La trama del 3% audiovisual ha vivido este martes la confesión de uno de los investigados del caso, el empresario Juan Manuel Parra, quien ha ratificado que Convergència le obligó a facturar actos de campaña de las elecciones de 2010 con cargo a dos programas de TV3. Según su versión, por orden del exconseller y exgerente del partido Germà Gordó y a través del exgerente de la cadena Oriol Carbó y la productora Triacom.
Tal y como desveló elDiario.es, Triacom, investigada por el caso del 3% de financiación ilegal de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), vendía sus programas a TV3 muy por encima de los costes de producción, según se desprende de la investigación conjunta de los Mossos d’Esquadra y la Guardia Civil. Los investigadores sospechan que el sobreprecio servía para abonar actos de campaña del partido.
Según fuentes jurídicas, este martes Parra, exadministrador de la empresa Hispart, se ha ratificado en su declaración como testigo de 2019 y ha confirmado que cobró de Convergència a través de facturas falsas libradas por Triacom, una productora participada por Oriol Carbó, exgerente de TV3. Los investigadores cifran en 885.000 euros los gastos electorales de Parra para la campaña de Mas en 2010.
Siempre según la versión de Parra, Gordó le remitió a Carbó para que éste le girara las facturas con el concepto de servicios a los programas producidos por Triacom para la cadena. Aunque, según ha explicado, primero tuvo problemas con Triacom para cobrar, volvió a acudir a Gordó y tras una reunión recibió todo lo que le debían. TV3 pagó un total de 31 millones de euros a Triacom entre 2008 y 2016. La cadena público negó irregularidades, aunque el Govern se ha personado en la causa como acusación particular.
El presunto sistema de facturas falsas para cobrar de Convergència se asemeja al que Parra ya confesó haber empleado en el caso Palau. El empresario fue condenado a ocho meses de prisión y multa de 900 euros por haber girado facturas al al Palau de la Música, presidido entonces por Fèlix Millet, que correspondían en realidad a trabajos prestados para CDC en la campaña de las elecciones generales de 2004.
La investigación policial ha puesto de manifiesto que Triacom no contaba ni con infraestructura ni con personal para realizar sus programas y que derivaba automáticamente todas las fases de producción de los espacios a la multinacional Mediapro, con la que tenía muchos vínculos: Mediapro participó en 2001 en la fundación de Triacom y tuvo el 10% de las acciones de la empresa hasta 2015. Al mismo tiempo, Carbó no percibía ningún salario de su productora, sino que trabajaba para Mediapro, que le retribuía con unos 200.000 euros anuales, según el informe de la Agencia Tributaria aportado a la causa.
Carbó también estaba citado este martes a declarar ante el juez Santiago Pedraz de la Audiencia Nacional y se ha acogido a su derecho a no declarar, al igual que un tercer imputado del caso, el exresponsable del servicio meteorológico catalán Oriol Puig, hermano del exconseller de Convergència Felip Puig.
La causa, pendiente de la remisión de varios informes, investiga también los trabajos que el Meteocat adjudicó a Triacom después de que dos extrabadores del servicio revelaran que al menos uno de ellos, relacionado con una aplicación, no se llegó a realizar. En conjunto, el Meteocat abonó 70.800 euros a Triacom hasta 2016.
Además de la pata de TV3 y la del Meteocat, las pesquisas versan sobre las facturas que Triacom pagó a empresas relacionadas con Parra y las que abonó a un grupo empresarial de Lleida sospechoso de ser una mera tapadera para emitir facturas falsas, de al menos 714.000, euros para la trama vinculada a CDC en la Diputación leridana.