El departamento de Interior de la Generalitat cambia por enésima vez la versión oficial del caso Ester Quintana. El consejero Ramon Espadaler reconoce este martes la presencia de una furgoneta de la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra en la zona donde fue herida Ester Quintana que hasta ahora no se tenía en cuenta. Se trata de la DRAGÓ 414, que se detuvo en el cruce entre la Gran Vía y el Paseo de Gracia. Sus agentes -excepto el conductor- bajaron del vehículo y, según “creen recordar” -en palabras de Espadaler-, dispararon sólo “una salva sin proyectil”.
Espadaler ha explicado que hasta ahora, en las investigaciones internas, la unidad no había reconocido su actuación en la zona, y por ello ha decidido “apartar de sus tareas de orden público”, al tratarse de una “evidente indisciplina”, a los seis policías y el cabo que la integran. “Hemos perdido la confianza en estos agentes, que durante tanto tiempo no nos habían puesto en conocimiento de los hechos”, ha declarado el consejero. Sin embargo, Espadaler ha explicado que los agentes siguen ejerciendo en otra unidad, aunque no ha querido dar más precisiones. El consejero ha anunciado que ya ha informado de las novedades expuestas al juez que instruye el caso que investiga las causas de la pérdida del ojo de Ester Quintana, y ha declarado que los agentes no habían sido interrogados por el magistrado.
Estas nuevas informaciones complican ahora el caso, ya que los agentes apartados hoy no se corresponden con los dos imputados por el caso, que pertenecen a la unidad DRAGÓ 40, y respecto a los cuales Espadaler no ha avanzado si se les retiraría de sus tareas también. Con todo, los nuevos datos aportados por Espadaler no aportan nuevos indicios sobre la autoría del disparo que causó la mutilación de Quintana.
Desde que ocurrieron los hechos durante la huelga general del pasado 14 de noviembre, Interior ha cambiado varias veces su versión de lo sucedido. El entonces consejero de Interior, Felip Puig, empezó afirmando que no se había disparado ninguna bala de goma durante esas manifestaciones, pero acabó cambiando el discurso cuando el director de la policía catalana, Manel Prat, lo reconoció. Sin embargo, Puig continuó negando que se dispararan proyectiles en la zona dónde estaba Ester Quintana. Incluso llegó a afirmar que la lesión de Quintana se debió al lanzamiento de objetos por parte de los manifestantes. Pero diversos testimonios y vídeos demostraron que esta nueva versión era también errónea. Además, un informe forense ratificó que la herida fue provocada por una bala de goma.
Durante una comparecencia ante la comisión parlamentaria que investiga el modelo antidisturbios, Espadaler pidió perdón a todas las víctimas de las balas de goma de los Mossos, pero no reconoció que la mutilación sufrida por Quintana se debiera a un proyectil disparado por la policía.
Las entidades que dan apoyo a Quintana y a otras víctimas de las balas de goma creen que estas revelaciones son insuficientes. “Si escondieron [los agentes de DRAGÓ 414] que estuvieron allí, ¿cómo creer ahora que no dispararon?”, ha preguntado la asociación 'Stop Bales de Goma' a través de su cuenta en Twitter. “Esperamos que salga la verdad y ver la disolución de una unidad evidentemente descontrolada”, ha añadido.