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ENTREVISTA

Ester Quintana: “Los proyectiles de 'foam' se tienen que prohibir”

Ester Quintana, el pasado viernes.

Pau Rodríguez

20 de febrero de 2021 21:46 h

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Hace ya más de ocho años de aquella huelga general, en noviembre de 2012, en la que Ester Quintana recibió el impacto de una bala de goma de los Mossos d’Esquadra que la dejó sin un ojo. Tenía entonces 42 años. Su caso despertó una oleada de indignación, alimentada por las contradictorias versiones del entonces conseller de Interior, Felip Puig, que derivó en la prohibición de las balas de goma por parte del Parlament en 2014. 

Durante varios años, Quintana luchó para ser la última de este tipo de víctimas, pero no lo ha sido. Desde que se prohibieron las pelotas de goma en Catalunya, seis personas han perdido un ojo en unos disturbios. Uno de ellos fue Roger Español, durante el 1-O, por bala de goma de la Policía Nacional. Cuatro más durante las protestas de sentencia del procés. Y, la última, una joven de 19 años este lunes por una bala de ‘foam’ –según denunció en primera instancia el colectivo Irídia–, los proyectiles viscoelásticos de precisión que todavía usan los Mossos d’Esquadra

Por lo que respecta al caso de Quintana, que llegó a juicio en 2016, los agentes fueron absueltos porque no se pudo determinar cuál de ellos disparó. Tampoco si fue una bala de goma o de foam. Lo que sí consideraron probado los jueces es que fue un policía quien le disparó incumpliendo el protocolo. Y reprocharon a Interior haber perjudicado la investigación con su negación desde el inicio de los hechos. 

Ocho años después, Quintana cree que algunas cosas han mejorado en la gestión de estos casos. En el suyo, Interior lo negó todo y el conseller nunca la llamó. Esta vez se ha abierto una investigación y se han puesto en contacto con la familia. Pero aun así, para esta mujer lo fundamental es que se prohíban estos proyectiles para siempre y también las balas de goma en toda España. A sus 50 años, y afincada fuera de Barcelona en parte para poner distancia sobre lo ocurrido, reconoce que no podrá pasar página definitivamente mientras siga viendo casos como el suyo.

Hace más de ocho que se quedó sin un ojo por el disparo de una bala de goma. ¿Cómo le ha cambiado la vida desde entonces? 

Me ha cambiado bastante. Primero está la afectación física, que todavía la estoy superando pero no lo haré nunca del todo porque me veo en el espejo cada día. Luego está la psicológica, que me ha costado muchos años de terapia. Ahora ya no voy y espero no tener que volver en el futuro. Y después está el día a día de tener una discapacidad visual, de no poder controlar las distancias, la profundidad, no ver igual que veía antes, no poderme mover como antes… Y, por último, está la faceta de persona pública. Si ahora me estás entrevistando es porque ha vuelto a pasar. Hasta que no se prohíban estos y otros proyectiles que pueda haber en el futuro esto no se acabará.

¿Cuáles son las secuelas psicológicas de una mutilación así por parte de la policía?

Primero, sientes impotencia. Yo soy una persona, una ciudadana que ha resultado herida, frente a toda la estructura de los Mossos y de la Generalitat… Yo me sentí muy, muy abandonada por ellos. Por su negación continua, las versiones y versiones de mi caso que no eran ciertas, que el conseller sabía que no eran ciertas pero él las seguía diciendo...Todo esa parte me afectó mucho. Y también el no verme como era antes. Tú ahora no me puedes ver como yo era antes porque el ojo ya no lo tengo. Además, mi golpe fue muy grave. Los huesos se rompieron, la mandíbula, la órbita… Este trauma y la negación de los que gobernaban me provocó sentimientos de todo tipo. 

Tras la sentencia que absolvió a los agentes en 2016, pese a dictaminar que había sido la policía, ¿tiene la esperanza de que se acabe esclareciendo?

Hombre, la esperanza nunca se pierde. Yo soy muy positiva. Aquí quiero recordar unas palabras durante el juicio de Manel Prat: dijo que algún día saldrían las imágenes. Él era entonces el Director General de los Mossos y seguramente sabía si había o no las imágenes. Nunca salieron. Quizás están guardadas en un cajón, en una caja fuerte, en un USB… Pero sí, yo sigo teniendo esperanza. 

¿Cree que Interior ocultó información?

Hubo un poco de todo. De confusión, de que la ciudadanía se les echó encima… Que hubo impacto de un proyectil quedó probado en el juicio, y ellos eran los únicos que tenían los medios para saber si fue con una bala de goma o un proyectil de ‘foam’. Expedientaron al policía del 'foam' y el que fue a juicio fue el escopetero de las balas de goma. Yo creo que hubo falta de investigación y de decisión. Además, el primer informe se encargó a uno de los cabos imputados. En esa cadena hasta entregar el informe al conseller, alguien se inventó cosas. Es lo que yo creo.

Otro elemento que recogía la sentencia es que si de entrada no se hubiese rechazado de plano su versión, probablemente se hubiese sabido la verdad.

No se si se hubiese acabado sabiendo cuál de los policías disparó, pero al menos habrían dado otra imagen a la ciudadanía. Que por muchos consellers nuevos que pongan, la imagen no la han cambiado, porque el grueso de los agentes sigue siendo el mismo. 

El siguiente conseller después de Felip Puig, Ramon Espadaler, la llamó para pedirle disculpas. Y tras el juicio recibió una indemnización. ¿Eso repara el daño?

Repara una parte. Cuando tienes un accidente, o muere alguien, la persona responsable debe asumir una indemnización económica. Así está estipulado en nuestra sociedad. A mi me dieron 260.000 euros y es importante, pero de estos una parte se fue con los informes médicos y forenses y otra en abogados. Esto último fue muy valioso, porque piensa que el mío fue el primer juicio por un caso de lesiones de balas de goma. La indemnización era importante porque reconocía la responsabilidad de los Mossos y así se puede hacer con otros casos que no han tenido tanta repercusión mediática pero han sufrido igual que yo. Y las disculpas que me dieron no eran de verdad, sino solo para limpiar su imagen deteriorada.

Fue la cara más visible de un movimiento, el de prohibir las balas de goma, que concluyó con éxito: el Parlament prohibió esta munición en 2014 y Interior lo adoptó. ¿Pensaba entonces que sería la última víctima de este tipo?

Yo quería serlo. Deseaba ser la última persona y por eso luché y sigo haciéndolo. Pero no lo he sido. El más conocido ha sido Roger Español [durante el 1-O], que fue la Policía Nacional. Dispararon balas de goma cuando aquí en Catalunya ya estaban prohibidas. La policía hace lo que le da la gana. Todavía espero que nadie vuelva a pasar por lo que yo pasé.

¿Qué valoración hace de aquella campaña que logró prohibir las balas de goma?

Magnífica. Conseguimos que la sociedad se sumase, que llegase al Parlament gracias a la presión. Hubo un debate político de los modelos de orden público policial. La campaña fue un éxito, se implicó gente del mundo de la cultura, deportistas, políticos… Recuerdo una foto de Raül Romeva con el parche en el ojo. Fue todo gracias al esfuerzo de la ciudadanía. Nosotros pusimos la cara. Así se prohibió. 

¿Cree que desde entonces cambió la percepción social sobre cómo la policía debe abordar unos disturbios?

Sí. La gente cree que la policía forma parte del pueblo y debe estar a su servicio, y no poner los suyos por encima. La sociedad cree que la policía debe estar de su parte, por algo les pagamos el sueldo entre todos.

¿Cree que hay que prohibir los proyectiles de ‘foam’?

Sí. Ya lo dije en 2013. Todos los proyectiles se deben prohibir, los de 'foam' también. No puedes disparar contra una persona que está desarmada. Los policías van protegidos, llevan todo tipo de protección, el casco, van armados… Deberían estar del lado de la población.

La conselleria de Interior anunció el jueves que quería abrir un nuevo debate sobre el modelo de orden público de los Mossos. ¿Tiene la sensación de haberlo vivido ya? ¿Cree que servirá?

Sí lo hacen de verdad, sí. Si hacen como la auditoría que anunciaron, que duró seis meses y de la que no se ha sacado nada… ¿Qué malas praxis han detectado en esa auditoría? Deberían ser específicos a la hora de explicar qué cambios han hecho. Sí hemos conseguido cambios en el número de identificación de los agentes, y esto es gracias al esfuerzo de entidades como Irídia, Stop Bales de Goma o Amnistía… Todo puede servir de algo y desde luego hay prohibir los proyectiles de 'foam'. Esto serviría. Pero yo no soy especialista en modelos policiales.

Seguís con Stop Balas de Goma e Irídia para pedir que se prohíba no solo el 'foam' en Catalunya, sino las balas de goma en toda España. 

Todavía estamos con esta campaña, sobre todo a raíz de lo que le pasó a Roger Español. Entonces decidimos que era importante seguir para prohibir las balas de goma en toda España, no solo en Catalunya. Porque si luego viene otro cuerpo policial aquí y las usa, ¿de qué sirve que el Parlament haga estas leyes? Si no son respetadas…

Decía al inicio que para una víctima de este tipo como fue usted es más difícil superarlo si ve que sigue ocurriendo.

Está claro. ¿Cómo lo superas si vuelves a ver que le pasa a una chica de 19 años? Esta chica, cuando me pasó a mí, tenía 11 años. ¿Qué visión puede tener de la policía que tenemos, si cuando era una niña a mi me pasó esto y ahora que tiene 19, le ha pasado a ella? ¿Qué imaginario tendrá de la policía? No está justificado disparar a nadie, nunca. Hay otros medios para reprimir, si se diese el caso de ser necesario. No justifico que se pueda disparar a nadie con un arma, porque la persona suele estar indefensa. La oftalmóloga Estrella Fernández ya dijo en la comisión del Parlament que estas armas provocan “lesiones de guerra”. Los mismos médicos nos dicen que esto no es civilizado.

¿Qué le diría a la joven que ha perdido el ojo?

Que tiene que ser muy fuerte y valiente para poder superar lo que le ha pasado. Que las heridas sanan. Que se deje rodear de personas de confianza, de su familia y amigos, que se deje asesorar legalmente y que, si puede, trate de luchar contra estos proyectiles. Yo, ocho años después, hace ya tres años que trabajo y hago casi vida normal, a pesar de la discapacidad. Se puede seguir adelante.

¿Usted ha podido volver a alguna manifestación?

Al principio me costaba mucho. Si hay ruidos fuertes mi cabeza hace click, me asusto mucho. El tipo de ruido de la bala de goma, el disparo… Incluso por Sant Joan con los petardos. Las manifestaciones me dan miedo. Es que ese día yo estaba en Passeig de Gràcia con Gran Via, no había nada allí, ni manifestación… He ido a alguna protesta más pequeña, alguna del 8-M, pero con calma, nunca sola y siempre con miedo. No me escondo. Solo tengo un ojo y un día el hijo de una amiga me dijo que tenía que cuidarme mucho más este ojo porque es el único que me queda. ¡Y cuanta razón!

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