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La Generalitat compra las primeras pistolas eléctricas para los Mossos desde que se aprobó su uso

Los Mossos d'Esquadra contarán pronto con las polémicas pistolas eléctricas, conocidas popularmente por su nombre comercial Taser. La conselleria de interior de la Generalitat ha sacado a concurso la compra de 134 de estas pistolas, según ha adelantado El Periódico. Su uso fue aprobado por el Parlament de Catalunya el pasado 6 de julio pese a la oposición de Catalunya Sí que es Pot y la CUP.

La licitación de la compra asciende a 771.331 euros, puesto que incluye además material de simulación y sistemas de grabación de vídeo. Estos últimos servirían para supervisar la correcta utilización de las pistolas. Tal como se anunció, está previsto que estas armas sean de momento para los jefes de comisaría, quienes podrían usarlas en determinadas reducciones.

La adquisición de las llamadas pistolas Taser por parte de los Mossos, una histórica reivindicación de los sindicatos policiales, viene siendo polémica desde hace años. El anterior conseller de Interior, Ramon Espadaler, defendió la incorporación de estas pistolas y anunció una compra parecida a la realizada ahora, aunque nunca se llegó a formalizar. El actual conseller, Jordi Jané, aceptó a instancias de la CUP la creación de una comisión parlamentaria que evaluara los pros y contras de las pistolas antes de adquirirlas. Su veredicto fue que sí.

Junts pel Sí, PP y Ciutadans votaron a favor de las pistolas; el PSC se abstuvo, y CSQEP y la CUP lo rechazaron. De la misma opinión que estos últimos fueron entidades de derechos humanos como Amnistía Internacional, el Institut Català dels Drets Humans, el centro Iridia o la comisión de defensa del Colegio de Abogados de Barcelona. El día antes de su aprobación aseguraron que no se pueden considerar “armas no lesivas” cuando causaron 269 muertes en Estados Unidos entre 2001 y 2007, según un informe de Amnistía.

Las pistolas eléctricas son armas paralizantes que pueden emplearse en contacto directo sobre el cuerpo o mediante el lanzamiento a una distancia de 6-7 metros de dos dardos. El arma realiza una descarga de 50.000 voltios de bajo amperaje para atacar el sistema neuromuscular central y causar un colapso general momentáneo.

En su defensa de las Taser, Junts pel Sí y el PP llegaron a avalarlas incluso en supuestos en que el Consejo de Europa y la ONU creen que deberían estar vetadas, como es su uso ante personas intoxicadas por el alcohol o las drogas o con problemas de salud mental.