La jueza del juzgado de instrucción 5 de Barcelona ha archivado la querella interpuesta a mediados de julio contra la exalcaldesa Ada Colau y el exresponsable del área de Justicia Global por haber roto las relaciones de Barcelona con Israel y el hermanamiento de la ciudad con Tel Aviv.
La entidad proisraelí ACOM (Acción y Comunicación sobre Oriente Medio) fue quien interpuso la querella al considerar que la decisión, que ya ha sido revocada por el nuevo alcalde Collboni, constituía un delito de odio y de prevaricación.
Pero la magistrada disiente. Argumenta que no se puede considerar que romper el hermanamiento con Israel “pueda entrar dentro de la resolución 'manifiestamente injusta' que exige el tipo penal para la apreciación del delito de prevaricación”, tal como reza el auto, al que ha tenido acceso elDiario.es.
La entidad consideró que la exalcaldesa estaba incurriendo en un delito de prevaricación ya que Colau se estaba excediendo en sus competencias al tomar decisiones que afectan a la política exterior, que corresponden al Gobierno central.
Pero lo cierto es que el decreto aprobado hacía referencia solamente al hermanamiento con Tel Aviv. Lo que sí hizo Colau fue acompañar la decisión de una carta al primer ministro del país, Benyamin Netanyahu, en la que anunciaba que “temporalmente” suspendía relaciones con el Estado de Israel “hasta que las autoridades pongan fin a la sistemática violación de derechos humanos hacia la población palestina”. Según los querellantes, esta misiva tenía rango de “acto administrativo”.
Pero la jueza recuerda que la ley otorga competencias a un alcalde para tomar decisiones sobre los hermanamientos y considera que el consistorio llevó a cabo los procedimientos necesarios. Igualmente, como los documentos que redactó la exalcaldesa se refieren “claramente” a las relaciones entre la Alcaldía y las autoridades del Estado de Israel, “no se aprecia la invasión de competencias”.
Asimismo, la magistrada tampoco considera que Colau incurriera en un delito de odio contra Israel. Los querellantes, por su parte, vieron “toda clase de inventivas antisemitas” en la carta que la exalcaldesa envió al primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.
En la misiva, Colau hacía referencia al “apartheid” que vive la población palestina en Israel, pero también hacía una distinción explícita entre el Estado y “la población judía y su cultura en su conjunto”.
Es por ello que jueza no ve muestras de odio por motivos antisemitas y considera que, “sea políticamente oportuna o no la comunicación a las autoridades israelíes la opinión de la alcaldía de Barcelona sobre la actuación de las autoridades israelíes en relación con el conflicto con Palestina, tal actuación no puede incardinarse en el delito de odio”.
La entidad querellante, ACOM, es la misma que ya acudió a la jurisdicción contenciosa para pedir que se paralizase el decreto de Alcaldía de suspensión de relaciones, pero la jueza de entrada rechazó su petición cautelar de paralizar la decisión.
Asimismo, el abogado que presentó la querella, Francesc Jufresa, ya se había querellado contra Colau en el pasado por las peatonalizaciones de la ciudad, que también veía delictivas.
Una decisión unilateral
La decisión de Colau de suspender el hermanamiento con Tel Aviv fue una de las más controvertidas de su etapa final como alcaldesa. La regidora de Barcelona en Comú lo aprobó por decreto de Alcaldía el pasado 9 de febrero y puso así fin al acuerdo de amistad que firmó el entonces alcalde socialista Joan Clos en 1998.
Los comuns se apoyaron en una iniciativa liderada por la plataforma Prou Complicitat con más de 4.000 firmas y la adhesión de 80 entidades, que pedía poner fin a esa relación como señal de protesta contra la vulneración de derechos humanos del Estado de Israel entre la población Palestina.
Pero Colau se topó con el rechazo de su propio socio de gobierno, el PSC, y de todos los demás partidos del Plenario Municipal. Salvo ERC, que se abstuvo, todos los demás acusaron a Colau de actuar de forma “unilateral” y le pidieron levantar la suspensión.
La exalcaldesa mantuvo su postura hasta que tuvo que ceder la vara de mando al socialista Jaume Collboni tras la celebración de elecciones. El pasado 1 de septiembre, el nuevo alcalde firmó un decreto que dejaba sin efecto la suspensión de Colau y por el cual, Barcelona vuelve a tener un hermanamiento a tres bandas con Tel Aviv y con Gaza.