Los estudiantes catalanes se movilizan a favor del 9-N

Jordi y sus amigos aprovechaban para charlar y cantar alguna canción -uno de ellos a la guitarra- mientras la manifestación estudiantil se paraba frente a la delegación del Gobierno central en Barcelona para reivindicar la celebración de la consulta el 9-N. “Puedes no ser independentista”, se expresaba Jordi, estudiante de bachillerato del instituto Marianao (Sant Boi), “pero si como estudiante crees en la democracia tienes que apoyar la demanda de la consulta”, opina.

La mayoría de las organizaciones estudiantiles, en un gesto casi sin precedentes, se han puesto de acuerdo en las últimas semanas para convocar una huelga de 48 horas -este martes y miércoles- con el objetivo de exigir la celebración del 9-N pese a la suspensión cautelar decretada por parte del Tribunal Constitucional. La jornada de ayer se saldó con la paralización de la actividad en diversas facultades, algunas acampadas y una manifestación de cientos de estudiantes de secundaria en plaza Sant Jaume de Barcelona.

Y es que el debate soberanista también está en las aulas -cabe recordar que la consulta permitiría votar a partir de los 16 años-. “En nuestro instituto creo que abunda más del no, pero en lo que estamos de acuerdo casi todos es en que hay que votar”, constata Jordi, que no milita en ningún sindicato pero que ayer participó en la protesta de secundaria.

Ayer fueron protagonistas algunos estudiantes de ESO y bachillerato, con una concentración que llenó la plaza Sant Jaume de Barcelona, pero donde más impacto está teniendo el paro de 48 horas es en las universidades. La plataforma Estudiants 9N, que aglutina a un amplio abanico de sindicatos estudiantiles -SEPC, AEP, FNEC, AJEC, Estudiants en Lluita y Sumem UB-, llamó a la huelga hace semanas porque “la sociedad catalana exige el derecho a la autodeterminación y no renunciará a él”.

Así pues, después de varios años de intensas movilizaciones para reivindicar aspectos relacionados con la propia universidad o con la educación, muchos estudiantes se han puesto de acuerdo para asumir una reivindicación -el derecho a decidir del pueblo catalán- que comparten y que trasciende al día a día de la vida en el campus. ¿A qué se debe? “No hay que plantear educación y en este caso política como compartimentos estancos”, opinaba Pol, estudiante de Segundo de bachillerato en el IES Montserrat (Barcelona) y militante del Sindicat d'Estudiants dels Països Catalans. “La educación influye a la política y viceversa”, se expresaba este joven durante la protesta ayer.

Lo tiene claro también Bernat Mallén, del sindicato de corte nacionalista FNEC: “Últimamente la universidad se ha devaluado como institución y se dedica solo a fabricar estudiantes productivos, pero debería ser también un espacio donde se formen librepensadores y donde se fomente el debate político y social”, opina. Y pone el ejemplo de la transición, cuando “gran parte de la resistencia surgía de las universidades”.

No es la primera vez, por lo tanto, que las organizaciones estudiantiles participan en reivindicaciones que van más allá de sus intereses en el campus. “Sucedió con la guerra de Irak, con el problema migratorio, con la petición de destinar el 0,7% del PIB al desarrollo y más recientemente con el 15-M”, apunta Mariona Ferrer, socióloga por UPF, que añade que sin duda esta movilización es una forma de “participación ciudadana” por parte de los jóvenes.

“En un contexto de movilización tan fuerte es natural que haya surgido esta huelga estudiantil”, apunta Ferrer. Según su opinión, el perfil de quienes participan en ella no solo es el del “multiactivista” -que milita en diferentes espacios de participación política o social-, sino que la transversalidad de la reivindicación también es una oportunidad para que muchos estudiantes que quizás participan poco de asambleas se hayan acercado a ellas esta vez.

Pero, ¿vale la pena organizar una huelga con pocas posibilidades de influir en su objetivo? “No pretendemos que la Generalitat convoque la consulta gracias a nosotros, sería absurdo”, se expresa Carla Ten, del sindicato AEP, “pero sí ayudar a visibilizar la situación y fomentar el debate: para nosotros, por ejemplo, la consulta es un primer paso para poder cambiar muchas cosas”.

Acampadas y facultades paralizadas

Es complicado hacer balance del seguimiento de la jornada de huelga de este martes, puesto que en algunos campus la actividad académica ha sido totalmente paralizada mientras que en otros apenas se ha percibido la protesta. No ha habido prácticamente clase en las facultad de Letras y Políticas de la UAB, en el campus del Raval y la facultad de Derecho de la UB, durante unas horas en el edificio Roger de Llúria de la UPF o en Letras y Turismo de la Universidad de Girona. En otros campus se han dado aproximadamente la mitad de las clases: es el caso del Campus Norte de la Universidad Politécnica o algunas facultades de la Autónoma, como Educación, Psicología, Comunicación o Políticas y Sociología.

Lo que ha abundado sobre todo han sido actividades, pasaclases y debates en las facultades en torno al proceso soberanista y el posicionamiento de los estudiantes. También el lunes hubo algunas acampadas en campus como el de Poblenou de la UPF -unos 50 estudiantes durmieron allí- y el rectorado de la Universidad de Lleida o la Facultad de Letras de Girona.

Pero la principal movilización está prevista para este miércoles, cuando la plataforma Estudiants 9N ha convocado una manifestación en plaza Universidad de Barcelona bajo el lema Paremos las aulas; recuperemos la democracia.