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Una hija secreta, una falsa esposa y una herencia misteriosa: la batalla familiar en España por el legado de John McAfee

El magnate antivirus John McAfee murió en junio en la prisión catalana de Brians 2.

Pol Pareja

29 de julio de 2021 22:37 h

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Un suicidio en la cárcel que algunos creen que pudo ser un asesinato. Una posible herencia. Una mujer que dice ser la esposa de la víctima cuando en realidad estaban divorciados. Otra que asegura ser su única hija biológica, cuando el tipo se jactaba de tener al menos 47 descendientes. La agitada vida del magnate de la tecnología John McAfee no esquiva la polémica ni siquiera después de haber acabado. Un mes después de su muerte en una prisión catalana, se abre ahora una batalla entre sus familiares para ver quién es su heredero y representante legal en España.

La hija del primer matrimonio de McAfee, de casi 50 años y cuya identidad quiere mantener en el anonimato, está moviendo hilos desde Estados Unidos para convertirse en la familiar de referencia en todo lo que rodea la muerte del creador del famoso antivirus. A través de una abogada, se ha puesto en contacto tanto con el letrado del fallecido en España como con el juzgado de Martorell (Barcelona) donde se investigan las causas de su muerte. 

Esta hija ha remitido documentación al juzgado para demostrar que Janice McAfee, la mujer que se ha presentado tanto en los medios como ante la justicia como su viuda, es en realidad su exmujer. Entre la documentación enviada destaca un certificado de divorcio y un acuerdo de separación firmado ante los tribunales estadounidenses a finales de 2018, a los que ha tenido acceso este diario.

“John McAfee no estaba casado con nadie en el momento de su muerte”, explica en conversación telefónica la abogada Joy Athanasiou desde Colorado, EEUU. “Mi clienta es la pariente más cercana, quiere tener voz en la autopsia, en la investigación y ser quien reciba sus restos”.

El pasado 23 de junio, McAfee apareció colgado en su celda de la cárcel de Brians 2, situada en San Esteve de Sesrovires (Barcelona). Hacía pocas horas que le habían notificado  la decisión de la Audiencia Nacional de extraditarle a EEUU, donde se enfrentaba a un juicio por evasión fiscal. Sobre las cuatro de la tarde pidió a los funcionarios pasar un rato en su celda. Cuando a las seis entraron a buscarle, McAfee ya estaba muerto. Tenía 75 años.

Pocas semanas después, la hija del primer matrimonio de McAfee quiso formar parte del proceso en el que se dirimen las causas de su muerte y se aborda la repatriación del cuerpo y los efectos personales. Aunque ninguna de las dos partes lo admite públicamente, una posible herencia de McAfee sobrevuela esta batalla soterrada por convertirse en su representante legal en España. Ni a la mencionada hija ni a la exmujer del magnate les consta que dejara testamento escrito.

En el entorno de Janice McAfee ha sorprendido la irrupción de esta descendiente del programador informático. Recuerdan que el creador del famoso antivirus se jactaba de tener más de 40 hijos y que, digan lo que digan los papeles y los certificados de divorcio, Janice ejerció como su esposa durante los últimos años de vida del fallecido. La documentación remitida al juzgado por la hija de McAfee tampoco forma parte de la causa, por ahora. “Primero hay que confirmar que es su hija”, señalan fuentes con contacto directo con Janice McAfee.

La hija que ha aparecido es fruto del primer matrimonio de McAfee, una época en la que era un joven desconocido, adicto a todo tipo de sustancias. No se había convertido aún en un excéntrico gurú de Silicon Valley, ese tipo que acabó conviviendo en Belice con un harén de mujeres jóvenes, rodeado de un ejército de exconvictos armados a su cargo y que huyó tras verse implicado en una acusación de asesinato.

“John [McAfee] intentó durante toda su vida preservar la identidad de su hija y mantenerla alejada del foco de los medios”, explica su abogada. “En base a nuestra información, es su única hija biológica”.

En un documental sobre su vida que prepara una productora canadiense, McAfee admite que en realidad solo tiene una hija, que es esta mujer que quiere ser su representante legal en España. El fallecido reconoce ante la cámara que no logró ser un buen padre. “Era demasiado joven y tomaba todas las drogas concebibles”, afirma. “No era el tipo de padre que mi hija quería”.

Janice y la hija misteriosa de McAfee no se conocen en persona, pero sí que han hablado en varias ocasiones durante los últimos años. El conflicto entre ellas se mantiene por ahora soterrado y los abogados de la hija le han ofrecido a Janice “colaborar” en todo lo relacionado con la muerte de John McAfee en España. “Estamos esperando su respuesta”, explican. Al mismo tiempo han emprendido una campaña de comunicación para que se sepa que estaban divorciados. 

John y Janice McAfee se conocieron en 2012 cuando ella trabajaba de prostituta y el programador contrató sus servicios una noche en Miami. Según la documentación del juzgado de Carolina del Norte que ha podido consultar elDiario.es, se casaron legalmente en Lexington (Tennessee), en marzo de 2016. A mediados de septiembre de 2017 dejaron de vivir juntos, siempre según el acuerdo de divorcio. La separación se pactó a finales de diciembre de 2018 y fue ratificada en enero de 2019.

A pesar de esta documentación, quien tiene la sartén judicial por el mango y está personada ante el juez de instrucción en Martorell (Barcelona) sigue siendo Janice McAfee, que no ha querido pronunciarse públicamente sobre esta nueva situación.

Fuentes de su entorno remarcan que ella estuvo junto a John McAfee en todo momento durante los últimos tiempos: cuando lo detuvieron en el aeropuerto de Barcelona en octubre de 2020 y también durante la pandemia, cuando ambos se refugiaron en un hotel de Cambrils (Tarragona) convertido en una 'granja' de criptomonedas. Insisten en que la persona de contacto desde la cárcel también era ella.

La abogada de la hija admite este extremo y explica que solo quieren “compartir” y “cooperar” junto a la exesposa del magnate. “Todavía no lo podemos calificar de batalla legal”, explica la abogada. “Esperamos evitar cualquier tipo de conflicto y trabajar conjuntamente”, remacha.

Una herencia dudosa

El tercer misterio en toda esta historia es la posible herencia de McAfee. ¿Murió rico o arruinado? Nadie parece tenerlo claro. Tras hacerse millonario a mediados de los 90 –vendió las acciones de su compañía por 100 millones de dólares– explicó en varias ocasiones que se había arruinado. Otras fuentes aseguran que su irrupción en el mundo de las criptomonedas le volvió a hacer millonario. Durante una época, logró multiplicar o arruinar el valor de determinadas monedas con solo un tuit a su millón de seguidores.

“Primero hay que ver si hay algo y dónde”, explican desde el entorno de Janice McAfee. El biógrafo del fallecido, Mark Eglinton, aseguró que estaba arruinado en el momento de su muerte y que ni siquiera le pagó lo que le debía. “Se lo gastó todo en mansiones”, declaró al Daily Mail.

El estilo de vida que McAfee publicaba en redes sociales no parecía el de una persona sin dinero. Viajaba, daba conferencias, había vendido los derechos de su vida para una película y para un documental. Nada apuntaba a dificultades económicas, pero todo lo que le rodea está envuelto en la misma nebulosa: nunca se sabe si es verdad o apariencia. 

Su suicidio también ha dado aire a todo tipo de teorías conspirativas alentadas por él mismo antes de morir –advirtió que si aparecía muerto no habría sido cosa suya– y también por su exmujer, que cree que es todo un montaje para encubrir un asesinato. La autopsia preliminar del cuerpo de McAfee, no obstante, confirmó la hipótesis del suicidio. En su bolsillo se encontró una confusa nota –de nuevo, esa nebulosa– que decía: “En lugar de vivirlo plenamente, quiero controlar mi futuro, que no existe”. 

La causa de la muerte de McAfee también amenaza con abrir otra brecha entre sus familiares. Su exmujer considera que fue un crimen y siembra dudas incluso sobre la autenticidad de la mencionada nota de suicidio. Su primera hija, en cambio, discrepa. “No tenemos ningún motivo para pensar que no fue un suicidio”, zanja su abogada.

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