El expresidente de Òmnium Cultural Jordi Cuixart ha anunciado este lunes que se traslada “temporalmente” a Suiza para “representar” la estrategia exterior de la entidad antes las distintas instancias europeas e internacionales y seguir denunciando “la vulneración de derechos por parte del Estado.
“Queremos utilizar todos los frentes para conseguir nuestro objetivo que es la consecución de la República Catalana”, ha dicho Cuixart en un acto en Sant Just Desvern (Barcelona) sobre el espionaje a decenas de dirigentes independentistas. “Estamos convencidos de que lo volveremos a hacer y lo haremos juntos”, ha agregado.
Desde que en enero de este año abandonara la presidencia de Òmnium, Cuixart ha dirigido Òmnium Civil Rights Europe (OCRE), la entidad internacional de la organización catalana. Además Cuixart sigue dirigiendo su empresa industrial, que está creando un centro de innovación en Suiza con una universidad helvética.
El más carismático de los presos del procés está a día de hoy pendiente de la resolución de dos recursos: en España, el del Tribunal Supremo contra los indultos del Gobierno tras las impugnaciones de PP, Ciudadanos y VOX; y en Estrasburgo, el del que, como el resto de condenados por el 1-O, Cuixart presentó ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) contra la sentencia del Alto Tribunal español.
Según un comunicado de Òmnium, Cuixart quiere centrarse en la denuncia del espionaje al independentismo ante distintas instancias internacionales. Cuixart presidió Òmnium durante más de seis años, y desde octubre de 2017 hasta ser indulto en junio de 2021 ejerció su liderazgo desde la cárcel, puesto que fue encarcelado preventivamente y luego condenado a nueve años de cárcel por sedición.
Por su lado, el sucesor de Cuixart en la presidencia de Òmnium, Xavier Antich, ha manifestado que el espionaje ilegal avalado por el laboratorio canadiense CitizenLab y Amnistía Internacional contra 65 políticos, activistas y abogados de dirigentes soberanistas demuestra la persecución política “contra todo un proyecto político”. “Es un escándalo monumental desde la perspectiva internacional”, ha apostillado.