Una jueza de Barcelona ha acordado no admitir a trámite la denuncia interpuesta por un coronel de infantería del Ejército de Tierra en diciembre del año pasado sobre el presunto sorteo de una prostituta entre militares en el cuartel del Bruc de la ciudad al concluir que la rifa no se llegó a producir y no fue una propuesta real.
En un auto, la jueza resalta que el archivo del caso se decide tras un “exhaustivo” informe de la Fiscalía, que concluyó que en realidad el sorteo no incluyó los servicios de prostitución y en realidad se rifó una panera de Navidad.
La magistrada sostiene que no existe ningún delito relacionado con la prostitución ya que ninguna prostituta fue contratada, y el cartel que publicitaba el sorteo se confeccionó con “fotografías de mujeres anónimas, extraídas de internet, con la cara pixelada y sin aportarse nombres o datos algunos que permitieran identificarlas”, informa Europa Press.
En el auto se argumenta que “ningún delito es atribuible a las Fuerzas Armadas como tal, ya que el supuesto sorteo se difunde en un grupo de WhatsApp privado, no por cauces oficiales, sin autorización ni anuencia de los mandos superiores”.
La resolución también asegura que ningún dinero público se utilizó para tales actividades y que una prueba de ello es que el coronel, una vez conocidos los hechos, los denunció. Al no existir ninguna víctima concreta, los hechos tampoco pueden encuadrarse dentro del delito de trata de seres humanos.
También se niega que haya delito de odio y discriminación, ya que los hechos “no pueden encuadrarse en los mismos, ni en su vertiente discriminatoria por razón de sexo, ni dirigida a la discriminación del colectivo de las personas dedicadas a la prostitución”.
Tras tomar declaración a 66 personas, “se ignora qué personas concretas se vieron afectadas por esta conducta, ni la existencia de ninguna queja formal a los mandos superiores en virtud de esta inadecuada forma de proceder de sus compañeros”, expresa la jueza.
“Los comentarios sobre el sorteo se realizaron por dos integrantes concretos del acuartelamiento, en un grupo de WhatsApp con carácter no oficial y compuesto por 62 integrantes, de los cuales solo una minoría respondía a dicha oferta, la mayoría del acuartelamiento era ajena a dicha burla”, han asegurado.
Asimismo, el juzgado sostiene que el sorteo “no respondía a una realidad”, ya que en ningún momento consta que se llegara a solicitar favores de ninguna prostituta y, de hecho, el ganador de la rifa fue finalmente premiado con una cesta navideña. Según el auto, los autores de la propuesta de sorteo reconocieron ellos mismos su autoría ante sus mandos y “manifestaron su arrepentimiento”.