Illa mantiene la oferta a Aragonès para negociar presupuestos pero Junqueras veta al PSC

Sábado de resaca y movimientos en la política catalana tras el portazo definitivo de Junts a ERC. Mientras el president de la Generalitat, Pere Aragonès, ultima la configuración del nuevo Govern, los partidos han empezado a situarse ante el nuevo escenario. El primer paso lo ha dado el jefe de la oposición y líder del PSC, Salvador Illa, que ha mantenido la oferta a Aragonès para hablar de los presupuestos de 2023, mientras los comuns han planteado al president que negocie con los grupos de izquierda una colaboración que se extienda a las cuentas del año que viene y sirva para apuntalar toda la legislatura.

La nueva etapa abierta con la salida de Junts del Govern vuelve a dar protagonismo al PSC y comuns, con los que Pere Aragonès deberá negociar si quiere sacar adelante leyes y presupuestos. El president también quiere recuperar la confianza de la CUP, aunque las discrepancias estratégicas sobre el procés lo complican.

De visita a la comarca del Berguedà, Illa ha mantenido el rumbo fijado por el PSC antes de la crisis independentista: mano tendida para aprobar las próximas cuentas dado el contexto de crisis económica al mismo tiempo que perfilarse como la única alternativa a Aragonès. “Seguiremos trabajando en la construcción de una alternativa al Govern pero cuando llegue el momento, no tenemos prisa”, ha remarcado.

Lo más urgente, ha enfatizado Illa, es aprobar los presupuestos de 2023, más después de que el conseller encargado de pilotarlos, Jaume Giró (Junts), haya abandonado el Govern. “Catalunya necesita unos presupuestos y es mejor que tengan un amplio apoyo”, ha aseverado Illa, para quien “construir una alternativa no implica decir 'no a todo'”.

“Nos ofrecemos a trabajar para unos presupuestos de país”, ha apostillado el jefe de la oposición, que ha sido tajante ante las críticas de PP, Ciudadanos y Vox por ofrecerse a negociar las cuentas: “Yo apuntalo a Catalunya, no al Govern”.

Pese a que necesita el concurso de los socialistas en el Parlament para sacar adelante las cuentas una vez Junts está en la oposición, el presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha descartado pactos con los socialistas al no verlos “comprometidos con el fin de la represión”. El presidente de ERC intenta así marcar perfil propio y evitar quedar como cautivos de los socialistas ante la triple negociación presupuestaria que se avecina para las cuentas del Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona. De mantener el veto anunciado por Junqueras, el Govern se vería obligado a prorrogar las cuentas y agudizaría su precariedad.

Desde los comuns se ha instado a negociaciones que vayan más allá de las próximas cuentas. Tras reunir a la dirección del partido, la líder de los comuns, Jéssica Albiach, ha reiterado la mano tendida de la formación “para construir mayorías progresistas estables”, si bien ha incidido en que no darán “ningún cheque en blanco” al president.

Sin proponer explícitamente negociar la entrada de los comuns en el Govern, Albiach ha advertido a Aragonès de que si nuevo Govern “no tiene amplios apoyos” en el Parlament está condenado al fracaso. Por ello ha reclamado que el president abra ya una ronda de contactos “para ver si tiene apoyos, porque ahora solo tiene 33 diputados”.

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se ha movido en la misma ambigüedad que Albiach. “Necesitamos un Govern que no sea débil y alianzas estables y duraderas”, ha dicho Colau, que reiterado su mano tendida “para construir mayorías progresistas” como las que se han ensayado en Barcelona.

A la espera de acontecimientos, la portavoz de la CUP, Eulàlia Reguant, ha valorado que el nuevo Ejecutivo se encuentra “en un cruce”. A su juicio, Aragonès debe decidir “si continúa como ahora o busca alternativas para sacar adelante sus políticas”-

Aragonès encarrila el nuevo Govern

Por su lado, Aragonès ha empezado a tomar contacto con la dura realidad que le espera en el Parlament –el Govern de ERC en solitario tiene solo 33 de los 135 diputados de la Cámara– mientras intensifica las llamadas a los nuevos consellers y consellers. Este sábado el president ha estado trabajando en el Palau de la Generalitat y al mediodía se ha trasladado a la reunión extraordinaria de la ejecutiva de ERC.

Son siete las carteras que esperan nuevo titular, entre ellas la de Salud, la que más dinero gestiona del Govern, o Economía, clave para las cuentas. No se descarta que algún departamento que ha quedado con el jefe vacante, como Asuntos Sociales, se integre en algunas conselleries que ya son de los republicanas.

La consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, ha explicado que Aragonès y su equipo tienen ya “muy avanzada” la estructura del nuevo Govern. Los nuevos consellers serán todos de ERC, aunque Vilagrà también ha avanzado que se trabaja en la incorporación de independientes “expertos en su ámbito”. El objetivo es que el nuevo Ejecutivo ya esté en marcha en la reunión semanal del Govern del próximo martes.

Vilagrà ha indicado que se quiere confeccionar “un Govern fuerte, cohesionado, leal, que haga frente a los retos económicos y sociales”, que permita la “máxima estabilidad y seguridad” en Catalunya. Según la consellera, se escuchará a los agentes económicos y sociales, ayuntamientos, consejos comarcales y entidades municipalistas.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha reafirmado el mensaje de Vilagrà y ha realizado una “llamada a la responsabilidad” de todos los partidos políticos ante un escenario de crisis económica y social. “En especial –ha agregado– a los que compartimos grandes objetivos de país y resolver los conflictos políticos”.

Junts ensaya una oposición dura

Tras salir del Govern por voluntad propia, Junts ha empezado a ensayar un estilo de oposición dura que no va a conceder ni una semana de gracia al nuevo Ejecutivo en solitario de ERC. Si este viernes la presidenta de Junts, Laura Borràs, cuestionaba la “legitimidad democrática” del nuevo Govern de Aragonès, este sábado el secretario general del partido, Jordi Turull, ha considerado que el president solo tiene dos opciones: “O cuestión de confianza o elecciones anticipadas”. El president no tiene intención de adelantar comicios ni de someterse a una cuestión de confianza sino de intentar agotar la legislatura.

Por su lado, Ciudadanos y PP han cargado contra los socialistas. El líder de Ciudadanos en Catalunya, Carlos Carrizosa, ha acusado al PSC y a los comuns de querer dar tranquilidad a Aragonès para que pueda seguir haciendo “lo que le dé la gana”, y se ha referido a Illa y al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como “flotadores del independentismo”, informa Europa Press.

Al mismo tiempo, Carrizosa ha rechazado que Aragonès se someta a una cuestión de confianza “que ya se ha negado a hacer”, pero ha dicho que no tendrían ningún inconveniente en apoyar una moción de censura presentada por los socialistas y con Illa como candidato a la presidencia de la Generalitat.

Para el jefe de filas del PP catalán, Alejandro Fernández, Sánchez e Illa están “entregados” a Pere Aragonès, lo que lleva al PSC a desaprovechar “una oportunidad histórica” para construir una alternativa al independentismo. Con las encuestas a favor, Fernández quiere una prisa que no tiene Salvador Illa.