Investigación

Un grupo de economistas urdió la mayor trama de pisos turísticos ilegales de Barcelona

Pol Pareja

Barcelona —
29 de enero de 2024 22:57 h

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Cuando en el servicio de inspección de licencias de Barcelona empezaron a llegar denuncias sobre un hombre que compraba pisos, los dividía y los alquilaba ilegalmente a turistas, vieron rápidamente que no estaban ante un aficionado. “La trama es compleja”, admiten fuentes municipales. “Está organizada por gente que sabe lo que hace”. 

Una abogada de este departamento tomó las riendas del caso y vio que el líder de la trama tenía hasta 11 sociedades a través de las cuales adquiría los pisos y los arrendaba a un intermediario. Posteriormente los inmuebles se alquilaban a turistas a través de Airbnb. El Ayuntamiento ha impuesto una sanción de hasta 600.000 euros por gestionar 37 viviendas turísticas ilegales convertidas en 71 apartamentos. Según el consistorio, el grupo actúa desde 2016.

El análisis en el registro mercantil de estas empresas muestra que todos los miembros de este entramado, incluido su cabecilla, son economistas. Dos de ellos son profesores titulares de IESE, una escuela de negocios vinculada al Opus Dei. Uno de ellos fue socio entre diciembre de 2015 y diciembre de 2017. El otro lo fue entre octubre de 2019 y julio de 2023. El líder del grupo fue, a su vez, profesor asociado de IESE, universidad por la que también pasaron dos mujeres que tienen cargos en las mercantiles de la trama. Los otros tres socios son también economistas aunque sin vínculo con este centro. 

“Cuando llegó al edificio se presentó como un afable académico”, explica un vecino que conoció al cabecilla de la trama cuando este compró un piso en su edificio. A los pocos meses, sin licencia de obras, dividió el inmueble en dos para poder rentabilizar su inversión alquilándolo sin permiso a través de Airbnb.

El líder de la trama no mentía: tiene un abultado currículum como académico que incluye un doctorado en la escuela de negocios de la prestigiosa universidad de Duke (EEUU) así como diversas publicaciones y premios por sus papers sobre manejo de operaciones y cadenas de suministro.

Cuando los vecinos empezaron a quejarse del trajín de extranjeros que entraban y salían del edificio, el académico alegó que eran colegas de profesión y familiares que venían a visitarlo. Incluso acusó a los vecinos del edificio de “xenofobia y bullying inmobiliario”, según figura en unas alegaciones que presentó tras una sanción del Ayuntamiento a la que ha tenido acceso elDiario.es. 

La documentación obtenida por este periódico muestra también cómo el líder de la trama indicaba a los inquilinos de sus inmuebles que no abrieran a nadie. También les aconsejaba que, si algún vecino preguntaba, respondieran que eran amigos del propietario y no mencionaran en ningún caso el alquiler turístico o la empresa Airbnb.

Activos millonarios, empresas sin beneficios

Las cuentas de estas sociedades presentadas ante el registro mercantil durante los últimos años apuntan a que ninguna de ellas tiene oficialmente beneficios, a pesar de contar con activos millonarios y haber estado alquilando 70 apartamentos turísticos en Barcelona durante más de un lustro. 

Desde el consistorio han dado traslado de sus pesquisas sobre este entramado a la Agencia Estatal Tributaria, a la Guardia Urbana y a los Mossos d’Esquadra por si detectan posibles delitos tributarios o penales. 

La mayoría de las empresas del entramado tienen como objeto social la compraventa de bienes inmobiliarios y la gestión, administración y alquiler de propiedades inmobiliarias e inmuebles turísticos. La única excepción es una compañía de e-commerce que tiene como objeto social las “actividades anexas al transporte terrestre”.

El capital social y los activos de estas sociedades superan los 8,2 millones de euros y, según el registro de la propiedad, las mercantiles cuentan con todo tipo de propiedades: desde pisos hasta trasteros o plazas de párking. Algunos inmuebles que también forman parte de la trama no están, sin embargo, a nombre de estas empresas.

“Para evitar sanciones hacen cambios de titularidad de las viviendas entre las personas físicas y las empresas de la trama”, apuntan fuentes del Ayuntamiento. “Presentan contratos de alquiler de larga duración, que son legales, pero en las inspecciones nunca se ha encontrado ningún inquilino sino siempre a turistas.”

Los datos del registro también indican cómo la trama intenta durante los últimos años concentrar los pisos turísticos en un mismo edificio, para evitar así quejas de los vecinos y poder operar fuera de la normativa con mayor libertad. El grupo de economistas cuenta con hasta cuatro edificios enteros en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, en el centro de Barcelona.

Hay dos edificios del centro de Barcelona en los que el entramado ha adquirido diversos inmuebles recientemente. Uno está situado en la calle Carders, donde compraron en enero de 2023 cuatro pisos y también ostenta los bajos del edificio.

Otro bloque está situado en la calle Giralt el Pellicer, donde el entramado ha adquirido hasta tres edificios enteros. En un bloque de esta calle es donde, según fuentes municipales, se han constatado hechos “que podrían encajar con un delito de acoso inmobiliario” y que se está “cursando” en un juzgado penal.

Según publicó La Vanguardia, los residentes en este edificio denuncian que el propietario de la finca ha instalado en los pisos vacíos unos “falsos ocupas” que “les hacen la vida imposible”.