La dirección de Esquerra Republicana asegura estar “muy satisfecha” con el contenido del pacto que ha cerrado este lunes con el PSC para la investidura de Salvador Illa. Según lo expuesto –de palabra y aún sin enseñar ningún documento– por los republicanos, el salto en la autonomía de Catalunya sería histórico, sobre todo en materia fiscal y financiera, al conseguir la Generalitat un estatus muy similar al que gozan las diputaciones vascas y Navarra.
Acompañada de la plana mayor del partido, la portavoz Raquel Sans ha detallado que, según el compromiso al que han llegado con el PSC, y que el Gobierno avala, la Agencia Tributaria de Catalunya pasará de forma paulatina a ser el organismo encargado de la recaudación de todos los impuestos, comenzando por el IRPF (la declaración de la renta) del próximo año.
Pero la recaudación de los impuestos no sería el plato principal del acuerdo. Las comunidades ya tienen delegada la gestión y liquidación de algunas figuras impositivas sin que ello haya supuesto especial controversia. Sin embargo, ERC afirma que el pacto para la investidura de Illa también implica que Catalunya salga de las comunidades de régimen común según la ley de financiación (LOFCA), para tener una ley de financiación propia.
El partido de Marta Rovira se refiere a esto como conseguir “la llave de la caja”, y sostiene que supone que la Generalitat se quede con todos los recursos que se recauden en la comunidad, menos lo que transfiera al Estado, en concepto de pago por sus servicios y un fondo solidario con el resto de comunidades. Esta transferencia, que ya no iría de Madrid a Barcelona sino en dirección opuesta, es lo que en el argot del concierto vasco llaman “cupo” y debería ser negociado de forma bilateral.
Fuentes del Ministerio de Hacienda aseguran que el pacto alcanzado entre ERC y PSC tiene su aval, pero evitan pronunciarse sobre la interpretación de los republicanos que, este lunes, es lo único que ha trascendido. Desde Esquerra aseguran que el documento se hará público el martes, después de que se le haya explicado a la militancia.
La salida de Catalunya del régimen común no es una operación sencilla a nivel legislativo, ya que supondría de entrada la modificación de la ley de financiación de las comunidades, con rango orgánico. Debido a esto, necesitaría el aval de la mayoría absoluta de la Cámara, que debería poner de acuerdo a Junts, pero también a todo el resto de formaciones que dieron apoyo a la investidura de Pedro Sánchez, algunas de ellas muy reacias a un concierto para Catalunya.
La concreción del acuerdo, sin embargo, es de suma importancia para las bases de ERC, que están llamadas a votar sobre el documento el próximo viernes. Tanto en el propio partido como en el PSC se ha instalado el temor a un posible rechazo de la militancia republicana a la investidura de Illa, bien por la propia decisión o bien como castigo a la actual dirección de Marta Rovira.
Consejería de catalán y convención de partidos
El equipo negociador de la secretaria general de ERC puso desde el primer día gran énfasis en la cuestión económica. En esa misma carpeta se incorpora la creación de un consorcio mixto entre la Generalitat y el Gobierno para gestionar las inversiones territoriales del Estado. Una fórmula que serviría para subsanar el hecho de año tras año el nivel de ejecución de éstas en Catalunya quede lejos de lo deseable.
Pero el documento, según lo expuesto por los republicanos, incorpora también acuerdos en otras materias. Uno de ellos es la creación de una nueva consejería de Política Lingüística, pensada para la promoción y defensa del catalán. También se “promueve el reconocimiento” de las selecciones deportivas catalanas. Para ello, Vilalta asegura que se ha pactado crear una oficina adscrita al Govern que trabaje a tal efecto.
También vuelve a estar presente la llamada “resolución del conflicto político”. Pasado el tiempo de las mesas bilaterales, que han perdido el sentido porque de conservarse a ambos lados se sentaría un socialista, ERC apuesta ahora por una “convención de partidos catalanes” que, según el acuerdo, presidiría un republicano y serviría para debatir las propuestas de las formaciones políticas en esta materia.
Nuevo impuesto al juego
Otro de los puntos importantes que ERC asegura que contiene el acuerdo es un pacto para crear una nueva ley que cambiará el sistema impositivo de los casinos. De esta manera, Rovira asegura que el juego deberá pagar más tasas y, por tanto, el proyecto del Hard Rock será “prácticamente inviable” y “no tendrá cabida” en Catalunya.
En declaraciones a TV3, la secretaria general de ERC ha apuntado que los suyos harán una oposición “responsable”, dispuestos a llegar a acuerdos pero también a ser “muy exigentes y plantar batalla” en cuestiones que no compartan. El Hard Rock es una de ellas. Otra es la ampliación del aeropuerto de El Prat, que también ha sido fuente de desacuerdos entre ERC y el PSC.
En este caso, y siempre según los republicanos, el acuerdo de investidura contempla soluciones “satisfactorias” que pasan por “mejorar la infraestructura” pero “siempre preservando las zonas protegidas y espacios naturales”.
Negociación contra reloj y a dos bandas
El preacuerdo se lleva trabajando varias semanas y con un calendario apretado que ERC se había autoimpuesto. La propuesta final comenzó a quedar madura el domingo por la noche, pero no ha sido hasta este lunes cuando ERC ha considerado que la contraparte había ofrecido las suficientes “garantías de cumplimiento”.
Los negociadores de Rovira han conversado durante semanas con el PSC, con quienes constituyeron grupos monográficos para cada carpeta. Pero en las últimas horas también se han sucedido contactos con el PSOE y el Ministerio de Hacienda, encargado de avalar tanto la fórmula de la financiación como de dar las garantías de cumplimiento del acuerdo.
Fuentes del PSC reconocían este lunes que el equilibrio alcanzado en la negociación era frágil y que era importante que nada se torciera para que el documento obtuviera el aval de la ejecutiva de ERC, como finalmente ha ocurrido, pero sobre todo para que convenciera a las bases del partido. Estas se pronunciaran el viernes pero, por el momento, la dirección republicana ya ha redoblado esfuerzos para defender el documento.