Marcha atrás del juzgado de Barcelona que aceptó aplicar una pseudoterapia con ozono a un paciente de COVID-19 la semana pasada. La magistrada ha considerado los argumentos esgrimidos por el Departamento de Salut de la Generalitat y ha revocado la medida cautelar que había tomado, a petición de la familia, para que un hombre en situación crítica recibiera un tratamiento que el hospital no veía adecuado.
El auto da la razón a las autoridades médicas y afirma que, “de toda la documentación médica que obra en las actuaciones y especialmente del informe médico forense emitido a petición de este Juzgado, es posible concluir que no existe evidencia científica en la actualidad de que el tratamiento en cuestión pueda aportar beneficios para la curación” del paciente. Por esta razón, corrige la anterior de su juzgado y anula la orden para aplicar esta terapia. Con este auto cierra la controversia generada entre el paciente y la Generalitat. Esta había sido la segunda decisión judicial en pocas semanas a favor de este tipo de tratamientos con ozono, después de un caso similar en Villarreal, en el que primero un juez autorizó su aplicación para acabar anulándolo.
La semana pasada Salut emitió un comunicado en el que evita dar detalles sobre el paciente, el hospital en el que está ingresado o el juzgado que ha tomado la decisión, pero en el que lamentaban la situación generada. El ozono “no está autorizado como medicamento por las agencias reguladoras”, explican, “y su uso no está contemplado en los protocolos de actuación del Servicio Catalán de la Salud, basados en evidencia científica”.
En el mismo sentido alertaban de que esta terapia “puede tener efectos secundarios como irritación por su inhalación o dificultad respiratoria, tos y flebitis si la administración es intravenosa”. “También”, continúa el comunicado, “se ha indicado que es peligroso administrar ozono a mujeres embarazadas y en pacientes con hipotiroidismo o déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa”. Salut recuerda asimismo que la Agencia Española del Medicamento (AEMPS) ya se ha pronunciado contra esta terapia.