El candidato de ERC, Pere Aragonès, no logrará la investidura en primera votación. Junts ha confirmado este jueves que no apoyará al líder republicano en la votación del viernes, después de varios días en los que había ido deslizando que necesitaba más tiempo para cerrar un “acuerdo global” sobre la legislatura. Finalmente la ejecutiva del partido de Carles Puigdemont se ha reunido a pocas horas del pleno para que la comisión negociadora les informe del punto en el que están las negociaciones y para consensuar una posición sobre su voto en la sesión de investidura. La decisión ha sido que los 32 diputados de Junts se abstengan en la primera votación.
Según ha indicado la formación en un comunicado, el balance de la dirección de Junts sobre los encuentros mantenidos por las comisiones negociadoras es que “no se ha podido llegar a ningún acuerdo de legislatura que garantice un Govern estable que permita salir de la crisis social y económica que sufre Catalunya y que, a la vez, implemente el mandato de las elecciones del 14-F, en el que el independentismo superó por primera vez en la historia el 52% de los votos”. Por esta razón optan por el momento por una abstención el viernes, dejando abierto su voto en la segunda vuelta, que se producirá el martes siguiente. “El objetivo de Junts per Catalunya ha sido y sigue siendo la configuración de un acuerdo de legislatura que garantice un gobierno independentista”, han remachado.
La decisión llega solo unas horas después de que la militancia de la CUP haya avalado el acuerdo con ERC, por lo que los 9 diputados anticapitalistas sí votarán favorablemente a Aragonès. Sin embargo, el apoyo de Junts es necesario para que Aragonès gane la votación de investidura, tanto en el primer intento de este viernes como en el próximo martes. Por el momento, el acuerdo no hay llegado para la primera y parece poco probable que se alcance antes de la segunda votación. El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, anunció en su conferencia que el pacto podría tardar “días o semanas”.
“Nada nos gustará más que que asumas tan pronto como sea posible la presidencia de la Generalitat, sea dentro de unos días o en unas semanas”, aseguró Sànchez el pasado martes ante Aragonès. Unas palabras con las que el líder de Junts trataba de tranquilizar a sus socios. “No especularemos ni jugaremos al cálculo de nuevas elecciones, ni propondrá un candidato, ni condicionará quién debe ser el candidato de ERC”, prometió Sànchez, que recalcó que si demoraban la negociación era porque deseaban un pacto que “rehaga las confianzas” y permita un Ejecutivo de coalición que “no sea un Dragon Khan ni un Vietnam”.
El portazo de Junts a Aragonès marca un hito, pues será la primera vez en una década que ERC y Convergència o Junts voten separados en una investidura. Desde 2012, los republicanos han dado su apoyo a cinco candidatos a la presidencia de la derecha catalana, de los cuales en tres ocasiones han conseguido la investidura: Artur Mas en 2012, Carles Puigdemont en 2016 y Quim Torra en 2018. Por su parte, ni Mas en 2015 ni Jordi Turull en 2018 obtuvieron suficientes votos para alcanzar la jefatura del Govern, pese a contar con el apoyo de ERC.
Finalmente Aragonès se enfrentará este viernes a un pleno en el que previsiblemente obtendrá únicamente 42 votos favorables, los de su propio grupo y los de la CUP. Una suma insuficiente que obligará a las delegaciones a seguir negociando y llegar a un acuerdo antes de dos meses si desean evitar una repetición automática de elecciones.