Empleados de Amazon van a la huelga contra el “cierre encubierto” de una planta: “Están abusando de nosotros”

Pol Pareja

Martorelles (Barcelona) —
1 de febrero de 2023 22:45 h

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Juan, 28 años, firmó la hipoteca de su nuevo piso en Badia del Vallès (Barcelona) el lunes. Dos días después estaba en un piquete frente a una planta logística de Amazon en Martorelles, a pocos kilómetros de su futuro domicilio, para protestar contra un traslado forzoso que les pretende imponer el gigante del comercio electrónico. 

“¿Cómo me voy a ir a Zaragoza o a Figueres a trabajar si acabo de comprarme un piso?”, se lamentaba este empleado, cuyo nombre ha sido modificado a petición suya. “Nos faltan el respeto”, afirmaba Miguel Ángel Montero, 48 años, uno de los pocos que accedieron a que se publicara su nombre completo. “Están abusando de nosotros”, añadía otro empleado.

Amazon ha decidido cerrar su centro logístico de Martorelles, en el que trabajan unos 800 empleados sin contar los servicios subcontratados de seguridad o limpieza. La empresa ha ofrecido a sus trabajadores trasladarse a dos nuevas plantas que abrirá en Zaragoza (a 313 kilómetros de ahí) o Figueres (Girona, a 125 kilómetros) con unas compensaciones “inaceptables”, según fuentes del comité de empresa.

Los trabajadores aseguran que en esos nuevos centros se verían sujetos a convenios provinciales que implican salarios mucho menores. De los aproximadamente 1.500 euros en 12 pagas que gana un empleado raso, pasaría a ganar 1.050 euros a pesar de tener que trasladarse a otra ciudad. 

“De traslado nada, esto es un cierre encubierto”, lamentaba Melisa, 40 años, ataviada con un peto naranja en la puerta de este centro logístico que la compañía pretende cerrar el próximo 22 de abril. Esta madre de dos hijos explicaba que ni siquiera se planteaba abandonar su vida e irse tan lejos a trabajar. “Tampoco nadie me asegura que en unos años no me volverán a hacer lo mismo y me dejarán en la calle”.

Amazon ha ofrecido recolocar en la planta que tiene en El Prat de Llobregat (Barcelona) a poco más de un centenar de trabajadores. A su vez, propone un pago único a los empleados que se trasladen a Zaragoza o Figueres. La cantidad, según los sindicatos, está muy lejos de poder cubrir los costes que implicaría la relocalización. Empezaron ofreciendo unos 3.000 euros (1.500 para los traslados a Figueres) y ahora la cantidad está alrededor de los 5.000 euros en función de la categoría del empleado, sea cual sea el nuevo destino.

La empresa de comercio electrónico no ha querido confirmar ni desmentir a elDiario.es ninguna de las cantidades ofrecidas a los empleados, tampoco la supuesta rebaja salarial que implicaría moverse de planta. “Respetamos el derecho de las personas trabajadoras a hacer huelga o protestar”, señalan desde la compañía. “Continuamos con las conversaciones con los representantes para encontrar la mejor solución posible para todos los empleados y empleadas durante el proceso de traslado”.

El gigante tecnológico fundado por Jeff Bezos (uno de los hombres más ricos del mundo) empezó a despedir a miles de empleados el pasado noviembre en un gran ajuste de personal que previsiblemente se cobrará unos 18.000 empleos en todo el mundo.

“Las cantidades son insuficientes y están por debajo de la legalidad”, asegura Esther Rodríguez, presidenta del comité de empresa de la planta de Martorelles. Rodríguez añade que la prioridad en la negociación es la recolocación en otros centros de la provincia de Barcelona y afirma que la empresa no ha hecho todavía ninguna oferta de indemnización para quien no quiera desplazarse a otra ciudad. 

“Es David contra Goliat”

Los empleados han empezado este miércoles una huelga de 17 días que, admiten, será una lucha de “David contra Goliat” para lograr unas “condiciones dignas” en su indemnización por el cierre de la planta. Los huelguistas se han citado a las 6.30h de la mañana en la puerta de la planta de Martorelles y se han repartido por las tres puertas para impedir la actividad de la empresa. Posteriormente han iniciado una marcha lenta por la B-20 hasta el mayor centro logístico que tiene Amazon en Catalunya, situado en El Prat del Llobregat (Barcelona).

En El Prat ha habido largas colas de camiones, aunque los piquetes no han logrado paralizar por completo la operativa de la compañía. En Martorelles, en cambio, la planta estaba totalmente vacía y no había actividad. Los piquetes solo han dejado acceder a unos pocos camiones y se calentaban con estufas de gas cedidas por el Ayuntamiento.

Las historias que contaban los empleados en Martorelles eran las de trabajadores humildes que lo dieron todo durante la pandemia y ahora se sentían abandonados. Trabajadores que no cobran un plus de peligrosidad por trabajar entre maquinaria pesada y operan sometidos a un control tecnológico que documenta todos y cada uno de sus movimientos y evalúa su capacidad productiva. “Cuando empezamos hace cinco años los jefes nos iban diciendo que esto era una familia”, ironizaba una empleada.

“Estas navidades nos dijeron que habíamos batido el récord de producción”, señalaba Antonia, otra empleada que estaba frente a la planta el miércoles. “Al cabo de una semana nos enteramos de que iban a cerrar”. Algunos incluso explicaban que se enteraron del cierre de la planta antes de que se lo comunicara Amazon, porque se filtró un mensaje que el alcalde de Martorelles escribió en un grupo de WhatsApp. 

Todos los empleados consultados rechazaban que el volumen de trabajo hubiese descendido tras la pandemia. Al contrario. Según su versión, el motivo del traslado es porque la empresa quiere reducir costes de personal al poder contratar a trabajadores a un menor precio en otras ciudades. 

“Lo peor de todo es la despersonalización que supone trabajar para esta empresa”, señalaba Montero, el empleado de 48 años. “Si quien toma estas decisiones conociera nuestras vidas, igual se lo pensaría dos veces antes de dejarnos tirados de esta manera”.