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Antoni Oró, director de Aposta: “El cooperativista necesita formarse mucho porque es a la vez trabajador y propietario”

Tomeu Ferrer

Barcelona —

Antoni Oró es el director de la Aposta. Lo es desde hace unos tres meses. Trabaja ahora en un replanteamiento que permita mejorar, aún más, la gestión de esta cooperativa especializada en formación.

Cómo y porque nace Aposta?

Hace diez años. Casi veinte cooperativas decidieron crear una entidad cooperativa para resolver las necesidades de formación de las cooperativas de trabajo. Así nace Aposta que, por extensión, pretende también resolver las necesidades formativas del sector cooperativo.

Entre los socios de Aposta está la misma Federació de Cooperatives de Treball de Catalunya (FCTC) con quien nosotros trabajamos estrechamente. La federació es una organización que está atenta a las necesidades de las cooperativas, federadas o no, y entre estas necesidades está en primer lugar la preparación técnica, la formación de sus socios y trabajadores.

¿Qué otras cooperativas son socias de Aposta?

Las hay significativas, como Sersa, el Col·lectiu Ronda, La Escuela Sant Gervasi, Coop 57, Arç, Sepra, Seida, Abacus o Suara, entre otras. En total detrás de lo que significa Aposta se puede decir que hay varios miles de personas, además de la federació propiamente dicha.

En la instrucción que impartís creo distinguir entre la de iniciación al cooperativismo y la formación continuada para los socios de las cooperativas que ya funcionan, ¿es así?

Efectivamente nosotros hacemos formación continua, que tiene como objetivo las personas que trabajan y son socias de las cooperativas, pero si una sociedad mercantil se nos acerca y nos contrata, no hay ningún problema.

Aunque nuestros valores son los cooperativos, nosotros colaboramos tanto con una entidad que quiere abrir una línea de negocio nueva como contribuimos a impartir cursos sobre, por ejemplo, cómo gestionar el estrés emocional para entidades que trabajan con personas con discapacitados.

Pero, ¿tienen una formación específica para las cooperativas?

Sí, claro. Un cooperativista es, además de un trabajador, una persona que tiene la capacidad de decidir sobre la marcha de su empresa, porque es propietario. La cooperativa es una sociedad democrática y las grandes decisiones, tarde o temprano pasan por la asamblea. Por lo tanto, hay un tipo de conocimiento, el cooperativo, que significa saber, por ejemplo, como es la organización en la que trabajan, que es el cooperativismo y las funciones de sus órganos. También, en muchas asambleas, se deben tomar decisiones en base a datos económicos y hay que saber interpretarlos. Y esta información también es necesario que se tenga y para ayudar a ello está la formación.

¿Pero además ustedes imparten formación de acompañamiento para las cooperativas que ya están en marcha?

Si, pero es estrictamente formación, no asesoría. Nosotros apoyamos a las entidades desde la vertiente de la formación. Sin embargo es inevitable que una vez se inicia un curso haya muchas consultas que rocen lo que sería el asesoramiento, pero este aspecto como tal no lo tocamos.

¿Cuál es el punto diferencial entre la instrucción y formación para cooperativas y la que se da para sociedades mercantiles?

La formación tiene mucho que ver con la función que una persona hace dentro de la empresa. Si maneja una máquina debe conocer cosas relacionadas con este trabajo y su entorno. También está el conocimiento cooperativo que es común para todos: saber qué es una cooperativa, cómo se organiza, etcétera. Si una persona tiene, además, una función directiva, tendrá otras necesidades formativas. Finalmente está lo que llamamos habilidades personales, como son gestión del tiempo, o la inteligencia emocional que, en determinadas tareas son importantes. Todo ello forma parte de los programas formativos que imparte Aposta.

¿Cuál es el balance de sus actividades?

Bien, sólo durante el año pasado hicieron 144 acciones formativas, que supusieron 3.034 alumnos y 1.500 horas de formación que implicaron a 57 docentes, además de desarrollar 8 proyectos.

Hay algo que quisiera resaltar. Una vez las personas acabamos nuestra educación, se crean dos grandes grupos, los que ejercen un trabajo en una empresa y los cuadros directivos. Estos últimos se forman en las escuelas de negocios y los trabajadores se forman en las escuelas de formación continua, profesional.

Este mundo de las cooperativas esto, a veces se mezcla. El socio es trabajador y al mismo tiempo ejerce de directivo, lo que supone la eliminación de la dependencia sobre la que se ha montado el mundo del trabajo: unos trabajan a las órdenes de los otros. En las cooperativas esto es diferente. Ambos sectores deben trabajar juntos, funcionar como un equipo. Nosotros lo que intentamos, a partir de la formación, es unir esfuerzos y que dichos esfuerzos engranen.

¿Por lo tanto se ha de pensar en la preparación específica de los directivos de las cooperativas?

Si, personalmente creo que Aposta debería contribuir a crear los cuadros de las cooperativas. Hay veces que estos directivos no existen, porque los socios son muy buenos haciendo los trabajos que realizan, pero cuándo se ha de gestionar o administrar la empresa muchas veces este trabajo no gusta y se da la tendencia a pensar que lo haga otro. Esto ocurre porque a esta función, la directiva, no se le da el valor que debería tener. Y yo creo que este espíritu directivo lo debemos desarrollar, porque es necesario que las cooperativas funcionen y lo hagan muy bien.

Algo que llama la atención es que tiene un campus on line. ¿Cuál es se su objetivo?

En sus orígenes la idea era hacer formación a distancia. Y de hecho hacemos alguna. Tenemos la herramienta preparada, pero the de decir que tenemos también un gran reto para desarrollar esta posibilidad. Yo soy un gran fan, me formé on line y creo, en definitiva, que debemos apostar por esta línea de negocio. Pero, hay que decir que por la parte del usuario sólo se utiliza una parte muy pequeña de la disponibilidad que los medios tecnológicos dan, especialmente en el ámbito formativo.

Financiar la formación en el mundo cooperativo tiene que ver con los fondos que las entidades destinan a ellopor propia iniciativa. Las administraciones también deberían ayudar, ya que las cooperativas suponen trabajo estable y de calidad. . .

Efectivamente, las cooperativas, es uno de sus principios, deben dotar para formación y educación un fondo con el 10% de los beneficios. Y la administración también dedica dinero a este apartado. Hay dotaciones económicas específicas para la economía social. Este dinero lo gestiona la fundación tripartita, donde están las empresas, los sindicatos y el tercer sector. Y en este sentido, cada año la federació de cooperatives pugna por conseguir el máximo de fondos para este destino formativo.

Pero, además hay un tercer ámbito, que es un fondo que se provee de una retención que se hace en la nómina de los trabajadores, creo que es un 0,1% del salario. Este dinero se dedica a formación. Cada empresa tiene un bote acumulado con dicho dinero, con el que se pueden hacer acciones formativas, pero muchas compañías o cooperativas desconocen esta posibilidad. Por eso, cuando nos encargan diseñar un programa formativo nosotros mismos gestionamos estas bonificaciones, porque estamos preparados para hacerlo.

¿Como realizan la formación, la asumen directamente?

Nosotros hemos desarrollado un modelo basado en una estructura fija y ligera y después trabajamos con una red de formadores muy amplia, ya que los requerimientos son también muy variados. De cara al futuro, lo que me gustaría es tener esta red con unas relaciones más estables y centradas en el medio y largo plazos, con gente que se responsabilizara de las diferentes áreas de conocimiento.

En el día a día, cuál es su vinculación con las entidades fundadoras, por ejemplo la Federació, le ayuda a partir del principio de intercooperación?

Orgánicamente la federación es socia de Aposta. Nuestra relación es más estrecha aún, porque compartimos local con la federación y trabajamos codo con codo.

Otras agrupaciones, como la federación agraria, tienen integrado en su estructura su servicio de formación. Aquí se montó diferente, siguiendo el espíritu cooperativo,se dijo: que sean las propias entidades las que creen una cooperativa para dar este servicio y así estará más cerca de sus usuarios. Esto significa dejar en manos de las propias cooperativas la gestión de la formación.

¿Es consciente de que a medida que las cooperativas se hacen más grandes hay necesidad de preparación no sólo para los cooperativistas sino también para los dirigentes?

Me gustaría que a medio plazo Aposta generara personas integradas en las cooperativas con un conocimiento más dirigido a la gestión. Hay debate en ello. Muchas cooperativas analizan si hay que tener una gestión interna o externa, si poner un director o un gerente o no ponerlo.

En esta línea, y como reflexión personal, pienso si la existencia de un equipo de gente, preparada y conocedora a fondo del cooperativismo no podría servir para asesorar a las cooperativas, aunque fuera de forma rotativa. Esto sería importante, porque creo que la gestión de las cooperativas es un problema que no está resuelto.

En su vertiente de dar servicios, ¿ha pensado en el tercer sector, entidades sin ánimo de lucro, fundaciones, asociaciones?

Tenemos clientes del tercer sector. Nosotros no hacemos un feo a nadie. Incluso, a la larga me gustaría, por ejemplo, que vinieran sociedades limitadas interesadas por la formación diferencial que impartimos, que dijeran, “a mí me interesa recibir formación en la participación y en la colaboración de los trabajadores y la empresa ”, y esto lo podemos hacer nosotros mejor que nadie.

Aposta tiene una línea de colaboración con la universidad, ¿como va esto?

Esta es otra de las patas de nuestra actividad, lo que nos gusta mucho. Es una línea de desarrollo del conocimiento colaborativo. Tenemos un postgrado con el IGOP (Instituto de Gobierno de políticas Públicas) de la UAB y también estamos haciendo una especie de MBA, con el IL3 y la Universitat de Barcelona, que ahora se concentrará en un posgrado y que también se hará en castellano porque quieren entrar en el mercado sudamericano.

Al respecto me gustaría que Aposta no fuera sólo una empresa que hace formación sino que, poco a poco, el conocimiento del mundo cooperativo y las soluciones cooperativas se pudieran poner a disposición de la sociedad.

Ahora parece que se estimula la emprendeduría cooperativa. .

Si se mira bien, en Cataluña hay más de 600.000 micro empresas de las que menos de un 1% son cooperativas. Pero, todas estas SL, son cooperativas de hecho. Si se mira bien están formadas por dos o tres personas que han creado la sociedad no para invertir su dinero sino para tener un trabajo. Y para trabajar la herramienta más adecuada que hay es la cooperativa. Si lo que nos une es el trabajo: hacemos una cooperativa de trabajo!

¿Como veríais a medio plazo la creación de una universidad dirigida específicamente al mundo cooperativo?

Mira, estos días estoy meditando sobre ello. ¡A mí me encantaría! Ahora, mientras preparo el plan estratégico para Aposta, he leído un artículo sobre las universidades corporativas. Hay grandes empresas que crean universidades para resolver las necesidades de instrucción de sus plantillas. Esto me ha hecho pensar en una universidad corporativa del cooperativismo. Es difícil que una cooperativa pueda crear una universidad sola, pero el movimiento cooperativo sí lo podría hacer, y todos la sentirían como suya. Pero, claro, esto forma parte de los deseos.

Antoni Oró es el director de la Aposta. Lo es desde hace unos tres meses. Trabaja ahora en un replanteamiento que permita mejorar, aún más, la gestión de esta cooperativa especializada en formación.

Cómo y porque nace Aposta?