El caso de espionaje masivo a políticos y activistas independentistas amenaza con tener consecuencias en las ya de por sí complejas relaciones entre la Generalitat y el Gobierno. El president de la Generalitat, Pere Aragonès, ha anunciado este martes que no habrá “normalización de las relaciones” con el Gobierno hasta que no haya una depuración de responsabilidades por el caso. “La confianza es mínima porque no se puede confiar en quien todo apunta a que te ha espiado”, ha asegurado este martes Aragonès. En una comparencia con el conjunto del Govern, el president ha dado por pausadas cuestiones como la mesa de diálogo o la Comisión Bilateral, aunque ha asegurado que ese enfriamiento no afectará a los trabajos sectoriales y la interlocución técnica. También ha dejado fuera cuestiones como la candidatura de los Juegos Olímpicos de Invierno.
“Queremos saber quién nos ha espiado, quien ha dado permiso para que nos espiara y quien tenía conocimiento de que se nos espiaba, y que se depuren responsabilidades”, ha asegurado el jefe del Ejecutivo, que ha pedido que el Gobierno sea “totalmente transparente”. Sobre esto, Aragonès ha pedido, por un lado, una “investigación interna” con una monitorización independiente. Además, ha llamado al Gobierno a apoyar una comisión de investigación en el Congreso, en la que ha puesto el mayor peso de la responsabilidad para señalar las responsabilidades. También ha anunciado, acompañado del vicepresident Jordi Puigneró, el inicio de una investigación en la que trabajarán los Mossos y la Agencia Catalana de Ciberseguridad.
Este enfriamiento de las relaciones, ha explicado el president, puede augurar “graves consecuencias políticas inmediatas”, una advertencia que sin citarlo ha lanzado respecto a la mayoría que da apoyo al Gobierno en el Congreso. Con todo, Aragonès ha preferido no entrar a opinar sobre lo que deben hacer los partidos, que ya habían tenido ocasión de expresarse por la mañana. El jefe del Govern ha asegurado además que ha pedido una reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para exigirle estas explicaciones “cara a cara”. Además, Aragonès ha desdeñado los argumentos que han ofrecido hasta el momento desde la Moncloa, tanto los ofrecidos en rueda de prensa como en los contactos que han mantenido entre gobiernos, pues ha asegurado que se han limitado a negar su responsabilidad.
“Un Estado democrático no espía a la ciudadanía, no espía a movimientos democráticos, no escucha a adversarios de su Gobierno. No vulnera derechos de un movimiento irrenunciablemente pacífico, democrático y europeísta”, ha dicho Aragonès, que ha comparado a España con Polonia y Hungría por ser dos estados europeos que están bajo la lupa del Parlamento Europeo, precisamente por la utilización de estos dispositivos.
President y vicepresident han tratado de exhibir una posición común y contundente tras el informe de Citizen Lab, una organización adscrita a la Universidad de Toronto que ha certificado que el espionaje en una sesentena de dispositivos. Con todo, el mensaje del vicepresident y representante de Junts ha sido más duro respecto a la ruptura de las relaciones del que han sonado las palabras de Aragonès, que ha subrayado en todo momento que no son ellos quienes se retiran de la negociación. “La pelota está en el tejado del Gobierno”, ha dicho, tras pedir que sea Sánchez quien dé el primer paso para recobrar la confianza malograda.
El Govern catalán ha sido el último estamento en reaccionar a las informaciones, después de que este martes por la mañana comparecieran en Bruselas Carles Puigdemont, Oriol Junqueras, junto a representantes de la CUP, Òmnium Cultura o la ANC e investigadores de Citizen Lab. También a lo largo de este martes había hablado sobre el caso la Comisión Europea, que había rechazado el espionaje y había reclamado una investigación sobre las acusaciones, y también el Gobierno central, que ha rechazado dar explicaciones sobre el espionaje a líderes del procés alegando razones de seguridad nacional aunque ha dejado claro que no hay espionaje sin control judicial.
En la comparecencia celebrada en el Parlamento Europeo, los máximos dirigentes de Junts y ERC ya habían puesto de manifiesto los diferentes puntos de vista de sus partidos respecto a la reacción más adecuada a las informaciones conocidas. “El espionaje cambia las cosas, no se entendería que se confiara en un Gobierno que forma parte de esta trama criminal”, ha asegurado Puigdemont en tono beligerante. Junqueras, en cambio, ha apostado por la máxima contundencia judicial, pero por mantener los canales de negociación con el Gobierno, es decir, continuar en la Mesa de diálogo como Govern y, como partido, seguir llegando a acuerdos en el Congreso con la mayoría del Gobierno.
“Apoyamos las iniciativas que benefician a los ciudadanos catalanes, no a ningún partido ni Gobierno concreto”, ha asegurado Junqueras. El dirigente de ERC se ha quedado solo en esta defensa, pues tanto Junts como la CUP y también la ANC han considerado que no se dan las condiciones para continuar la negociación con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, mientras Òmnium no se ha pronunciado sobre esto.