El presidente de Banco Sabadell, Josep Oliu, ha marcado distancias entre la decisión de Ferrovial de marchar de España y la salida de Catalunya de la entidad en 2017. “Cuando tomamos la decisión de cambiar la sede era a consecuencia de unos hechos muy claros y dramáticos”, ha explicado este martes en un acto del Consejo General de Economistas. En el caso del banco, ha apuntado que aquella decisión “empresarial” se tomó “muy a regañadientes” en un escenario marcado por los riesgos de una eventual independencia. En cuanto a la constructora, ha pedido no analizar su traslado con “criterios políticos”.
“No tengo conocimiento suficiente de la empresa Ferrovial para decir si creo que será una buena decisión comercial y de desarrollo estratégico futuro, pero si la han tomado probablemente será así”, ha indicado Oliu. Aun así, ha recordado que la marcha del banco de Catalunya se tomó en un escenario diferente, marcado por “la amenaza” que el mercado percibía en caso de una hipotética independencia. “Fue una buena decisión, y fue por motivos empresariales, no políticos”, ha manifestado.
En cuanto al escenario económico actual, Oliu ha mostrado su preocupación por la evolución de la deuda pública española en un contexto de subida de los tipos de interés. En este sentido, ha alertado que esto tiene un “coste social”. “De manera gradual irá aumentando la parte del presupuesto público que irá destinado al pago de intereses”, ha avisado. A su parecer, esto supone un reto “intergeneracional” que se tiene que encarar.
“Está muy lejos la deuda española de poder causar problemas, ni por cantidad ni por el tipo interés, pero todo gobierno tiene la obligación de prever a más plazo”, ha apuntado el banquero. Según Oliu, hay que ir “con cuidado” si los tipos de la deuda continúan subiendo y gestionarlo teniendo en cuenta el déficit público y el gasto.