cada vez es más concreta y ya se conocen algunos datos: se prevén 100 despidos de periodistas: 60 en TV3 y 40 en Catalunya Ràdio, según fuentes del Sindicat de Periodistes de Catalunya conocedoras de los avances del expediente. Esta organización ha tachado esta medida de “ofensiva descarada contra el modelo de medios públicos” que hasta ahora consideran que representaba la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), además de un ataque “sin precedentes” a la profesión periodística.
Aunque, según CCOO, el lenguaje de la útima reunión fue “críptico”, sobre la mesa se puso la eliminación de programas informativos de TV3 como Àgora, Karakia y Sense Ficció. También se insinuó la reducción de la producción de Singulars y Cinema 3, entre otros. Jordi López Santin, de CCOO, asegura que las medidas han sido presentadas tras el eufemismo de “reperiodificar”. Otros ajustes ya confirmados son la supresión de la delegación de TV3 en el País Vasco y la ya conocida reducción de personal que estaría fijada en las 312 personas iniciales.
La representación empresarial en las negociaciones la ostenta la consultora PricewaterhouseCoopers, aunque a la reunión asistieron también el director de TV3, Eugeni Sallent, y el director de Recursos Humanos de la CCMA. Los sindicatos presentes en el encuentro afirman que quien llevaba la voz cantante era Salvador Pérez, de PwC.
El Sindicat de Periodistes critica que se deje aparentemente en manos de PwC qué programas deben desaparecer, qué información son o no necesaria y, con concepciones puramente fordianas, se dictaminen cómputos de productividad y de competencia profesional. Estas evaluaciones las deja la consultora en manos de los mandos intermedios de la corporación, a quienes en gran parte se les asegura la continuidad y que serían, según ellos, los encargados de hacer las listas de afectados.
Ante esto, y tal como avanzó catalunyaplural.cat, el sindicato de periodistas teme “los criterios para elaborar las listas impliquen una depuración ideológica para un mejor funcionamiento de los medios como herramientas de propaganda del gobierno”. Este temor, para el sindicato, no es descartable, si no “más bien probable”.
Reticencias políticas
No son sólo los sindicatos los que expresan reticencias ante la ofensiva de CiU con el ERE a la corporación. Otras fuentes políticas con representación en la dirección de la CCMA, bajo condición de anonimato, indicaban a catalunyaplural.cat sus dudas sobre si el plan que se lleva adelante es el más adecuado. En opinión de estas fuentes quizás se habría debido planificar con más tiempo la reconversión. Sin entrar en detalles, se cuestionan si la solución a los problemas económicos de TV3 se lograrán sólo con reducir el número de trabajadores o si serían mejores otras medidas enfocadas a reducir los gastos en otros ámbitos.
En todo caso, y con la voluntad de no “politizar” la cuestión, los consultados por este diario no aclaran si cuando se decidió aprobar la reestructuración de los medios públicos se manifestaron a favor o en contra de la medida. Sí que dejaron en manos de CiU, con tres representantes en el Consejo de Administración de la corporación pública, el impulso definitivo al proyecto que ha de sacudir el modelo de medios públicos catalán.
Los primeros encuentros entre los negociadores del Expediente de Regulación de Empleo de TV3 y Catalunya Radio, que supondrá el despido de 312 personas, muestran la crudeza de la batalla que se avecina.
La propuesta de la consultora PricewaterhouseCoopers, que representa a la empresa en la negociación, cada vez es más concreta y ya se conocen algunos datos: se prevén 100 despidos de periodistas: 60 en TV3 y 40 en Catalunya Ràdio, según fuentes del Sindicat de Periodistes de Catalunya conocedoras de los avances del expediente. Esta organización ha tachado esta medida de “ofensiva descarada contra el modelo de medios públicos” que hasta ahora consideran que representaba la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), además de un ataque “sin precedentes” a la profesión periodística.