La danza de cortejo en busca de pactos para formar gobierno ha comenzado pronto tras estas elecciones en Catalunya. El ganador, Salvador Illa, hizo entre el lunes y martes una ronda de llamadas telefónicas, tratando de apurar sus opciones para una investidura a la que asegura que se presentará pese a que la geometría no juegue a su favor. Tampoco el candidato de ERC, Pere Aragonès, empatado a escaños con el socialista y que superó por primera vez a Junts, tiene tiempo que perder. Su partido se apresuró a nombrar a un equipo negociador y a anunciar que la CUP sería la primera formación contactada. En el mapa que diseñó la ejecutiva republicana el lunes para atar la investidura durante los próximos días, la primera parada es un acuerdo con la CUP y, el objetivo de máximos, poder acabar conformando un Govern que sume a Junts, a los anticapitalistas y a los 'comuns'.
En ERC afirmaban el pasado lunes que tenían “las mejores cartas de la partida” para sentar a Pere Aragonès en el Palau, y este miércoles han comenzado a jugarlas. El equipo de negociación de los republicanos se ha visto en el Parlament con cuatro de los integrantes del que será el nuevo grupo de la CUP, en la que ha sido el primero de los encuentros de la ronda. El comunicado enviado por ambas formaciones después, cada una con sus propios matices, coincidía en remarcar el principal análisis compartido que hacen: el independentismo ha crecido hacia la izquierda. Por eso el encuentro, aunque en lo formal es poco más que una toma de contacto, ya revela que la intención del ahora principal partido del independentismo no es conformarse con un pacto a dos con Junts, sino convertirse también en un partido central del Govern.
Con todo, cuadrar el círculo no será tan fácil, porque dos de las formaciones interpeladas, la CUP y En Comú Podem, ya han mostrado reticencias con algunos de los detalles que pone sobre la mesa el partido republicano. En la formación anticapitalista han surgido las primeras voces posicionándose sobre una posible entrada al Govern. Endavant, una de las almas de la CUP, ha emitido este miércoles un comunicado en el que apuestan por quedarse en la oposición para no ser “la muleta de un gobierno autonómico que no resolverá las necesidades básicas de las clases populares” pues solo desde ahí creen poder convertirse en una “alternativa popular y rupturista”.
La posición mostrada por Endavant, una organización que ha conseguido imponer sus tesis en las últimas asambleas de la CUP, no es la única en la candidatura de los anticapitalistas. La corriente englobada en Poble Lliure mostró el pasado lunes una estrategia divergente, basada en “contribuir a la formación de un Govern” que en su opinión debe tener un programa de mínimos que aúne una política de rescate social y un plan para la “desconexión” del Estado.
Los choques entre corrientes no son algo nuevo para el Secretariado Nacional de la CUP, una ejecutiva acostumbrada a hacer equilibrios y malabares. En vista de las diferencias que atraviesan al partido sobre si entrar o no en el Govern, los anticapitalistas optaron por ganar tiempo y anunciar que el debate en sus bases no comenzaría hasta el día 27. Por el momento en la formación confían en ir acercando posturas respecto a las cuestiones programáticas. La CUP reclama una renta básica universal, un plan para la transición ecológica, la retirada de las acusaciones de la Generalitat contra diversos activistas y manifestantes, y comenzar a trabajar en un referéndum para 2025. “Si esto está encima de la mesa, la CUP hará lo que tenga que hacer”, afirmaba este miércoles la diputada Mireia Vehí.
Diferente es la situación de los 'comuns'. El partido de Jéssica Albiach sí se había puesto como deberes para esta legislatura tratar de estar en el nuevo Govern, pero rechaza de plano compartir mesa con Laura Borràs. “Con JxCat tenemos proyectos incompatibles respecto al modelo de país, la mesa del diálogo... Lo que no entiendo es que el señor Aragonès quiera repetir este desastre de Gobierno que hemos tenido la última legislatura”, ha afirmado la líder de la formación este miércoles en una entrevista en TV3.
La fórmula preferida de En Comú Podem sería sumar al PSC a la malla de pactos que quiere tejer con todas las fuerzas de izquierdas, lo que a su juicio permitiría un Govern netamente de izquierdas. La formación avisa al PSC de que no participarán en una “investidura fake”, en referencia a una posible candidatura imposible de Illa a la presidencia. Pero este lunes, además, Albiach no ha cerrado la puerta a una fórmula que pueda reunir a su grupo, ERC y, quizás la CUP, con un PSC que dé apoyo al Govern desde fuera. “Hay fórmulas diversas y tenemos que encontrar el encaje”, ha asegurado la candidata de los 'comuns', que ha puesto como ejemplo el apoyo de Esquerra desde fuera al Gobierno que ellos forman en el Estado con el PSOE.
Primero CUP, después Junts
Con la reunión de este miércoles con los anticapitalistas, ERC pretende marcar de entrada las reglas de la negociación. No quiere mesas conjuntas sino reuniones bilaterales, al menos de entrada, ni automatismos que los liguen a Junts y expulsen a terceros actores. También pretenden liderar ellos las conversaciones, pues entienden que son el partido con opciones a la investidura. En el esquema dibujado el lunes por ejecutiva, la CUP era la primera, pero la siguiente era Junts. Fuentes republicanas afirman que, de ser por ellos, el encuentro con los de Laura Borràs se produciría esta misma semana.
En Esquerra son conscientes de los vetos cruzados que se plantean los 'comuns' y Junts, pero eso no les hace dejar de hablar de un Govern en el que quepan cuatro formaciones. Su objetivo es, según explican, reunir el mayor número de apoyos para el mayor número de cuestiones que necesitan atar, como son la elección de una Mesa y presidente del Parlament, la investidura, la formación del Govern y los presupuestos. Y además, aseguran, quieren hacerlo en ese orden, con la urgencia de tener que constituir la Cámara antes del 12 de marzo y pudiendo dejar la negociación de las cuentas para el final.
Estos cuatro, Parlament, investidura, Govern y presupuestos, son los pactos que ERC propondrá a CUP, Junts y 'comuns', y todo en ese orden, para que cada cual elija hasta dónde se compromete. Un itinerario con el que consideran que pueden magnificar los apoyos para una legislatura que están convencidos que debe ser diferente a la anterior. Los republicanos han mostrado sus cartas, pero están a la espera de ver las de Junts, que por el momento no ha soltado prenda. Sólo el Consell per la República de Puigdemont ha emitido un comunicado en el que urge a establecer un plan para “culminar el procés” hacia la independencia. Una petición que avanza que Junts hará reclamaciones concretas en este sentido para apoyar la investidura de Aragonès.