Guanyem Barcelona echa a andar con un llamamiento a la confluencia ciudadana para las municipales

TEXTO: Manifiesto de Guanyem Barcelona

El proceso que impulsa Ada Colau junto a un grupo de personas de diversos espacios políticos, reunidos bajo la plataforma ciudadana 'Guanyem Barcelona', da un paso al frente. En un manifiesto al que ha tenido acceso Catalunya Plural, Guanyem Barcelona llama a crear una candidatura de confluencia para “rescatar la democracia” desde el ayuntamiento de Barcelona. Citan a la ciudadanía a participar el día 26 de junio, cuando presentarán el proyecto, para “demostrar que es posible construir una ciudad diferente”. Hoy lanzan también su web guanyembarcelona.cat

El proyecto lleva en marcha unos meses, tiempo en el que ha ido recogiendo visiones y opiniones entre el tejido asociativo de la ciudad. Las personas que lo dinamizan consideran que este es el momento adecuado para lanzar una candidatura ciudadana para la ciudad de Barcelona porque “se ha abierto una grieta histórica” que no pueden ni quieren desaprovechar. “En los últimos años, multitud de movimientos e iniciativas ciudadanas han denunciado la estafa que estamos padeciendo y han evidenciado la incapacidad de la vieja política para dar respuesta a las necesidades de la gente”, aseguran. Por ello consideran que hay que “fortalecer, más que nunca, el tejido social y los espacios de autoorganización”. “Pero ha llegado la hora, también, de reapropiarnos de las instituciones para ponerlas al servicio de las mayorías y del bienestar común”, aseguran en el comunicado.

Personalidades vecinales, académicas y de movimientos

La plataforma Guanyem Barcelona (Ganemos Barcelona) cuenta entre sus promotores con personas del movimiento vecinal, como la activista Gala Pin, el economista Albert Recio, el abogado Jaume Asens, o Lluís Rabell, presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona; del mundo académico, como Gerardo Pisarello, profesor de derecho constitucional, Zaida Muxí, experta en urbanismo y vivienda, Joan Subirats, catedrático de Ciencia Política, el profesor de antropología Manuel Delgado, el politólogo Raimundo Viejo, Jordi Mir, del Centro de Estudio sobre Movimientos Sociales, o Xavier Domènech, profesor de historia y miembro de Procés Constituent; de la cultura, como el artista y teórico Marcelo Expósito o el director Pere Portabella; también de otros movimientos sectoriales, como Gemma Tarafa, del Observatorio de la Deuda Global, Eloi Badia, de la plataforma Aigua és vida y la Red por la Soberanía Energética, Carlos Sánchez Almeida, abogado especializado en derechos en internet, o la propia Colau, entre otros.

Más de una treintena de personas del mundo académico, de movimientos sociales y de la red vecinal que, tal como explican en el documento, no quieren formar “ni una coalición ni una mera sopa de letras” sino “construir nuevos espacios que, respetando la identidad de cada uno, vayan más allá de la suma aritmética de las partes que los integran”.

La vocación de Guanyem Barcelona no es en ningún caso una alianza electoral entre partidos, sino constituir una verdadera candidatura ciudadana, que implique a amplios sectores de la sociedad. Sin embargo, la plataforma ya ha tenido contactos con formaciones como ICV-EUiA, las CUP, Podemos, Procés Constituent o el Partido X, si bien no de carácter oficial. Guanyem trabaja para abrir el proceso a la mayor participación ciudadana posible para construir una opción electoral “de confluencia, con vocación ganadora, de mayorías”. “Una candidatura que entusiasme, que tenga presencia en los barrios, en los lugares de trabajo, en el mundo de la cultura, y nos permita transformar las instituciones en beneficio de la gente”, explican.

Propuestas concretas desde los espacios municipales

En cuanto a las propuestas programáticas, no han querido hacer una lista de propuestas de máximos, sino trabajar en propuestas concretas que se puedan conseguir desde los espacios municipales, en la lógica de lo que han venido haciendo los movimientos sociales en la etapa post15M. Entre las medidas que apuntan en el manifiesto están la elección directa de los concejales y concejalas de distrito, controles sociales sobre los presupuestos e iniciativas y consultas ciudadanas vinculantes.

En el texto, Guanyem Barcelona también habla de la necesidad de “plantar cara” desde la capital catalana “a los lobbies financieros, inmobiliarios y turísticos”, y de que las instituciones apuesten por la economía social y el empleo sostenible. “Las mejores experiencias nos demuestran que si nos organizamos a partir de objetivos y prácticas concretas, podemos alcanzar metas que parecen imposibles”, remarcan.

A continuación se reproduce el texto del manifiesto de Guanyem Barcelona

Ganemos Barcelona

Vivimos tiempos de cambios profundos. Aprovechando el contexto de crisis, los poderes económicos han emprendido una abierta ofensiva contra los derechos y las conquistas sociales de la mayoría de la población. Sin embargo, el anhelo de una democracia real es cada vez más intenso en las plazas, en la calle, en la red pero también en las urnas.

En los últimos años, multitud de movimientos e iniciativas ciudadanas han denunciado la estafa que estamos padeciendo y han evidenciado la incapacidad de la vieja política para dar respuesta a las necesidades de la gente. Estas iniciativas, sin embargo, han topado a menudo con la arrogancia de unas élites que se sienten impunes, que no corrigen sus errores y que ahora nos quieren imponer una segunda transición para que nada cambie.

No nos podemos permitir un bloqueo institucional desde arriba que nos deje sin futuro. Tenemos que fortalecer, más que nunca, el tejido social y los espacios de autoorganización ciudadana. Pero ha llegado la hora, también, de reapropiarnos de las instituciones para ponerlas al servicio de las mayorías y del bienestar común.

Para demostrar que lo sabemos hacer de otra manera tenemos que ir paso a paso. Y el primer paso es empezar por aquello que conocemos de cerca: el ámbito municipal, nuestra ciudad, nuestros barrios.

Barcelona es un espacio decisivo para impulsar la rebelión democrática que hace falta. En primer lugar, porque ya cuenta con un tejido asociativo y reivindicativo capaz de hacer realidad proyectos de cambio ambiciosos. En segundo lugar, porque una rebelión democrática en Barcelona no sería un fenómeno meramente local. Conectaría con muchas iniciativas hermanas que buscan romper desde abajo con el actual régimen político y económico. En nuestro país, en el conjunto del Estado y en Europa.

Porque creemos en el derecho a decidir, queremos decidir, aquí y ahora, cómo ha de ser la Barcelona que necesitamos y deseamos.

Queremos una ciudad que promueva la honestidad de los gobernantes y que impida la connivencia mafiosa entre política y dinero. Hay que poner fin a la acumulación de cargos, limitar sueldos y mandatos, impulsar agendas transparentes y establecer mecanismos efectivos de control de los responsables públicos. Queremos un nuevo contrato ético entre ciudadanía y representantes.

Tenemos que encontrar la forma de detener y revertir las desigualdades insultantes que se han producido en los últimos años. Queremos una ciudad sin desahucios ni malnutrición, donde la gente no se vea condenada a vivir a oscuras o a padecer aumentos abusivos en el precio del transporte público. El acceso a la vivienda, a la educación, a la sanidad, a una renta mínima, deben ser derechos garantizados a todos y no privilegios al alcance de una minoría.

Queremos una auténtica democracia metropolitana, que obligue a los representantes a mandar obedeciendo. Una democracia con descentralización y elección directa de los concejales y concejalas de distrito, con controles sociales sobre los presupuestos y con iniciativas y consultas ciudadanas vinculantes que ayuden a tomar decisiones compartidas y legitimadas.

Necesitamos una Barcelona acogedora pero dispuesta, también, a plantar cara a los grandes lobbies financieros, inmobiliarios y turísticos. Necesitamos instituciones que apuesten por la economía social y por la creación de empleo sostenible. La contratación pública deberá respetar criterios de justicia social y ambiental.

No queremos una ciudad que venda el patrimonio urbano al mejor postor. Queremos instituciones que recuperen el control democrático del agua, que impulsen medidas fiscales y urbanísticas que acaben con la especulación de suelo y fomenten políticas energéticas y de transporte ecológicamente sostenibles.

Muchas de estas iniciativas son defendidas, desde hace tiempo, por movimientos sociales, vecinales y sindicales y por diferentes espacios políticos. Pero no las podremos llevar a cabo sin la implicación de amplios sectores de la sociedad.

Rescatar la democracia de los poderes que la mantienen secuestrada es un reto difícil, ambicioso, pero al mismo tiempo apasionante. Exige la gestación de nuevos instrumentos de articulación social y de intervención política donde se encuentre la gente organizada y la que comienza a movilizarse. La que lleva tiempo luchando y la que se siente estafada pero anhela ilusionarse con un proyecto común.

Por eso impulsamos esta Plataforma ciudadana. Para construir una candidatura de confluencia, con vocación ganadora, de mayorías. Una candidatura que entusiasme, que tenga presencia en los barrios, en los lugares de trabajo, en el mundo de la cultura, y nos permita transformar las instituciones en beneficio de la gente.

No queremos ni una coalición ni una mera sopa de letras. Queremos rehuir las viejas lógicas de partido y construir nuevos espacios que, respetando la identidad de cada uno, vayan más allá de la suma aritmética de las partes que los integran. Pensamos que nuestra ciudad reúne las condiciones para hacerlo posible.

No hay una fórmula mágica para resolver las dificultades que nos encontraremos en el camino. Tendremos que caminar preguntando y tendremos que hacerlo sin miedo. Las mejores experiencias nos demuestran que si nos organizamos a partir de objetivos y prácticas concretas, podremos alcanzar metas que parecían imposibles.

Pese a la dureza de la crisis, se ha abierto una grieta histórica que no podemos ni queremos desaprovechar. Vivimos tiempos excepcionales que exigen iniciativas valientes y creativas. Si somos capaces de imaginar otra ciudad, tendremos el poder de transformarla.

Te invitamos a pensarlo juntos el próximo 26 de junio. Por nosotros, por los que nos han precedido en el empeño y por los que vendrán. Ha llegado la hora de demostrar que es posible construir una ciudad diferente. Ha llegado el momento de ganar Barcelona.