A veces las cooperativas las crean trabajadores de empresas convencionales que se niegan a tirar la toalla. Y estos trabajadores escogen la cooperativa como forma de la nueva empresa. Pero seguro que hay pocos casos en los que estos trabajadores se esfuercen por mantener el nombre de su antigua empresa. Si lo han hecho los antiguos empleados de la sociedad, que hace aproximadamente un año crearon la cooperativa Inoxgrup, sccl, que comercializa la marca Inoxcrom. Poseen la marca porque uno de los propietarios de la antigua empresa, Manuel Vaqué Boix, les ha cedido el uso, precisamente para asegurar la pervivencia de la que fue una firma puntera de su sector a nivel internacional.
La cooperativa, según su presidente, Toni Sánchez, está formada por 4 socios laborales y 10 socios no trabajadores. Todos provienen de la antigua sociedad anónima. A pesar de que hubieran querido continuar la producción integral de bolígrafos y plumas estilográficas de calidad, tal como se hacía desde 1942, ahora sólo diseñan y comercializan los utensilios de escritura. No ha sido posible hacer más, aunque mantienen la esperanza de volver a fabricar.
La marca Inoxcrom, que comercializan estos ex trabajadores, tiene una nueva y completa colección de bolígrafos que lanzarán en los próximos meses como renovación de la que tenían desde 2013 La han diseñado ellos, modernizando en algunos casos la imagen y en otras han tratado de mantener la línea clásica de la casa.
La cooperativa Inoxgrup no funcionaría si estos antiguos trabajadores de Inoxcrom no se la hubieran jugado capitalizando sus prestaciones de desempleo cuando su antigua empresa cerró. “Enseguida pensamos que podíamos crear una cooperativa como el tipo de empresa que se ajusta más a nuestra forma de pensar”, explica Sánchez. “Fuimos a la calle Premià (sede de la Federación de Cooperativas de Trabajo de Cataluña FCTC) y allí nos han ayudado en todo lo que han podido”, explica el responsable de la empresa.
Compra frustrada
Una de las formas de ayuda ha sido conseguir un crédito participativo de Gicoop, lo que les ha ayudado a hacer las primeros y más difíciles pasos como empresa. Pero también desde la federación se facilitaron contactos con el departamento de Empresa y Empleo pero el intento no consiguió la adjudicación de la unidad productiva. En este afán colaboraron además de la federación, la Fundació Seira y la red Financoop, que también han ayudado en el proceso de constitución de la cooperativa.
El presidente de la cooperativa se lamenta la decisión judicial, que al final del proceso del concurso de acreedores concedió la unidad productiva de Inoxcrom a Blond Europe SL, la sociedad de Sebastián Clotet y Juan Marroquín. “Esta empresa la formaban las mismas personas que llevaron Inoxcrom a la liquidación fruto de una deuda de 40 millones”, según Sánchez. La adjudicación fue por el precio simbólico de un euro.
“Ahora hemos tenido que hacerlo casi todo desde cero”, explica. En este primer año de funcionamiento, se han tenido que recuperar uno a uno parte de los clientes de la antigua empresa. “Si hubiésemos conseguido quedarnos la compañía lo habríamos tenido todo, desde las direcciones de la clientela hasta todos los moldes y maquinaria”, dice Sánchez. Ahora una de las tareas que han tenido que realizar los componentes de la cooperativa ha sido obtener nuevos clientes y recuperar los antiguos. Y poco a poco lo consiguen: “empezamos con cero clientes y ahora ya superamos las 400 fichas, entre mayoristas y mayoristas”, asegura Toni Sánchez.
A la gente de la cooperativa que comercializa Inoxcrom les gustaría poder realizar todo el proceso productivo: “nuestra ilusión sería que se pudieran crear muchos más puestos de trabajo, hasta los más de 100 que teníamos previstos si hubiéramos podido comprar el empresa”. Por ello, a pesar de fabricar los productos en China, intentan que no disminuya la calidad, “somos conscientes de que la marca exige unos estándares de calidad a nivel europeo, y eso lo cuidamos mucho”.
El espíritu cooperativo, a pesar de la incipiente creación de su sociedad, ya se practica. Toni Sánchez explica que el packaging de algunos de los bolígrafos “lo hemos encargado a la cooperativa TEB”, esta sería una muestra de intercooperación. Igualmente, muestra recambios de tinta para bolígrafo y para pluma estilográfica, preparados en una nueva presentación basada en tres elementos: uno, la marca Inoxcrom, otro la imagen del skyline de Barcelona, y el tercero la frase “la cooperativa”. “Este producto está pensado para aquellos clientes que, como Abacus, siempre nos han comprado, y con los que tenemos que hablar”, dice el presidente de la cooperativa.
De hecho, la nueva cooperativa que comercializa Inoxcrom prevé alcanzar el punto de equilibrio financiero durante el año próximo. Esto, porque la empresa se ha dotado de una economía absolutamente austera, no queremos hacer ricos, queremos simplemente trabajar en lo que nos gusta y ganarnos la vida“, dice Sánchez.
A veces las cooperativas las crean trabajadores de empresas convencionales que se niegan a tirar la toalla. Y estos trabajadores escogen la cooperativa como forma de la nueva empresa. Pero seguro que hay pocos casos en los que estos trabajadores se esfuercen por mantener el nombre de su antigua empresa. Si lo han hecho los antiguos empleados de la sociedad, que hace aproximadamente un año crearon la cooperativa Inoxgrup, sccl, que comercializa la marca Inoxcrom. Poseen la marca porque uno de los propietarios de la antigua empresa, Manuel Vaqué Boix, les ha cedido el uso, precisamente para asegurar la pervivencia de la que fue una firma puntera de su sector a nivel internacional.
La cooperativa, según su presidente, Toni Sánchez, está formada por 4 socios laborales y 10 socios no trabajadores. Todos provienen de la antigua sociedad anónima. A pesar de que hubieran querido continuar la producción integral de bolígrafos y plumas estilográficas de calidad, tal como se hacía desde 1942, ahora sólo diseñan y comercializan los utensilios de escritura. No ha sido posible hacer más, aunque mantienen la esperanza de volver a fabricar.