La opción de reactivar la declaración de independencia como respuesta a la aplicación del artículo 155, que prevén que se inicie este mismo jueves, ha emergido en el horizonte independentista. El Gobierno central ha hecho llegar como oferta informal este miércoles que unas elecciones podrían evitar la intervención del autogobierno. En la Moncloa consideran que esta sería una salida razonable para ambos ejecutivos pero, aunque sectores del PDeCAT ven con buenos ojos esta vía, en el Govern la opción electoral es minoritaria.
El entorno de Puigdemont ha respondido en la misma línea que apuntó el portavoz del Govern, Jordi Turull, quien el martes descartó “plegar las velas” y se dio hasta este jueves para “constatar” si el Gobierno español tiene interés en sentarse a negociar. ¿Y una vez constatado que no es así? “El Govern no trabaja en estos momentos con el escenario de ir a elecciones”, afirman en el Palau de la Generalitat. Pero se resisten a descartar que esto pueda cambiar en los próximos días.
La respuesta tibia del Ejecutivo catalán tiene que ver con la controversia que la cuestión genera entre las formaciones independentistas. La convocatoria de elecciones es la opción preferida para una parte importante del PDeCAT, el mismo sector que consiguió rebajar la puesta en escena de la comparecencia de Puigdemont ante el Parlament la semana pasada.
Pese a eso, este miércoles el partido ha celebrado un Consell Nacional extraordinario en el que ha certificado su apoyo total a Puigdemont para levantar la suspensión de la declaración de independencia si el Estado aplica el 155. Con la decisión del PDeCAT, la posibilidad de unas elecciones inmediatas en clave constituyente se aleja.
Rechazo total de ERC a las elecciones
En ERC también rechazan ir a elecciones y prefieren centrarse únicamente en la declaración de independencia. “Haremos exactamente lo que marcan las leyes de referéndum y transitoriedad”, explican. El mensaje que los republicanos repiten es que la única salida pasa por la implementación del resultado del 1-O y la activación de la ley de transitoriedad, una hoja de ruta que una convocatoria de elecciones ahora dejaría sin recorrido, según su parecer.
Para zanjar cualquier duda, ERC ha convocado esta semana a sus bases en asambleas territoriales en las que insistirá en que no quiere elecciones y que apuesta por empezar el proceso constituyente. El propio Oriol Junqueras cortó el debate asegurando en El Punt Avui que “no tiene sentido volver a hacer unas elecciones para volver a hacer el mandato que ya teníamos, porque de hecho la declaración de independencia ya formaba parte del programa electoral con el que nos presentamos en las elecciones del 27-S”.
En la convocatoria de elecciones que apadrinó el sector afín a Artur Mas los republicanos temen que haya toda una maniobra para empujarles a retomar la candidatura de JxSí, que no desean. En esta batalla por el relato encuadran ambos partidos las acusaciones mutuas sobre la autoría de las elecciones.
De todas formas ambos socios en el Govern reconocen que las elecciones no deberían tardar si son capaces de seguir adelante con el plan previsto, ya que la ley de transitoriedad prevé unas constituyentes la próxima primavera. Pero, si no hay volantazo del Govern antes, es poco probable llegar a ese momento con la Generalitat sin intervenir.
Agenda conjunta para la declaración
Para superar sus recelos mutuos, los independentistas quieren consensuar al menos el camino hacia la declaración de independencia que comparten. Aquí entraría también la CUP, que en las últimas semanas ha preferido quedar al margen de la polémica. Según explican, una de las fórmulas barajadas sería llevar la declaración firmada el pasado martes al pleno, por ejemplo en forma de propuesta de resolución, que se debería votar.
Pero esta votación topa ahora con el mismo obstáculo que el que hubo tras el referéndum: hay quien teme que alguno de los 62 diputados de JxSí no esté dispuestos a votar afirmativamente. Por ello hay hasta dos opciones más para activar la declaración de independencia. La primera pasaría por volver al consenso con el que se encaró la declaración fallida del martes pasado, consistente en limitarse a leer la declaración formal para que conste en el diario de sesiones del Parlament. La última de ellas es volver a desligar la declaración del ámbito del parlamentarismo autonómico y usar algún foro como el de la nunca activada asamblea de electos.