Joan Puigcercós: “El PP y la derecha mediática son la mano que abre y cierra el grifo de la crispación”
Joan Puigcercós (Ripoll, 1966) fue la voz de ERC en el Congreso durante la mayoría absoluta de José María Aznar y la primera legislatura de José Luis Rodríguez Zapatero. Recuerda que durante la tramitación del Estatut la tensión fue máxima, con intentos de agresión incluidos. Prefiere a Zapatero que a Pedro Sánchez y considera que Isabel Díaz Ayuso es un “fenómeno típicamente madrileño” que no es exportable a otros territorios. Ahora es empresario aunque sigue teniendo un ascendente en el mundo independentista que va más allá del partido que presidió durante tres años, justo antes de que Oriol Junqueras asumiera el liderazgo de los republicanos.
Es de los que se sitúa entre los cabreados y los resignados al ver que más de dos meses después de las elecciones catalanas aún no hay un nuevo Govern. A la hora de buscar responsables apunta directamente al partido de Carles Puigdemont: “El responsable de este desastre es Junts porque son los que están retardando los tempos, sin ningún motivo, buscando excusas”. Considera que uno de los problemas es que Junts no ha asumido aún su derrota. “Aquí hay una impronta, la de Convergència, que es la de una idea patrimonial de la sociedad y el país. Pensar que estaban llamados a gobernar por un orden natural de las cosas”, resume.
Junto al también exconseller Josep Huguet y el filólogo Francesc Codina acaba de publicar 'Pica pedra' (Saldonar), un libro en el que se analizan las debilidades del independentismo y se apuesta por una estrategia alejada de las jugadas maestras.
¿Usted es de los independentistas cabreados porque aún no hay nuevo gobierno en Catalunya, de los resignados o de los que cree que no pasa nada?
Estoy entre los cabreados y los resignados. Pienso que para el país es un desastre que en la situación en la que estamos no tengamos Govern. Los padres y madres de esto tienen nombres y apellidos porque no es culpa de dos o de tres, como se dice a veces mencionando a ERC o la CUP. El responsable de este desastre es Junts porque son los que están retardando los tempos, sin ningún motivo, buscando excusas. Si no hay Govern es porque ellos tienen un congreso en el que tienen que dirimir sus disputas internas. Pero tener que esperar al congreso de un partido para resolver el gobierno de un país en una situación de emergencia social, sanitaria y económica es lamentable.
¿Qué piensa del papel que Carles Puigdemont está jugando?
Tengo la sensación de que Puigdemont está sobrepasado. Con todas sus virtudes y defectos es una persona con la que a pesar de todo se puede hablar. Es alguien a quien la historia y la injusticia han llevado al exilio. Lo que pasa es que en estos momentos uno de los problemas es que Puigdemont ya no tiene el timón de Junts porque es un partido con una amalgama de gente, con una base convergente, pero con un problema interno de dirección.
¿Usted habla con Puigdemont?
No, pero no tendría ningún problema en hacerlo.
Lo que pasa es que al final el que quiere ser presidente es Pere Aragonès y lo que le piden en Junts es que se implique en las negociaciones.
Cuando se ha dado la misma situación a la inversa esto no ha pasado. ERC hizo presidente a Mas, Puigdemont y Torra o incluso cuando el candidato fue Jordi Turull, que no salió por falta de apoyo de la CUP. Se pusieron de acuerdo en el programa y en el acuerdo de gobierno. Esté o no Pere Aragonès, el problema es que no existe una interlocución fácil con el otro lado.
También hay dirigentes de ERC que consideran que lo que pasa es que Junts no ha digerido la derrota.
Por descontado. Aquí hay una impronta, la de Convergència, que es la de una idea patrimonial de la sociedad y el país. Pensar que estaban llamados a gobernar por un orden natural de las cosas. Por suerte la democracia no tiene que ver con ese orden. Esta vez todo se ha alineado para que haya un presidente que es de ERC y esto a algunos sectores de Junts les cuesta mucho digerirlo.
¿Pronostica que llegarán a un acuerdo?
Yo espero que sí. No puedo imaginarme otro escenario. Pero también estoy convencido de que si se va a elecciones, ERC estará preparada. ERC ha hecho lo más difícil, llegar a un acuerdo con la CUP, algo impensable antes de las elecciones. Debería ser más fácil llegar a un acuerdo con Junts.
Tal vez es porque con la CUP puede haber una mayor afinidad ideológica porque ambos están más próximos a la izquierda.
Junts se pasó la campaña diciendo que ellos no eran de centroderecha sino del centro hacia la izquierda y al final resultará que no era así. Las cosas caen por su propio peso y estamos hablando de un espacio heredero de la antigua CiU. Esto también es importante porque fue un espacio casi hegemónico durante muchos años y por lo tanto razón de más para que tenga una dirección clara.
¿Quién cree que podría ser un buen líder para ese espacio?
Veo que los que están pugnando son Jordi Sánchez y Laura Borràs. Por otro lado parece que está Elsa Artadi. El líder es Puigdemont pero al estar en el exilio hay un problema para ungir al segundo.
Uno de los problemas es que Puigdemont ya no tiene el timón de Junts
¿Cuál es su fórmula de Govern preferida?
Hubiese escogido la de ERC, Junts y CUP. Con el PSOE, mientras tengamos gente en el exilio y la cárcel, es muy difícil hablar. Ya sabemos que el Gobierno tiene muy escaso margen de maniobra sobre el Poder Judicial pero también tengo la sensación de que no ha hecho todo lo posible para evitar la espiral que se ha producido.
¿Puede citar algún ejemplo?
Los indultos. Porque una cosa es que estén dentro de los plazos y otra es que especulen con los calendarios, por ejemplo, ahora con las elecciones de Madrid.
¿Prometer un nuevo referéndum no es engañar a la gente?
No, porque no hay otra salida. Lo que es engañar a la gente es hablar de la unilateralidad a la brava. Pensar que Catalunya tendrá un estatus político independiente de forma unilateral, sin pasar por una salida negociada que sea fruto de un referéndum pactado es aún más impensable. En estos momentos parece imposible, viendo cómo piensan los partidos del Estado o el resultado de los sondeos en España, pero no nos queda otra que picar piedra.
¿Confía en ver ese referéndum?
Sí. Un referéndum es un instrumento para dirimir un conflicto político. El problema es que el del 1-O, ante la represión del Estado, no fue un medio, fue una finalidad porque se convirtió en una expresión de protesta y reafirmación. Desgraciadamente el día después no había nada. Necesitamos un referéndum que tenga el reconocimiento del otro lado y también a nivel internacional y para llegar a ese punto hace falta tiempo y paciencia. ERC lo está explicando aunque no es fácil porque va en sentido contrario a la ilusión de la gente. El problema es que cuando se acaba la ilusión a veces vienen los ilusionistas. La ilusión es necesaria pero los ilusionistas no.
¿A qué atribuye la victoria del PSC en las últimas elecciones?
Se ha producido un reagrupamiento del voto no independentista al entorno del PSC y no de Ciudadanos, que fue útil en las últimas elecciones pero que ya no lo es. También es cierto que hubo baja participación explicable por una menor tensión y por la Covid. Es un reordenamiento de lo que podríamos calificar de voto sucursalista.
¿Usted es de los que cree que Salvador Illa es más duro que Miquel Iceta?
Yo creo que sí porque la diferencia es que Miquel Iceta forma parte de la cultura política del catalanismo. El problema del PSC es que su última gran decisión fue configurar el segundo tripartito para hacer presidente a José Montilla. A partir de ese momento, por efectos propios y también del procés, han acabado siendo un partido a las órdenes de Madrid. La elección de Illa es la confirmación de un candidato impulsado desde el equipo de mercadotecnia de la Moncloa. Es la primera vez que la elección del candidato se hace en Madrid y no en Catalunya, no había pasado nunca.
Estuvo muchos años en Madrid. ¿Si tuviese que escoger, prefiere a Pedro Sánchez o a José Luís Rodríguez Zapatero?
Zapatero. Lo elijo a él a pesar de la mezcla de ingenuidad y frivolidad del personaje. Repasando textos y momentos de esa etapa te das cuenta de que él ganó unas elecciones contra pronóstico y en un momento muy duro, tras los atentados del 11-M, pero sabía que, además de sacar las tropas y los avances en leyes sociales, quería buscar un encaje de Catalunya a través de la reforma del Estatut y solucionar el tema de Euskadi.
Pensar que podría abordar el tema catalán sin que hubiese una reacción no solo del PP sino de su propio partido es no entender el terreno que pisas. Tenía buena intención, era una persona con la que se podía hablar, ideológicamente era transparente. El PP fue el pretexto, las firmas, el entorno mediático, pero su primer obstáculo fue el PSOE. En todo caso es mucho más de fiar José Luis Rodríguez Zapatero que Pedro Sánchez.
Es mucho más de fiar José Luis Rodríguez Zapatero que Pedro Sánchez
¿Considera que en el Congreso hay ahora más tensión que en su etapa?
Lo que puedo decirle es que durante la reforma del Estatut sufrimos intentos de agresión. Entonces no había AVE y recuerdo que cuando íbamos con Carod-Rovira, que era miembro de la comisión constitucional, el aeropuerto era un escenario de insultos por parte de bastante gente. Al final tuvimos que negociar que entrase por la parte de autoridades. El PP y la derecha mediática son la mano que abre y cierra el grifo de la crispación.
Y ahora habría que sumar a Vox, ¿no?
A mí me cuesta diferenciarlos porque a Vox lo veo como un esqueje del PP. La señora Cayetana Álvarez de Toledo podría ser de Vox. Solo una parte minoritaria del PP podría ser homologable a la derecha europea.
¿Cómo interpreta la caída de Ciudadanos?
En España no hay partidos centristas ni liberales. Lo más centrista que hay ahora es el PSOE. Ciudadanos tiene un problema en su ADN y es Catalunya. Su génesis fue tan anticatalana que por más que intentasen reinventarse en Madrid y pese a ser un instrumento útil para contrarrestar lo que el nacimiento de Podemos y tapar la corrupción del PP, era imposible vertebrar una propuesta liberal. El último intento fue el CDS de Adolfo Suárez y se lo llevó por delante el PP. Ciudadanos era útil en Catalunya como baluarte del españolismo, pero en España este espacio ya esta lleno.
Catalunya ha perdido el liderazgo en términos del PIB y las empresas que se fueron no han regresado. ¿El Govern tendrá alguna responsabilidad en ello?
Evidentemente el procés ha pasado factura. Pero esto no viene de ahora. Recuerdo que en el año 2000, en el debate de investidura, Aznar dijo que Madrid tenía esqueleto, porque tenía la Administración, pero que le faltaba músculo, porque no tenía empresas. El primer gran cambio es cuando se centralizan los grandes órganos reguladores. Además, muchas empresas prefieren estar al calor fiscal de Madrid y con esto no me refiero a los impuestos que hay allí sino al nivel de celo fiscal, a las inspecciones.
¿Lo que está diciendo es que hay más inspecciones fiscales aquí que en Madrid?
Cada vez que me encuentro a un diputado catalán que está en el Congreso le digo que pregunten por escrito a la comisión de Economía por la cifra de inspecciones, sanciones y multas que la Agencia Tributaria aplica en Catalunya y las que hace en Madrid. Hay despachos de Madrid que han trasladado efectivos a Catalunya porque aseguran que tienen más trabajo aquí que allí. Se ha dado la circunstancia de empresarios con empresa en Madrid y en Barcelona que con la misma gestión se han encontrado que en Madrid no les ha pasado nada y aquí les han multado.
¿Qué opinión tiene de Isabel Díaz Ayuso?
Me parece que es un fenómeno madrileño en estado puro, desacomplejado, con desparpajo, con un apoyo mediático brutal y que dice aquello que gusta a la estructura de poder de Madrid. Es un fenómeno típicamente madrileño, impensable en otra latitud.
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