El nivel académico de los alumnos catalanes se desplomó como ningún otro en España según el informe PISA de 2022 conocido este martes. Catalunya es la comunidad que más cae en matemáticas, ciencias y especialmente en lectura, donde registra una descenso de 38 puntos, muy por encima de los 14 de media en el resto del país o de los 21 de media del resto de la OCDE.
Ante los desalentadores resultados, el Departamento de Educación de la Generalitat ha ofrecido una rueda de prensa para valorarlos y ha argumentado que en parte se deben a una “sobrerrepresentación” del alumnado inmigrante dentro la muestra de alumnos de 4º de la ESO que realizaron las pruebas. “La representación de alumnado de perfil recién llegado está muy por encima del resto de comunidades y de los países de la OCDE”, ha alegado Ignasi Garcia Plata, secretario de Transformación Educativa.
Según la Generalitat, el porcentaje de alumnado inmigrante en el sistema educativo catalán es de un 15% de acuerdo con datos del ministerio de Educación. Sin embargo, en la muestra de alumnos examinadas en las PISA 2022 el porcentaje es de un 24% (sensiblemente superior al 14% que aseguran que se examinaron en 2018).
Garcia Plata ha destacado que Catalunya es un territorio con muchos alumnos en centros considerados de alta complejidad en el que los factores de pobreza o movilidad afectan especialmente a los resultados de los estudiantes llegados de otros países. “Esto dificulta la obtención de un diagnóstico más ajustado”, ha asegurado.
En este sentido, según ha apuntado Garcia Plata, la intención del departamento es ponerse en contacto con la OCDE para que de cara a los próximos informes se tenga en cuenta “esta variable”. “Es un colectivo con resultados más bajos, como es lógico, porque a menudo no pueden completar toda la escolarización y por otros factores de vulnerabilidad”, ha señalado Garcia Plata.
Según ha detallado el director general de Innovación, Digitalización y Currículum, Joan Cuevas, dentro de este 24% de alumnos inmigrantes que fueron examinados en las PISA 2022, un 14% son inmigrantes de primera generación –nacidos en otro país–, y un 9,5% son de segunda generación –nacidos en Catalunya con padres procedentes de un país extranjero–. “Tenemos el convencimiento de que una línea de actuación prioritaria es actuar sobre los centros con complejidad porque actuando aquí es donde podemos generar un mayor impacto en la mejora global de los resultados”, ha afirmado Garcia Plata.
Medidas “urgentes” para reforzar la comprensión lectora
Pese a los resultados, que sitúan al alumnado catalán por debajo de la media de España y de la OCDE, con caídas de más de 20 puntos en materias como las matemáticas o la comprensión lectora, el departamento ha afirmado que el sistema está empezando a “remontar” después del “punto de inflexión” que supuso la pandemia. Garcia Plata ha insistido en que en las últimas pruebas de competencias básicas realizadas a los alumnos de Sexto de Primaria y Cuarto de ESO ya se detectó un “cambio” en las tendencias y, en este sentido, defendió que el Departamento mantendrá las medidas puestas en marcha en los últimos meses, como la reducción de los ratios, la personalización en los procesos educativos de cada alumno o el incremento de recursos y acompañamiento en los centros de alta complejidad.
“Los cambios realizados no tendrán un resultado inmediato, requieren perseverancia y mantener una línea coherente y constante”, ha indicado.
Sin embargo, Garcia Plata ha admitido que el ámbito que “más preocupa” son las matemáticas y la comprensión lectora, donde la caída de los resultados fue más acentuada. En concreto, en competencia matemática Catalunya ha obtenido 469 puntos en el informe PISA 2022, 21 puntos menos respecto a las últimas pruebas, realizadas en 2018, y que a la vez es la puntuación más baja desde 2006. En comprensión lectora, Catalunya también ha registrado el peor dato desde 2006 y se ha situado en las últimas posiciones del Estado con 462 puntos, 22 menos que en 2018, y sólo por delante de Andalucía (461), Melilla (405) y Ceuta (404). En este punto, Garcia Plata ha reconocido quizás cierta “relajación” en la enseñanza de los hábitos de lectura.