Francesc Cabana, cuñado de Jordi Pujol, ha explicado este lunes en la Comisión de Investigación sobre el Fraude y la Evasión Fiscales y las Prácticas de Corrupción Política, que el expresidente de la Generalitat obtuvo unos cien millones de pesetas con la venta de las acciones de Banca Catalana. Cabana ha explicado que Jordi Pujol tenía 180 millones de pesetas nominales, que quedaron reducidas a 180.000 pesetas, al devaluarse a una peseta el valor de las acciones de la entidad. Años más tarde, el Banco de Vizcaya, que se había quedado con Banca Catalana, hizo una ampliación de capital y las acciones se revalorizaron entre un 300% y un 400%. Esta revalorización representaría los 140 millones de pesetas de los que ha hablado hoy.
Cabana, sin embargo, ha manifestado que no tenía ni idea de que la familia Pujol-Ferrusola tuviera dinero en el extranjero y que cuando el propio Jordi Pujol se lo explicó, dos o tres días antes de confesarlo públicamente, les cogió por sorpresa. “Ni olerlo”, ha repetido varias veces. Ha añadido que su primera reacción fue de incredulidad. Después pasó a la indignación y finalmente ha optado por la compasión. “Jordi Pujol tiene la puerta abierta de casa y viene vez en cuando, pero no son visitas para beber cava, como se pueden imaginar”, ha dicho a los diputados presentes a la Comisión.
De los 4 millones de euros que el ex-presidente confesó que tenía su familia en el extranjero, Francesc Cabana ha dicho que desconoce su procedencia pero ha desmentido que procedan de las operaciones hechas por Florenci Pujol junto con su socio judío David Tennembaum en operaciones de intercambio de divisas en la Bolsa de Barcelona.
En cuanto a la gestión de Banca Catalana, de la cual Francesc Cabana fue cofundador y director general adjunto, ha negado que se cometiera nunca ningún acto de corrupción o delictivo y que dispusiera de una caja B. En cuanto a los gastos que ha calificado “de país”, ha dicho que los hacía Jordi Pujol por su cuenta y que Banca Catalana sólo hizo dos: financiar Enciclopedia Catalana y enviar dinero al ex-presidente Josep Tarradellas, cuando estaba en el exilio. “Fue una evasión fiscal de no mucho dinero”, ha detallado.
Ha sido una comparecencia repleta de anécdotas y Cabana le ha dado un tono muy personal. “El primer pujolista fui yo. Hasta el día de San Jaime”, ha dicho, en referencia al día en que Jordi Pujol hizo la confesión pública de la evasión fiscal. Ha recordado como asistió al juicio que se hizo durante el franquismo contra Jordi Pujol por su implicación en un acto reivindicativo en palacio de la Música y que lo iba a visitar en la prisión de *Torrero de Zaragoza, después de un largo viaje de seis horas, y que sólo lo podían ver una hora a través de un par de rejas.
Ahora, el distanciamiento es evidente. Cabana ha lamentado que cuando hace un año le comunicó a Jordi Pujol que pasaba por unos momentos económicos difíciles, por una sanción de Hacienda, que subía 70.000 euros, no lo ayudó: “No movió las cejas. Pensé que no tenía dinero y tuve que vender mi biblioteca”.
También ha dicho que hace veinte años que no va al domicilio Pujol-Ferrusola y que en más de una ocasión les ha reprochado el tren de vida de su primogénito. “Seguro que no tiene ningún Tàpies en casa. En cambio, su hijo mayor va con un Ferrari. Esto es un insulto a la gente que pasa hambre”. La respuesta de Pujol a estas críticas, según su cuñado, es siempre la misma: “Mis hijos se ganan bien la vida”.
La diputada de la CUP, Isabel Vallet, ha acabado la sesión pidiendo a Francesc Cabana que convenza a su cuñado para que permita que se levante el secreto bancario de las cuentas de su familia en el extranjero. “Se lo diré pero no sé si me hará caso”, ha respondido Cabana
El periodista Ernesto Ekaizer denuncia el “capitalismo de amiguetes”
La intervención del periodista Ernesto Ekaizer, especializado en temas de investigación, en la Comisión de Investigación sobre el Fraude y la Evasión Fiscal y las Prácticas de Corrupción Política ha sido larga pero entretenida. Ha basculado entre las acusaciones a Jordi Pujol por no querer aclarar el origen del dinero que ha reconocido que su padre depositó en Suiza y las críticas al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.
Al expresidente de la Generalitat lo ha acusado de “proclamar buena fe pero no demostrarla” puesto que, a su entender, toda la confusión sobre su caso se resolvería si pidiera que se levantara el secreto bancario sobre las cuentas bancarias implicadas en esta polémica.
A Jorge Fernández Díaz lo ha responsabilizado de utilizar los aparatos administrativos de su ministerio para investigar a Artur Mas, Jordi Pujol y sus hijos. Para Ekaizer, intentar perjudicar el proceso soberanista catalán, o incluso al partido Podemos, usando de forma interesada estos aparatos es, además de incorrecto, un error, “porque los catalanes y los españoles votan a los corruptos”.
Según el periodista, en Catalunya estuvo vigente un sistema de “capitalismo de amiguetes”, que mezclaba política e intereses empresariales que no tenía precedentes en toda España. Este “capitalismo de amiguetes” fue consecuencia, según él, del paso de Jordi Pujol de la dirección de Banca Catalana a la de la Generalitat. Se creó una confusión de intereses que, a su entender, derivó en el pago de comisiones para conseguir contratos con la administración convergente. “Si no pagabas, estabas muerto”, ha explicado que le comentó un empresario que tenía relaciones con los gobiernos de Jordi Pujol. El periodista está convencido que Artur Mas tenía que estar al corriente, por fuerza, de parte de estos hechos.
Ekaizer ha mostrado su sorpresa porque la juez no decretara medidas cautelares contra Jordi Pujol Ferrusola el día que declaró ante ella cuando todo el mundo daba por hecho que lo enviaría a prisión. “Cuando la gente vio que quedaba libre pensó, lógicamente, que había un pacto para no encarcelarlo”, ha dicho. También ha destacado que el primogénito de Jordi Pujol, en pleno escándalo por el dinero descubierto en Andorra, desvió 2.435.000 euros de la banca andorrana a una entidad mexicana.