Una veintena de personas se agolpan en las puertas de la Gabriel García Márquez unos minutos antes de su apertura, a las nueve y media de la mañana. Algunas de ellas son usuarias habituales, pero otras se acercan hoy por primera vez después de que este lunes se coronase como la mejor biblioteca pública del mundo de 2023.
Entre el grupo hay incluso una pareja de turistas que se ha desplazado hasta Sant Martí de Provençals, un barrio humilde de la periferia de Barcelona sin apenas atracciones turísticas, para visitar este monumento cultural. En la puerta también está una vecina del barrio de Gràcia de Barcelona, que baja desde la otra punta de la ciudad para curiosear las instalaciones de esta biblioteca, obra del estudio Suma Arquitectura, que parece sacada de una revista de arquitectura y decoración.
Mientras esperan a que el personal bibliotecario abra las puertas, algunos de los visitantes observan con interés la fachada exterior de la García Márquez, que se asemeja a una pila de libros abiertos con páginas plegadas. A los que vienen por primera vez, les sorprenderán los casi 4.000 metros cuadrados de estanterías de madera clara y la luz diáfana del interior.
El anuncio del prestigioso premio por parte de la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias (IFLA) ha tenido un impacto palpable al atraer a las puertas de esta instalación a un flujo de nuevos usuarios. “Me ha impresionado el diseño tan claro y abierto de los espacios”, expresa Sandra Pradas, una vecina del distrito de Sant Martí, que visita hoy la biblioteca por primera vez junto a su hija de 8 años, que se descalza para acomodarse en el área de juego infantil con un libro entre las manos.
La hija de Sandra avista unas hamacas a lo lejos y le dice entusiasmada a su madre que quiere dirigirse después hacia allí, justo hacia el extremo opuesto de la planta donde se encuentran. Este descubrimiento es posible porque las distintas secciones de la biblioteca se comunican entre sí con espacios totalmente abiertos, sin apenas puertas y con vidrieras allá donde se fije la vista.
“Es un placer visual poder tener este espacio en el barrio”, relata Antri Tsiouti, una estudiante que vive cerca del equipamiento y, desde que lo inauguraron en mayo del 2022, lo frecuenta para trabajar en la elaboración de su doctorado en Arquitectura.
“Siempre hay bastante gente, pero desde que la nominaron candidata a la mejor biblioteca del mundo la afluencia es mayor” asegura Tsiouti, mientras observa encandilada el diseño de aire escandinavo de la García Márquez. El edificio persigue unas máximas de funcionalidad íntimamente ligadas a la eficiencia energética y la sostenibilidad, razón por la cual su estructura está hecha a partir de materiales reciclados, la madera usada es procedente de la reforestación controlada y tiene paneles solares para el autoconsumo.
Los sindicatos exigen más personal para la García Márquez
El Comité de Empresa del Consorcio de Bibliotecas de Barcelona, integrado por la Intersindical-CSC y la CGT, convocó el pasado mes de febrero una huelga parcial a la que se unieron 37 equipamientos bibliotecarios de los 40 que existen en la capital catalana.
En el contexto de protesta, la plantilla de la García Márquez denunció una falta de personal que imposibilitaba la atención al público en todos los mostradores, así como poner en marcha el uso de algunos espacios de la biblioteca como la cocina o el aula sensorial.
En la García Márquez trabajan un total de 15 personas y los sábados solo son cinco empleados en activo, y eso teniendo en cuenta que es la única biblioteca del distrito que abre durante el mes de agosto. “Harían falta al menos tres empleados más en condiciones de normalidad, porque no dan abasto”, considera Montse Serra, delegada del Comité de Empresa del Consorcio de Bibliotecas de Barcelona.
Por su parte, Ferran Burguillos, gerente de la Red de Bibliotecas de Barcelona, expresa que “existe la posibilidad de incrementar la contratación de más personal de cara a la dotación de los presupuestos de 2024”. Aun así, quiere remarcar que “los estándares de contratación y mantenimiento son los que tocan”, aludiendo a los parámetros que figuran en el Mapa de Lectura Pública y el Plan Director de Bibliotecas de Barcelona 2030.
Una biblioteca con nuevos usos y arraigada socialmente en el barrio
Aparte del diseño, otros criterios que le han valido a la García Márquez la distinción como mejor biblioteca del mundo en el 2023 por la IFLA han sido la interacción que genera la biblioteca con el entorno y la cultura local y la flexibilidad de los espacios.
“Es un orgullo para el barrio tener una biblioteca de estas características”, afirma Núria, una vecina del distrito de Sant Martí, que rememora lo mucho que les ha costado a los vecinos y vecinas de Sant Martí, La Verneda y La Pau disponer de un equipamiento cultural digno.
La García Márquez, especializada en literatura latinoamericana en honor al escritor y periodista del que lleva su nombre, ha multiplicado por 11 la superficie de la antigua biblioteca de la zona. El edificio cuenta con seis plantas y un fondo de 40.000 libros y documentos. “La biblioteca ha sido un éxito total desde su inauguración”, cuenta Anna Rodríguez, técnica del centro, quien remarca que suelen pasar unas 1.100 personas al día y que desde su apertura se han realizado multitud de actividades como conferencias, talleres, recitales de poesía o clubs de lectura.
La acogida local ha sido tan espectacular que durante los primeros meses de la biblioteca en funcionamiento el 65% de las actividades fueron iniciativas promovidas por los mismos ciudadanos o entidades vinculadas a la zona, según indican fuentes de la dirección a la Facultad de Información y Medios Audiovisuales de la Universidad de Barcelona.
La biblioteca se ha erigido así en el centro neurálgico cultural del distrito. La gente se siente tan orgullosa y atraída por este nuevo espacio que los vecinos y vecinas de la zona lo han bautizado popularmente como el Guggenheim de La Verneda, en referencia al barrio vecino.
En la nota de prensa distribuida por el Ayuntamiento con motivo del premio, el comisionado de Cultura e Industrias Creativas de Barcelona, Xavier Marcé, recordó el plan de creación de bibliotecas emprendido por la ciudad hace 30 años “que se ha convertido en emblemático a nivel internacional”. En este sentido, Marcè opina que la García Márquez, “ejemplifica lo mejor de las bibliotecas en Barcelona, y este reconocimiento es una muestra de aceptación y admiración sobre el modelo bibliotecario en la ciudad”.
Un refugio climático dedicado a la lectura
El Plan director de Bibliotecas de Barcelona 2030 apuesta por un modelo público que transforme estos equipamientos en lugares dinámicos y adaptativos, que reflejen la diversidad e integren la tecnología y las necesidades cambiantes de la sociedad. Del mismo modo que también sigan siendo un refugio para la lectura, el aprendizaje y la interacción comunitaria.
Ante la emergencia climática y la pobreza energética, las bibliotecas se posicionan como uno de los mejores aliados en tanto que espacios climatizados donde resguardarse. Núria, la vecina jubilada de Sant Martí, viene diariamente a pasar un rato porque hay “buena temperatura”, dice refiriéndose a las temperaturas tórridas que esta semana Catalunya está atravesando en plena ola de calor.
“Tiene buenos horarios porque está abierta por las mañanas y por las tardes”, continúa explicando Núria, que aprovecha el rato diario que viene para leer, utilizar el ordenador u hojear la prensa diaria. “Desde luego es la mejor biblioteca a la que he ido nunca”, remata.