Un artículo publicado en el blog 'Adéu a les armes'
La polémica sobre la hipotética integración de una futura Cataluña independiente en la Unión Europea está teniendo un efecto benéfico sobre el movimiento independentista catalán. Gracias a ella, las clases medias nacionalistas y sus intelectuales están descubriendo la importancia que tiene la política internacional para cualquier proceso de creación de un nuevo estado. Como muy bien saben los estudiosos del derecho internacional, el reconocimiento de un nuevo estado por parte del resto de estados es tan importante para su consolidación como los procesos internos que han llevado a su creación.
Ayuda mucho a conseguir ese reconocimiento contar con poderosos “padrinos internacionales”, esto es, contar con el apoyo de los grandes centros de poder, como el caso de la independencia de Kosovo ilustra a la perfección. En Europa, desde el final de la guerra fría, eso implica el apoyo de, al menos, los gobiernos de EE.UU, Alemania y de la oligocorporocracia global (los órganos directivos de las grandes empresas transnacionales del sector de las finanzas, de la energía, del armamento, de los mass media, de la informática, de la industria farmaceútica, etc) que los parasita y los instrumentaliza.
Obviamente ese patrocinio nunca es gratuito. En el caso de Kosovo el precio a pagar fue un seguidismo incondicional de la política exterior norteamericana y el permiso para construir la base militar de Camp Bondsteel que tiene una extensión de 3 kilómetros cuadrados y contiene 25 km. de carreteras internas, alberga 300 edificios y puede proporcionar cobijo a cerca de 7.000 militares. Fue construida por Kellogg, Brown and Roots, una empresa subsidiaria de Halliburton Oil. Está ubicada cerca de corredores de energía vitales, como el oleoducto Trans-Balcanes que transporta petróleo desde la zona del Mar Caspio. (Véase Paul Stuart, Camp Bondsteel and America’s plans to control Caspian oil).
En 2002 hubo denuncias de que Camp Bondsteel era utilizado por el ejército estadounidense como un campo de detención ilegal similar al de Guantánamo, por lo que fue inpeccionada por Álvaro Gil-Robles, por entonces Comisario de Derechos Humanos de la Unión Europea. El susodicho Comisario, tras comprobar la veracidad de las denuncias, solicitó su desmantelamiento.
¿Qué pueden ofrecer los independentistas catalanes para el obtener el apoyo de EE.UU, Alemania y los tiburones de las corporaciones globales? Mi impresión es que el grueso del independentismo catalán todavía no se lo ha planteado, pero seguro que empezará a hacerlo a partir de ahora, con lo cual el debate puede empezar a ser realmente interesante.