La portada de mañana
Acceder
Sánchez rearma la mayoría de Gobierno el día que Feijóo pide una moción de censura
Miguel esprinta para reabrir su inmobiliaria en Catarroja, Nacho cierra su panadería
Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

El fiscal pide tres años y medio de cárcel a seis mossos por la agresión racista a un joven en Manresa

La Fiscalía contra los delitos de odio y discriminación pide tres años y medio de cárcel a seis agentes de los Mossos d'Esquadra por la agresión racista que perpetraron a un joven en 2019. “Negro de mierda, hijo de puta”, fue una de las decenas de vejaciones que sufrió el joven Wubi, además de patadas y escupitajos. Según el fiscal, los agentes actuaron en grupo, sin que ninguno de ellos parara las humillaciones, y lo hicieron “movidos por un profundo desprecio y animadversión hacia el color de piel” de la víctima.

El escrito del fiscal relata la agresión racista que recibió Wubi por parte de seis agentes que, en teoría, deben velar por el cumplimiento de los derechos humanos. Los hechos ocurrieron el 10 de enero de 2019, cuando los uniformados formaban parte de un dispositivo antidisturbios para desahuciar unos pisos ocupados de Sant Feliu Saserra, un pueblo cerca de Manresa (Barcelona).

En el interior del garaje del edificio los agentes localizaron a Wubi. Allí empezaron las agresiones. Según el fiscal, primero los agentes “empujaron y escupieron” a Wubi, y a continuación le propinaron “golpes en la cabeza y patadas en los costados, mientras le lanzaban bolsas de basura y le espetaban insultos de índole racista”. Wubi pudo huir a un descampado próximo, y en aquel momento, uno de los mossos efectuó un disparó al aire para “amedrentar” a la víctima. “Eh, he fallado, si no te reviento, te he disparado, eh”, le dijo después el agente.

La principal prueba del caso es el audio que Wubi consiguió grabar mientras lo agredían. El fiscal reproduce una por una en su escrito las humillaciones racistas que quedaron registradas en el móvil de Wubi. Los seis agentes procesados fueron trasladados de destino por la conselleria de Interior la pasada legislatura (cuando estaba en manos de Junts) pero no fueron suspendidos de empleo ni de sueldo pese a que así lo permite el reglamento interno de la policía catalana. De hecho la conselleria desoyó al Parlament y rechazó suspender de empleo y sueldo a los agentes.

Tras el episodio del disparo, expone el fiscal, Wubi volvió al edificio, donde volvió a ser agredido. “De común acuerdo”, resalta el Ministerio Público, los agentes llevaron a Wubi al garaje empujándolo, y una vez en el suelo le patearon varias veces y le agarraron por la cabeza “en repetidas ocasiones, golpeándole contra el suelo”.

Las agresiones no fueron solo físicas. “Te quedas ahí quieto y como vuelvas a correr te arranco la cabeza”, expresó otro agente acusado. Wubi, agrega el fiscal en base al audio, reprochó su actitud a los agentes –“¿Por qué sois así de malos?”, a lo que el tercer uniformado procesado espetó: “Sí, somos ordenados, ordenados somos”. Acto seguido el cuarto agente acusado cogió “con fuerza” a Wubi y le dijo: “¿Tú has visto alguna vez el demonio tan cerca? Es lo más cerca que vas a ver el demonio. Ahí quieto, no me toques. ¡No me toques que te la pongo con dolor!”.

El cabo de la unidad no solo no paró las agresiones sino que, según el escrito del fiscal, dio la orden para esposar a Wubi, a quien los agentes acusaron de tráfico de drogas, una denuncia desestimada de plano por la Justicia. Una vez esposado, el mismo agente que había se había comparado con el demonio golpeó a Wubi “por la de antes”. “Tú eres un mono, es lo que eres”, añadió otro mosso.

Una vez recibidos los escritos de la Fiscalía y de la acusación particular de Wubi, que pide seis años de cárcel a los agentes por torturas, el juez ha enviado a juicio a los seis agentes, a los que ha impuesto una fianza conjunta de 15.000 euros. Si no pueden abonarla, se tendrá que hacer cargo de la misma la Generalitat como responsable civil subsidiaria.