El Gobierno concederá a los 60 rescatados por el barco Open Arms la misma autorización excepcional de 45 días que dio a los 630 que llegaron a Valencia a bordo del Aquarius. Así lo ha comunicado la Policía Nacional en la reunión que ha tenido lugar en la Delegación del Gobierno en Catalunya con representantes de la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y la Cruz Roja, tal como han informado estos últimos al salir del encuentro. El permiso por razones humanitarias ha de dar margen a los migrantes para hacer los trámites de Extranjería o Asilo sin miedo a ser expulsados.
En un principio, el Ejecutivo de Pedro Sánchez descartaba esta opción, al considerar que la del Aquarius era una situación “excepcional”, pero finalmente ha aceptado lo que le pedía primero el Ayuntamiento de Barcelona y luego la Generalitat: que las condiciones de recepción de los 60 migrantes a los que salvó la ONG Proactiva Open Arms el pasado sábado tengan la misma asistencia que se dispensó a los 630 que desembarcaron en el Puerto de Valencia el pasado 17 de junio.
El director del plan Barcelona Ciutat Refugi, Ignasi Calbó, ha manifestado su “satisfacción” tras el encuentro por la “predisposición” del Gobierno a atender las necesidades de los 60 rescatados, empezando por su compromiso de concederles la autorización de estancia por 45 días. “No tenemos los papeles todavía, pero sí el compromiso del Gobierno”, ha añadido el secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, también presente en la reunión.
El permiso de estancia legal “excepcional” es una medida contemplada en la Ley de Extranjería, aunque su duración no está fijada en la norma, sino que es una decisión política. Este mes y medio permite a los rescatados permanecer en España, descansar de la travesía y hacer las gestiones para conseguir los papeles sin el miedo a ser expulsados. Esto no suele ser así en los casos en los que los migrantes alcanzan de forma irregular las costas españolas, cuando la Policía Nacional suele abrirles a las pocas horas un expediente de expulsión, el primer trámite para ser deportados.
Los 60 inmigrantes, entre los que viajan cinco mujeres y cuatro menores, dos de ellos sin acompañantes adultos, desembarcarán este miércoles por la mañana en el muelle C del Puerto de Barcelona. Allí recibirán las primeras atenciones básicas médicas, de alimentación y de alojamiento. La reunión de este lunes entre administraciones y entidades ha sido un primer paso para diseñar el operativo, que se acabará de perfilar en tres comisiones de trabajo -de coordinación, de acogida y de Puerto- en los próximas horas.
El Ayuntamiento de Barcelona anunció que brindará apoyo jurídico gratuito y servicio de traducción a todos aquellos que deseen solicitar asilo político y les facilitará su entrada en el programa estatal que lo gestiona, aunque muchos de ellos ya han expresado su deseo de viajar a otros países europeos, donde tienen familiares o conocidos. El conseller de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia, Chalir el Homrani, adelantó también este domingo que su intención sería alojarlos en el Complejo Educativo de Tarragona y en la Residencia Blume de Esplugues de Llobregat.
También está previsto que la Cruz Roja mantenga entrevistas con cada uno de ellos a su llegada, mientras que los menores no acompañados serán derivados a los servicios de la Generalitat.
En el encuentro, tanto el Ayuntamiento de Barcelona como la Generalitat han exigido garantías al Ejecutivo central de que además de los 45 días no se acabe trasladando a los rescatados a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE), tal como piden los mismos migrantes y la ONG Proactiva Open Arms. En este sentido, tras conceder el permiso de estancia legal de 45 días a los rescatados, fuentes de Interior explicaron en el caso del Aquarius que la expulsión puede suceder una vez caduque este periodo de tiempo si no han pedido asilo, si su solicitud ha sido rechazada o si no han obtenido un permiso de residencia por razones humanitarias.
Las 60 personas fueron rescatadas por el barco de Proactiva Open Arms el pasado sábado en aguas internacionales frente a Libia, tal como contó eldiario.es, a bordo, cuando viajaban hacinadas en una balsa neumática. En total, son ocho palestinos, ocho de Sudán, tres de Mali, cinco sirios, uno de Burkina Faso, otro de Costa de Marfil, cuatro eritreos, ocho egipcios, tres de República Centroafricana, dos de Camerún, dos etíopes, seis libios, ocho de Bangladesh y un guineano.