ERC llega a un acuerdo con el PSC para entrar en el gobierno municipal de Barcelona y lo someterá a las bases

Después de las elecciones al Parlament del pasado mayo, las negociaciones para formar gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona se han acelerado. Más de un año después de la celebración de los comicios municipales, el alcalde Jaume Collboni ha llegado a un preacuerdo con ERC para integrarlos en su equipo de gobierno.

El pacto, que los republicanos someterán a votación de sus bases este mismo jueves, contempla que estos pasen a gestionar áreas como turismo, promoción económica, derechos sociales o juventud. En un comunicado posterior a la reunión de la ejecutiva de la federación barcelonesa de ERC han defendido que han pactado con Collboni “un programa de gobierno conjunto y progresista para Barcelona”.

El preacuerdo, en el que ambas partes venían trabajando desde hace meses, llega en plenas negociaciones para la investidura del nuevo president de la Generalitat, en las que ERC debe decidir si apoya al socialista Salvador Illa. Aunque este lunes los republicanos se decantaron por una presidencia del Parlament de Junts, y a pesar de que la federación de Barcelona del partido no siempre va en sintonía con la ejecutiva, la noticia en la capital catalana confirma una vez más que la división entre partidarios y contrarios a la independencia ha quedado atrás. 

La federación barcelonesa de ERC se ha reunido este martes por la tarde para debatir la propuesta de Collboni y decidir cómo se tomará la decisión definitiva. Finalmente, los republicanos apuestan por entrar en el Ejecutivo de Barcelona, pero dejan la decisión final en manos de la militancia.

Si las bases dan el sí, se cerrarían así meses de negociaciones que el alcalde Collboni lleva manteniendo desde que asumió la vara de mando, el pasado julio, y empezó un gobierno en solitario, con sólo 10 concejales de 41. Desde el principio, mantuvo conversaciones cruzadas tanto con ERC, como con los Comuns y Junts, aunque los de Trias no tardaron en salirse del terreno de juego.

Su prioridad, dijo, era editar un tripartito, pero las malas relaciones entre Colau y Collboni enfriaron las conversaciones. Eso dio ventaja a una ERC que llegó a votar a favor de los presupuestos de Collboni sin pedir una entrada en el Gobierno a cambio. Por su parte, los Comuns decidieron tumbar las cuentas porque el alcalde no les ofreció entrar en el Ejecutivo a cambio de su sí. Ese gesto incrementó las hostilidades entre los líderes de ambas formaciones y no se contempla, al menos de momento, la posibilidad de tripartito.

De esta manera, si el preacuerdo se cierra, el gobierno municipal contaría con 15 asientos (los 10 del PSC y los 5 de ERC). Aún así, es una cifra que todavía queda lejos de la mayoría. De hecho para las cuentas de este año, en las que contó sólo con los votos a favor de los republicanos, ya tuvo que echar mano de la cuestión de confianza, una herramienta que sólo se puede usar dos veces por legislatura y que, hasta ahora, ningún alcalde había tenido que usar durante su primer año al frente del Ayuntamiento.